Pero no sólo hay que tener en cuenta el entrenamiento. De poco nos servirá una buena preparación física si no llevamos un equipamiento a la altura. Así, las botas ocupan un papel fundamental a la hora de evitar lesiones. No deben estar ni muy apretadas ni muy flojas (de hecho únicamente deberían poder moverse los dedos). Y los esquís para deportistas sin mucha práctica deben ser cortos, blandos y afilados, en forma de Y, y lo más planos posibles. Cuanto más duros y curvos, mayor velocidad se alcanza con ellos.
Todo ello, para conseguir evitar problemas serios, pues en la práctica del esquí se dan 3 lesiones por cada 1.000 esquiadores; un tercio de éstas son en la rodilla, y sobre todo, las lesiones del ligamento cruzado anterior son muy graves y serias. Casi todas requieren una rehabilitación intensa.
Sólo un par de aspectos más para disfrutar de una jornada perfecta en la nieve: la protección del frío en manos, pies, cabeza y orejas es muy importante. Y deben usarse gafas de sol para prevenir lesiones oculares, conjuntivitis y posibles lesiones en las córneas. Y la piel también sufre, por lo que han de usarse cremas con factor protector para prevenir quemaduras solares, y asegurar una buena hidratación mediante la ingestión frecuente de líquidos.
Si sigue estas recomendaciones, lo cierto es que estará practicando una actividad muy recomendable, pues a pesar de los riesgos existentes y lesiones que se pueden producir en la práctica deportiva, se trata de una actividad segura y saludable siempre que se realice la preparación previa y se adquiera una buena técnica. "De hecho -señalan los responsables de la Clínica Armstrongel esquí es una de las actividades más recomendables para mejorar la psicomotricidad. Se pueden llegar a ejercitar al mismo tiempo cuádriceps, gemelos, isquiotibiales, abdominales, dorsales y pectorales."