Con personalidad propia. Sin hacernos caso. Y, como cantaba Jeanette, siendo rebelde porque el mundo le hizo así… Hablamos del pelo, sí, que tiende a ir a su aire más a menudo de lo que a todas nos gustaría. Sobre todo en verano, cuando la humedad transforma la melena en una nube de frizz. Teniendo en cuenta el interés en dominar el encrespado, no es de extrañar que los protocolos de alisado en peluquería se hayan hecho tan populares. ¿Cómo diferenciar unos de otros y saber cuál nos conviene?
Alisado japonés, el pionero
El alisado japonés fue el primer tratamiento de este tipo que se popularizó en España. Su nombre no procede del Lejano Oriente, sino que se debe al efecto obtenido, similar al del cabello asiático, ¡liso como una tabla! El tratamiento modifica la estructura interna del cabello mediante el tioglicolato de amonio, lo mismo que se usa para hacer la permanente.
Este activo rompe los puentes disulfuro del cabello, lo que permite luego darle la forma que queramos. ¿Su ventaja? Dura, dura y dura (el resultado es permanente) y alisa hasta el cabello más rizado. Eso sí, el pelo nuevo crece con su rizo natural, lo que puede obligar a retoques complicados solo en la raíz, ya que el resto del cabello sigue liso. No se recomienda para cabello dañado, ya que al modificar los puentes disulfuro puede quebrar la fibra.
Queratina clásica
Este tratamiento —conocido también como alisado brasileño— se basa en rellenar los huecos de la fibra capilar con queratina (natural o sintética) similar a la que hay en el interior de nuestro cabello. El objetivo no es conseguir un "liso tabla", sino reducir el frizz, dejar el cabello más manejable y aportar brillo. Es idóneo para los cabellos encrespados y opacos y para poder disciplinar el pelo, sin que pierda su movimiento natural.
Alisado orgánico, el más natural
Los alisados orgánicos, que a veces también son veganos, usan activos naturales como aceites, proteínas o extractos vegetales para rellenar la fibra capilar. Son recomendables para el cabello con color, frágil o muy seco, ya que ayudan a sellar la cutícula y reducen el encrespado sin que el pelo pierda su onda y movimiento. En caso de rizos, los suaviza y aporta brillo, pero no los alisa por completo.
Con taninos
¿A alguien le suenan los taninos? Son esos polifenoles que dan un toque astringente al té o al vino y que, además, también se usan para la taninoplastia, un tipo de alisado que fija esos taninos a las proteínas del cabello, para sellar y cerrar la cutícula. Duran entre 2 y 3 meses y consiguen que el cabello sea más manejable, sin perder su forma natural y respetando el rizo, que queda como una onda.
Alisado con carbocisteína
Muy popular se ha hecho el alisado con carbocisteína, un aminoácido que se encuentra de forma natural en la queratina del cabello. Es muy similar al alisado con queratina (a veces los protocolos combinan ambos activos) y es perfecto para pelo rebelde, grueso o muy encrespado, pues lo hace más manejable. Consigue alinear los puentes de cistina del cabello durante 2 a 4 meses, y el efecto se va de forma progresiva.
Cuidados especiales
- LAVADO ESPECÍFICO: Para alargar los resultados —que, excepto en el caso del alisado japonés, que es permanente, oscila entre los dos a cinco meses— es esencial usar champús sin sulfatos ni cloruros, a la vez que evitar los lavados demasiado frecuentes.
- A CADA TRATAMIENTO, SU PROTOCOLO: Es esencial seguir las recomendaciones de cada salón para el cuidado posterior, que pueden incluir no recogerse el cabello ni ponerse pinzas, o también esperar al menos 48-72 horas para el lavado.
- ENEMIGOS VERANIEGOS: Cuidado con el cloro y el salitre: ambos aceleran la desaparición del producto alisador del cabello y acortan la duración del tratamiento.
- SEPARAR ALISADO Y COLORACIÓN: Los alisados pueden cambiar (y mucho) el color del cabello coloreado. Por eso, cualquier tratamiento de mechas o tinte se debe hacer al menos dos semanas tras el alisado, tanto para que asiente el producto, como para evitar que el mismo altere el resultado del trabajo de color.
Alisadores
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Cómo evitar el 'frizz' en casa
¿Qué hacer cuando se quiere controlar el encrespado sin más ayuda que nuestros productos de confianza? En primer lugar, es básico saber por qué se produce el frizz: cuando las escamas que cubren la cutícula están cerradas, lisas y bien compactas y en formación, la humedad no llega a entrar en el interior del cabello. Pero si esas escamas están dañadas... ¡ay! En ese caso, el agua entra sin llamar, el pelo absorbe la humedad ambiental y el resultado es el encrespado.
La mejor forma de alinear y unir esas escamas es hidratar bien el cabello; además, si tiene agua en su interior, tendrá menos capacidad de absorberla del exterior y, de esa forma, habrá menos encrespado. Para eso, los mejores aliados son champús hidratantes, el uso de mascarillas de forma regular y, como absoluto must, el acondicionador, un excelente sellador de la cutícula.
Tras el lavado, nada como el uso de productos de styling para terminar de cubrir la capa externa del cabello. Los aceites naturales la nutren y sellan a la vez, y como amiga imbatible está la silicona, que en cabello muy rebelde o en zonas de mucha humedad es la mejor opción para impermeabilizar la cutícula. Cremas y sérums de styling, en sus diferentes formas, son el atajo para reducir el volumen desaforado y, a la vez, aportar un fácil peinado y brillo.