La tendencia más suave del maquillaje no apuesta por la naturalidad, sino por una sofisticación muy sutil, casi sibilina, que juega con el color para crear cutis radiantes y miradas seductoras.
El concepto: resaltar la luminosidad del rostro y dar suavidad a los rasgos. La clave: contornos muy difuminados, cuyos bordes se diluyen y se funden con la piel. La textura: irisada, con un suave brillo metalizado. La herramienta: sin duda, las brochas de maquillaje, imprescindibles para difuminar correctamente el color y fundirlo con la piel. El producto: el colorete en crema, que consigue que el color parezca brotar desde el interior de la tez.
Trucos para un maquillaje sutil y delicado
Los labios han de quedar con aspecto de "boca mordida". Para ello son perfectas las barras de labios rojo oscuro, burdeos o berenjena aplicados en muy poca cantidad con la yema del dedo, extendiendo mucho el color. El efecto debe ser similar al que se obtiene al apretar un labio contra otro.
Nuevos en el mercado e idóneos para ‘manchar’ los labios: los rotuladores para labios, que dejan una huella de color mate.
La tez no debe verse muy mate, sino ligeramente satinada. Basta con quitar los brillos de la zona T, dejando suavidad en las mejillas.
El colorete es imprescindible para dar frescura y homogeneizar el cutis.
Para dar definición al ojo es imprescindible usar (y hasta abusar) de la máscara de pestañas, pero evitando en general el delineador.
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