Alergia primaveral, todo lo que debe saber

Sus causas, sus síntomas y algunos remedios para afrontar mejor uno de los problemas de esta estación

Por hola.com

Con la primavera en todo su esplendor, los afectados por las alergias ven cómo comienza un auténtico quebradero de cabeza para su salud. Ojos irritados y llorosos, estornudos cada dos por tres, congestión nasal... Molestias de sobra conocidas y, además, los casos, lejos de remitir, aumentan. Se prevé que la progresión de esta enfermedad alcance su cota máxima en 2015, cuando según los expertos afectará al 50% de la población.

¿Cuáles son sus síntomas? Rinitis, congestión nasal, conjuntivitis, picor y escozor de ojos, estornudos y asma durante la temporada de polinización de las plantas, que, dependiendo de cada zona climática, se puede dar entre marzo y octubre. Las causas que pueden producir una gran polinización dependen de la lluvia acumulada durante el año. De hecho, los especialistas creen que esta primavera será más suave, debido, sobre todo a la escasez de lluvias acumuladas durante los meses de invierno. Cuando el otoño y el invierno son secos, se produce una baja germinación de semillas de gramíneas, que hace descender el número total de plantas de esta especie y, en consecuencia, la cantidad de floración capaz de causar alergias. Además, existen diferencias entre las distintas zonas de España, pues las regiones del interior son siempre peores para los alérgicos que las zonas costeras.

En cualquier caso, las alergias crecen. Hemos pasado de un 0’4% de población afectada en 1920 al elevado promedio actual, que oscila entre un 14 y un 20% en las principales ciudades europeas. Pero, ¿cuáles con las causas del considerable aumento de las alergias? Los últimos estudios epidemiológicos apuntan hacia la contaminación atmosférica como uno de los principales responsables del incremento del número de alérgicos a los pólenes, fundamentalmente en las ciudades. Los expertos aseguran que la coincidencia con otros factores como el aumento del consumo de tabaco o la falta de exposición en la infancia a los gérmenes, han sido decisivos en la multiplicación anual de pacientes con este problema.