¡Ya es una chica Almodovar! El recorrido de Aitana Sánchez-Gijón hasta cumplir uno de sus sueños
Será una de las 'Madres paralelas' del director manchego
'Yo quiero ser una chica Almodovar', cantaba Joaquín Sabina poniendo voz y alma a los deseos de tantas actrices desde hace décadas. Aitana Sánchez-Gijón con una carrera de más de 30 años a sus espaldas ha logrado cumplir su sueño al interpretar una de las Madres paralelas en la nueva película que el director manchego ha escrito durante el confinamiento. Junto a Penélope Cruz y Milena Smit se sumerge en este relato sobre el universo femenino que cuenta la historia de dos mujeres que dan a luz el mismo día y tienen recorridos vitales muy similares.
Ilusionada como está, la actriz anunciaba su nuevo proyecto con esta nostálgica fotografía junto a Pedro Almodovar. "Tres décadas después de este viaje a Moscú se cumple un sueño... Estoy feliz de anunciaros que seré una de las #madresparalelas". ¿Recuerdas los comienzos de Aitana Sánchez-Gijón? Repasamos la trayectoria profesional y personal de la nueva chica Almodovar
Debutó en televisión con tan solo 16 años pero su rostro comenzó a ser realmente conocido en 1989 cuando protagonizó Bajarse al moro, de Fernando Colomo junto a Verónica Forqué y Antonio Banderas. En la imagen podemos ver a los protagonistas junto al director en el estreno de la afamada comedia, ambientada en el madrileño barrio de Lavapiés, que catapultó a la fama a sus principales actores
Si en los 80 la carrera de Aitana Sánchez-Gijón era más que prometedora se consagró definitivamente en la década de los 90. En Un paseo por las nubes, comparte cartel con Keanu Reeves, con el que protagoniza un drama romántico de los que hacen época. La película es de 1995, el que fue su año más prolífico con títulos como La Regenta, La ley de la frontera y Boca a boca, además de triunfar sobre las tablas, su gran pasión. Precisamente en esta década funda su propia compañía de teatro, Strion
En Madres paralelas, Aitana Sánchez-Gijón comparte protagonismo con Penélope Cruz, dos grandes de la escena nacional e internacional que se conocen de muchos años atrás. Igual que con Pedro Almodovar ha rescatado una fotografía de hace 30 años, nos vamos a 1999 para verla posando con la oscarizada actriz de Alcobendas en el Festival de Cine de San Sebastián. La carrera de ambas ya era imparable, si Aitana ya era desde hacía año la presidenta de la Academia Española de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, Penélope estaba a punto de dar el salto a Hollywood
A finales de la década que catapultó al estrellato a Aitana Sánchez-Gijón también comenzó su historia de amor con el pintor Guillermo Papín Luccadane con el que pronto tuvo a su hijo Teo, que ha heredado el talento artístico de sus padres. La pareja contrajo matrimonio en 2002 en la finca Rocamador, que regenta la familia Bosé en la provincia de Badajoz. La pareja se dio el ‘sí, quiero’ en una ceremonia civil, íntima y familiar a la que solamente acudieron 50 invitados, entre los que se encontraban sus familiares y algunos de sus amigos más próximos, Emma Suárez, Imanol Arias y su esposa Pastora Vega.
Un año antes de casarse llegó al mundo Teo, su primer hijo. La llegada de su hijo marcó una nueva etapa en la vida de Aitana Sánchez-Gijón. Antes de conocer la noticia de su embarazo la actriz decía: "la maternidad es algo que no me querré perder, pero cuando sienta el deseo. Escoger el momento en que quieras tener un hijo, sea la edad que sea, es una elección realizada desde el amor, porque esto es lo que un hijo necesita fundamentalmente". Finalmente, ese momento llegó y por partida doble ya que tres años más tarde el matrimonio daba la bienvenida a Bruna. La actriz siempre se ha desvivido por sus hijos, a los que siempre ha tratado de proteger de la exposición mediática. Cuando ya tienen 20 y 17 años son ellos los que comparten con sus seguidores fotografías con su madre, de la que no pueden estar más orgullosos
Su hijo mayor no ha escapado del talento artístico que se respira en su casa por los cuatro costados. Su madre es una de las actrices más reconocidas del cine español y su padre, un escultor y pintor argentino, y él se ha erigido como todo un artista polifacético. Comenzó probando suerte como actor en el corto Dime a las órdenes de uno de sus mejores amigos, Daniel Arias, hijo de los actores Imanol Arias y Pastora Vega, cuya amistad se remonta a la infancia, y recibió los elogios de los compañeros del sector. Si cuando era pequeño, su madre se encargó de mantenerlo alejado del foco público, tanto a él como a su hermana, cuando cumplió la mayoría de edad, descubrimos que también despunta como cantante de rap. Además, ha colaborado en alguna ocasión con Dora, la hija de Diego Postigo y la fallecida Bimba Bosé, que también es artista y junto han cantado el tema Call My Name
- Teo, el hijo de Aitana Sánchez-Gijón prueba suerte como cantante de rap
Aitana Sánchez Gijón es una de las actrices más queridas en nuestro país pero también fuera de él. Si entre sus compañeros del cine español ya cuenta con numerosos amigos en Hollywood no se queda corta. En 2007 el Festival de San Sebastián concedió a Richard Gere el Premio Donostia y la que fuera protagonista de Un paseo por las nubes fue la encargada de entregárselo. El actor, cuyos vínculos con España son profundos desde que unió su vida a Alejandra Silva, y Aitana derrocharon pura complicidad sobre el escenario
El cine y el teatro siempre ha sido su gran pasión, pero en la pequeña pantalla también ha tenido papeles memorables. Su último papel en televisión ha sido como comisaria en la ficción de Televisión Española Estoy vivo, pero uno de los más recordados en los últimos años ha sido su interpretación de Doña Blanca Soto en Velvet y Velvet Collection, donde coincidió con Paula Echevarría con la que ha mostrado una excelente química tanto delante como detrás de las cámaras
La última aparición pública de Aitana Sánchez Gijón ha sido en los recientes Premios Forqué en los que ejerció de perfecta maestra de ceremonias junto a Miguel Ángel Muñoz. Una gala muy distinta a las anteriores, marcada por las medidas de seguridad ante la pandemia, pero con las mismas dosis de emoción que son habituales en las grandes citas del cine