Si éstas fueran muy intensas, es recomendable acudir a un dermatólogo, que le puede indicar si en su caso son adecuadas quizás la aplicación de bandas de silicona o elementos parecidos para atenuarlas. En algunos casos, el dermatólogo o el médico estético puede recomendar infiltraciones de sustancias de relleno directamente en la cicatriz. Hay ocasiones en que la cicatriz es demasiado profunda, y no se puede arreglar.
Recientemente acaba de llegar una novedad al mercado de la firma La Mer, The Concentrate, una fórmula que, según los laboratorios de investigación que la han realizado, mejora de forma notable el aspecto de las cicatrices de intervenciones quirúrgicas y de las quemaduras, basándose en su capacidad para complementar el proceso natural de curación de la piel, gracias, entre otros componentes, a su concentración sin precedentes del caldo de algas original de Créme de la Mer.
En los casos más severos, se puede recurrir a la cirugía plástica para mejorar el aspecto de una cicatriz. El cirujano plástico es el que debe vigilar su evolución y valorar su madurez y estado antes de tomar una decisión. Aunque existen casos difíciles de resolver, los resultados finales suelen ser buenos, a no ser que la calidad de la piel sea el origen de la cicatriz. El tratamiento quirúrgico se realiza con anestesia local, aunque en ocasiones es necesaria la anestesia general. El cirujano limpia la lesión, corta los bordes y la reconstruye utilizando puntos de seda muy finos, un tipo de sutura especial y, en ocasiones, un vendaje compresivo. Una vez operada, la cicatriz debe protegerse del sol y masajearse con cremas especiales.
Otros tratamientos más novedosos son los rayos láser, las inyecciones de corticoides y la crioterapia, todos ellos muy eficaces y de resultados estéticos brillantes.
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