Desde que Enrique Ponce y Ana Soria confirmaran su relación en el verano de 2020, la pareja no ha dejado de acaparar la atención mediática. Lo que comenzó como una historia inesperada se ha consolidado con el paso de los años, demostrando que el amor puede surgir en los momentos más inesperados. El torero, que dejó atrás una larga etapa personal en su matrimonio con Paloma Cuevas, encontró en la joven almeriense una complicidad y frescura que transformaron su vida.
A pesar de la diferencia de edad (actualmente el torero tiene 51 y Ana 27), la pareja ha mostrado que su unión está basada en la confianza, la naturalidad y el apoyo mutuo. Juntos han compartido escapadas románticas, paseos por la costa andaluza y momentos familiares que han quedado inmortalizados en redes sociales, donde Ana se ha convertido en la mejor embajadora de su historia de amor.
Su relación, lejos de debilitarse ante las críticas iniciales, ha ganado fuerza con el tiempo. Hoy se presentan como una pareja estable que disfruta de la tranquilidad, del día a día en común y de proyectos compartidos que refuerzan aún más su vínculo. Enrique, volcado en esta nueva etapa vital tras abandonar los ruedos, y Ana centrada en el máster que está haciendo tras graduarse en Derecho, han encontrado el equilibrio perfecto entre la vida pública y la intimidad que desean preservar.
El pasado miércoles 3 de agosto, Ana Soria celebraba su 27 cumpleaños y su novio le regaló un ramo de rosas rojas, en señal del amor que siente por la joven. Ana compartió la foto en sus redes, con un texto que decía: "Mi regalo eres tú. Te quiero a morir", junto a un emoticono en forma de corazón rojo. Unas palabras que muestran que aquí amor sin fisuras y que dejan constancia de que su amor está más vivo que nunca.
Ana Soria y el momento más especial con sus padres al hablar de Enrique Ponce
Cuando la relación entre Ana Soria y Enrique Ponce salió a la luz, todas las miradas se posaron en la joven almeriense y en cómo afrontaría este nuevo capítulo de su vida. Uno de los instantes más significativos fue, sin duda, el día en que compartió con sus padres que estaba enamorada del torero.
Lejos de los focos y con la naturalidad que la caracteriza, Ana les confesó la ilusión que sentía y lo importante que Enrique se había vuelto para ella. Aunque sus padres necesitaron un breve tiempo para asimilar la noticia, pronto entendieron la sinceridad de los sentimientos de su hija. Fue en Nimes, en un encuentro familiar cargado de emoción, cuando pudieron conocer en persona al diestro.
Desde entonces, la relación entre Enrique Ponce y la familia Soria ha sido cercana y afectuosa. Ana ha contado que sus padres y Enrique forman “un equipo”, una frase que refleja la complicidad y el cariño que ha unido a todos desde aquel primer día. Para la joven, contar con el apoyo incondicional de los suyos en un momento tan trascendental supuso la mayor tranquilidad, confirmando que su historia de amor con el torero estaba destinada a consolidarse con el paso del tiempo.
Con cada aparición, la pareja transmite la imagen de un amor sólido que sigue escribiendo capítulos llenos de complicidad. Una historia que, cinco años después de hacerse pública, continúa despertando interés y conquistando titulares.