Miel. Dulce, deliciosa y, además, una buena aliada de su belleza. Bálsamos labiales, cremas, jabones, velas... se llenan de su aroma y se aprovechan de sus propiedades. Y es que la miel no sólo endulza sus postres, sino que son de sobra conocidas sus virtudes calmantes, tonificantes y antibióticas (dice la leyenda que ya Hipócrates recomendaba sanar las heridas con miel). Además, se está convirtiendo en uno de los ingredientes estrella de muchos productos hidratantes de firmas como L'Occitane, The Body Shop o Nuxe, debido a sus propiedades emolientes, que pueden ayudar a mantener los labios y la piel hidratados.
Té. El verde está viviendo un auténtico boom a medida que se van conociendo más y más sus propiedades. A diferencia del té negro, el té verde no se fermenta, sino que se seca, lo que evita su oxidación y preserva sus mejores cualidades, como su altísimo nivel de flavonoides. Estos componentes aseguran su gran poder antioxidante, capaz de combatir los radicales libres responsables de gran parte del proceso de envejecimiento del organismo, por lo que se encuentra en cada vez más cremas, destinadas a preservar la juventud y salud del rostro.
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