Fernando Morientes es un nombre grabado en la historia del fútbol español. Delantero de referencia en equipos como el Real Madrid, el Mónaco, el Liverpool o el Valencia, y con un papel destacado en la Selección española, su trayectoria deportiva le convirtió en uno de los grandes rematadores de su generación.
Sin embargo, detrás de esa carrera de éxitos, el exjugador siempre ha mantenido una prioridad clara: su familia. Junto a su mujer, Victoria López, con la que comenzó a salir con tan solo 15 años, ha formado un precioso hogar en el que sus cuatro hijos —Fernando, Lucía, Gabriela y Martina— son el motor de sus vidas.
El exdelantero, retirado ya del fútbol que hoy triunfa como comentarista deportivo, cuenta que sus hijos han sido el pilar más importante sobre el que ha construido su carrera deportiva. “No hay decisión en mi vida que no tome con cierto consenso, porque he aprendido a delegar y dejarme aconsejar por quienes realmente me quieren”, confiesa Fernando a ¡HOLA! en un reportaje exclusivo en su hogar.
Vive una etapa más tranquila, disfrutando de lo cosechado durante décadas y ha encontrado en estos momentos en su hogar el equilibrio perfecto. Su mujer, Victoria, confiesa que fueron muchos años llenos de mudanzas constantes, adaptación a nuevos países y entornos con sus cuatro hijos. “Mi marido se mudaba, casi sin previo aviso, y yo llegaba después con los niños y las maletas, empezando de cero: buscando la casa, el colegio, los supermercados, los médicos… En pocas semanas, había un hogar funcional y cálido”, recuerda. Una vida frenética en la que ella, amor de toda una vida con la que ya ha cumplido 25 años casado, siempre se ha adaptado con fuerza y plena entrega a su familia.
Lejos de los focos, Fernando y Victoria han formado un sólido “equipazo” junto a sus cuatro hijos, a quienes han procurado transmitir valores como el respeto, el esfuerzo y la empatía. El mayor, Fernando, de 26 años, conocido en casa como Nando, ha seguido los pasos de su padre en el fútbol; después está Lucía, de 23, que ha encontrado en la moda un camino en el que ya empieza a despuntar.
Gabriela, que cumplirá 19 en septiembre, celebró el año pasado su mayoría de edad por todo lo alto rodeada de sus amigos y de su familia, un equipo de seis que siempre procura estar presente en los momentos buenos y en los no tan fáciles. Finalmente, la pequeña Martina, de 16, aporta la espontaneidad y la alegría que completan este círculo familiar. Para el matrimonio, verlos crecer y abrirse camino con ilusión se ha convertido en su mayor orgullo.
Hoy, sus hijos crecen en un entorno discreto y rodeados de los valores que la pareja y el fútbol les han inculcado a lo largo de los años. En palabras del exjugador: “Lo que más disfruto es compartir momentos de calidad con los míos. Una simple película en familia o una buena comida, rodeado de las personas que quieres, no tiene precio”. Y es precisamente esa manera de entender la vida, sencilla y auténtica, la que marca el presente de sus hijos.
Victoria, que se define como el “motor” de la familia, también ha compartido cómo afronta ese papel central en el día a día: “Estoy presente, tomo decisiones, organizo, acompaño y sostengo”, entregada a sus cuatro hijos que aunque ya sean mayores, siguen contando con sus referentes y disfrutando del tiempo juntos.
Ese “equipo” es hoy la familia que ambos han creado. Un hogar donde Fernando, Lucía, Gabriela y Martina crecen con la naturalidad de quienes saben que lo más importante no es la fama ni los títulos, sino el respeto, el esfuerzo y el amor compartido. Su mayor victoria no está en los estadios ni en las estadísticas deportivas, sino en lo que vive cada día en casa, en los sueños cumplidos y de los momentos difíciles superados en familia.