La Navidad es una de las épocas del año más felices para los golosos: turrones, polvorones, mazapanes, roscones… un sinfín de ‘tentaciones’ aterrizan en las pastelerías para alegría de esos paladares dulceros. En ¡HOLA! Cocina nos identificamos al 100%. De hecho, tan insaciable es nuestro espíritu goloso en estas fechas, además de ‘abandonarnos’ a nuestros postres locales, nos gusta también echar un vistazo al recetario propio de otros países en busca de nuevas ideas que hornear…
Un ‘ejercicio’ que, en este caso, nos ha llevado hasta Suecia para conocer un dulce que allí está indisolublemente ligado a la Navidad: los Lussekatter.
QUÉ SON LOS LUSSEKATTER
Bajo este nombre encontramos unos deliciosos bollitos dulces y tiernos (se elaboran con una masa tipo brioche) que se caracterizan por su tradicional forma de ‘S’, la decoración con pasas en los extremos, y su color amarillento dado por el azafrán, producto considerado como 'delicatessen' y asociado a las mesas más festivas.
En Suecia este dulce está especialmente ligado al día de Santa Lucía (13 de diciembre, festividad que marca el regreso de la luz en el oscuro invierno nórdico), aunque en realidad se consume durante toda la Navidad.
Su nombre vendría a significar algo así como ‘Gato de Lucía’ y parece que su origen es una mezcla de tradiciones cristianas y paganas: la forma de ‘S’ recuerda a un gato enroscado y en antiguas creencias populares el gato estaba asociado con el diablo.
RECETA TRADICIONAL DE LUSSEKATTER, PASO A PASO
La elaboración de estos bollitos es sencilla, pero, eso sí, requiere de cierta previsión, ya que hay que dejar levar la masa dos veces para conseguir su característica textura esponjosa. En Suecia suelen prepararse en casa, en familia, pero también se encuentran en panaderías y pastelerías tradicionales, donde 'aterrizan' desde finales de noviembre. Durante estas semanas, es habitual también verlos en mercados navideños.
Una vez horneados, los lussekatter se disfrutan templados y se sirven tradicionalmente con una taza de té o café, aunque también suelen acompañarse del clásico vino caliente especiado —conocido como glögg— tan típico de esta época en los países europeos más fríos.
INGREDIENTES (unas 20 unidades)
- 500 g de harina de trigo
- 250 ml de leche entera
- 75 g de mantequilla
- 25 g de levadura fresca (o 7 g seca)
- 100 g de azúcar
- 1 huevo
- 0,5 g de azafrán (unas hebras)
- ½ cucharadita de sal
- Pasas (para decorar)
- 1 huevo extra para pincelar
ELABORACIÓN:
-Calienta la leche junto con la mantequilla hasta que se derrita.
-Retira del fuego. Deja que temple. Añade el azafrán (muele antes ligeramente las hebras) y deja que se disuelva. Déjalo reposar unos 10-15 min para que el azafrán suelte el máximo de color y aroma.
-En un bol desmenuza la levadura fresca y disuélvela en la leche templada con el azafrán.
-Añade el resto de ingredientes: azúcar, sal y el huevo. Incorpora también poco a poco la harina y amasa unos 10 minutos hasta obtener una masa suave y elástica.
-Forma una bola con la masa y colócala en un bol ligeramente engrasado. Cubre con un paño húmedo o film transparente. Deja reposar durante aproximadamente una hora o hasta que la haya doblado su volumen.
Formar lo bollitos:
-Divide la masa en porciones (de unos 50 o 60 gramos). Con cada porción forma un cilindro largo y fino (de unos 20 o 25 cm). Para crear la tradicional forma de ‘S’ enrolla cada extremo del cilindro hacia el centro en direcciones opuestas.
-Coloca las figuras con una bandeja de horno (forrada con papel de hornear).
-Dispón unas pasas en el centro de cada espiral (en los extremos de la ‘S’).
-Dejar levar de nuevo los bollitos ya formados, durante unos 30-45 minutos.
Horneado:
-Precalienta el horno a 200º.
-Pincela con huevo batido las figuras.
-Hornea de 8 a 10 minutos hasta que estén dorados. Es importante no hornearlos demasiado tiempo para que se mantengan suaves y jugosos. Deben estár dorados, pero no secos.
-Deja enfriar y sirve con café, té, vino caliente especiado…








