Con "E" de elegantes, extraordinarios y exóticos. Así han sido los festejos por la boda de Celio Saab, el segundo hijo de Elie Saab, y Zein Qutami. Del 17 al 19 de julio, Faqra, un pueblito de montaña con vestigios romanos y vistas al Mediterráneo, al noreste de Beirut (Líbano), se transformó en un entorno idílico y cosmopolita en el que 1.500 invitados, llegados de todos los rincones del planeta, celebraban junto al famoso diseñador la boda de Celio.
Hubo de todo: una fiesta preboda al aire libre, en un acantilado a 1.500 metros de altura, con impresionantes vistas al mar y a la montaña; una ceremonia religiosa, un día después, oficiada por el cardenal Bechara Boutros Al-Rai, patriarca maronita de Antioquía y todo Oriente, en Bkerké, frente a la icónica bahía de Jounieh, y una fiesta en la residencia de los Saab, como broche de oro a tres días que, según Nieves Álvarez, una de las invitadas, "dejan huella" en todos los asistentes.
Elie Saab y su mujer, Claudine, con quien lleva 35 años casado, se convirtieron en los elegantes anfitriones del "sí, quiero" de su hijo. Contaron para ello con la inestimable ayuda de Neiman Azzi, director creativo de todo el evento y responsable de la producción. "Mi familia es una bendición. Es un pilar que ocupa un lugar central en mi vida y en mi tiempo", confiesa Elie Saab a ¡HOLA! "Por segunda vez —continúa— acogemos a alguien en nuestra familia: una nuera que se convierte en parte de nosotros. ¡Es como recibir a una segunda hija!".
En este caso, esta relación se ha estrechado especialmente porque Elie Saab formaba parte del secreto mejor guardado: el vestido de novia. De hecho, él ha sido el creador: "Diseñar un vestido de novia es un privilegio y una muestra de confianza. Es un momento íntimo en el que se crea un vínculo especial entre la novia y yo. Cada detalle cobra sentido, porque se trata de traducir sus emociones, sueños y expectativas en la creación del vestido".
Cuatro vestidos para la novia, diseñados por el padre del novio, el inigualable Elie Saab; tres días de fiesta; 1.500 invitados, y fuegos artificiales sobre el cielo de Faqra
Detrás no solo del vestido de novia, sino también de los dos vestidos de noche que lució Zein en la preboda y en la recepción del día siguiente, se escondía la aguja prodigiosa del diseñador libanés, que ha vestido tanto a estrellas de Hollywood, como Angelina Jolie o Halle Berry, como a miembros de la realeza, entre los que se incluyen a Rania de Jordania, Charlene de Mónaco o Kate Middleton.
El secreto mejor guardado
Confeccionado en seda bordada con mangas en color marfil, requirió unas 480 horas de trabajo, desde los bocetos hasta los bordados con lentejuelas (1.500), más otras 300 horas en tareas de patronaje, montaje, pruebas y gestión de volumen. Además, el concepto del vestido se logró, según nos reveló el propio diseñador, tras algunas conversaciones entre Zein y él: "Intercambiamos pareceres sobre sus gustos y lo que le gustaba. Por supuesto, tenía ideas, pero simplemente dejó que fluyera mi creatividad. Para ella fue natural confiar en mí. Celio solo mencionó que le gustaría que llevara un escote bonito y pronunciado".
Sin afán de exagerar, la novia parecía recién salida de un cuento de "Las mil y una noches". El templo, decorado con detalles góticos y una mezcla de hortensias y vegetación exuberante, ayudó en la fastuosa puesta en escena, aunque no por ello se dejó de lado la emotividad. El coro a cappella, dirigido por el maestro Pére Khalil Rahmé, contribuyó a generar un ambiente mágico, que se multiplicó con la homilía pronunciada por el patriarca maronita, centrada en el significado espiritual del amor y del matrimonio.
La espectacularidad de la recepción
Una vez convertidos en marido y mujer, Celio y Zein convocaron a todos sus invitados en el Faqra Club, un espacio natural rodeado de lagos y bosques. Hicieron su entrada acompañados de una orquesta de 80 músicos. La recepción evocó en todo momento la elegancia atemporal de la belle époque, con sus notas de romanticismo y sofisticación. Se desarrolló al aire libre, aunque el área de comedor se ubicaba bajo un dosel espejado de 800 metros cuadrados, en el que se reflejaba el paisaje circundante. Los invitados se acomodaron en unas mesas de ensueño, cuya decoración emulaba paisajes naturales exóticos y ricos en texturas.
Como no podía ser menos en una boda libanesa, la cena, que corrió a cargo de Cuizina, una de las principales empresas de catering de Líbano, ofreció a los comensales una opulenta selección de platos de cocina oriental y occidental, servida en estaciones gourmet. Por si no fuera suficiente, la guinda del pastel se hallaba… precisamente en la tarta nupcial, de una espectacularidad pocas veces vista: tres metros y medio de altura, diez pisos, concebida por Neiman Azzi y elaborada por el maestro pastelero Wissam Gemayel.
"Por segunda vez acogemos a alguien en nuestra familia: una nuera que se convierte en parte de nosotros. ¡Es como recibir a una segunda hija!", dice el famoso diseñador a ¡HOLA!
Pero aún quedaban más sorpresas para una velada de ensueño, amenizada por una orquesta dirigida por Guy Manoukian, un coro de 25 personas, tres solistas, famosos cantantes libaneses y algunos DJ con gran trayectoria internacional. Los novios abrieron la pista bajo los acordes de la orquesta en directo interpretando una composición de Hans Zimmer, arreglada especialmente para la ocasión. Aún quedaba un elemento más que iluminó los cielos de Beirut gracias a esta celebración del amor: tras el corte de la tarta, comenzó un espectáculo de fuegos artificiales en tonos dorados y plateados, acompañados por una pieza de ópera interpretada en directo por el coro.
El día antes… y el día después
El día antes de la boda, los invitados disfrutaron de las danzas tradicionales libanesas, ejecutadas por 40 bailarines, en el Panorama Faqra (un recinto al que los Saab tiene especial cariño, porque pasaron muchos años de su vida allí), además de estaciones de cócteles y una experiencia culinaria inspirada en la sazón libanesa. Como no podía ser de otra manera, la novia deslumbró con un vestido de noche, diseñado también por su suegro. Y un día después del enlace, el millar de invitados de los Saab estaban convocados, al atardecer, a una recepción en la residencia de montaña de la familia, en Faqra.
La casa se transformó para la ocasión en un club retrofuturista, con diseño de alta tecnología y estética vanguardista, porque la temática de la noche, Electric Aura, así lo pedía. El dress code pedía a los invitados que se vistieran con tonos blancos, negro y metálicos. Y, una vez más, como fue la tónica en los tres días de festejos, Cuizina se encargó de agasajar el estómago de los asistentes, aunque en esta ocasión tomaron la batuta siete chefs que prepararon una cena inspirada en ciudades icónicas del mundo.
Con esta recepción, los padres del novio quisieron agradecer a todos sus invitados su asistencia en una cita tan especial para su familia. Y Zein, una vez más, lució un diseño de su suegro, digno de un cuento de bella fantasía: "El último vestido —explicó la novia— fue un homenaje al “glamour libanés, al Beirut de los años dorados, a la mujer que celebra con intensidad. Quería algo más atrevido, más sensual, pero sin perder la sofisticación que define al estilo Saab".
Hablan los novios
Celio y Zein, ambos dedicados al mundo de las finanzas, parecían destinados a conocerse… y a enamorarse. Se vieron por primera vez en junio de 2021, en Dubái, y de inmediato supieron que estaban hechos el uno para el otro. Su romántico compromiso llegó en junio de 2024, cuando Celio le ofreció a Zein un anillo diseñado por él mismo. Poco más de un año después se ha celebrado la boda, una de las más espectaculares que se verán en este 2025. A continuación, Celio y Zein nos hablan de su pasado y de su futuro. Es decir, de cómo el destino se ha confabulado para que formen un "nosotros".
La recepción se inspiró en la elegancia atemporal de la belle époque y la tarta nupcial era de una espectacularidad pocas veces vista: diez pisos y tres metros y medio de altura
—Celio, ¿cómo te sentiste la primera vez que viste a la novia?
—Sentí una ola tranquila de emoción serena. En ese instante, todo alrededor pareció desvanecerse y sentí como si el tiempo se ralentizara.
—¿Hubo presión familiar con respecto al vestido de novia?
—En absoluto, no hubo ninguna presión. Todos estaban simplemente entusiasmados por ver cómo quedaría. A estas alturas, el ojo de mi padre no se discute. Parece saber exactamente qué favorece a cada forma, color o silueta.
—¿Por qué elegisteis casaros en Faqra?
—Faqra fue la elección natural. Es un lugar que, personalmente, significa mucho para mí. Su altitud te regala esa brisa veraniega inigualable, esencial para una boda al aire libre en Líbano. Con más de la mitad de nuestros invitados viajando, también era una oportunidad para mostrarles una joya oculta que no descubrirían en una visita rápida a Beirut.
Nieves Álvarez, una impactante invitada que puso el acento español: "Hay celebraciones que dejan huella", comentó la top, que acudió con su pareja, el empresario Bill Saad
—¿Por qué era importante para vosotros celebrar la boda en Líbano?
—Por supuesto, significaba todo para nosotros. Líbano es precioso y compartir su belleza nos parecía esencial. Celebrar nuestra boda aquí era, sencillamente, innegociable.
—¿Dónde pensáis vivir después de la boda?
—Por ahora, seguiremos en Abu Dabi, que ha sido mi hogar durante los últimos siete años y un lugar ideal para construir una vida en todos los sentidos: profesional, social y personal. Beirut sigue muy presente en mi corazón y volver allí está, sin duda, en nuestros planes a largo plazo.
—¿Cómo os imagináis la vida después de la boda?
—Después de la boda, imaginamos una vida vibrante, pero cómoda. Esperamos crear un hogar siempre abierto y acogedor para familia y amigos, pero, a la vez, anclado en la calma y autenticidad que solo ofrece la verdadera intimidad.
—¿Tenéis planes de formar una familia? ¿Os gustaría tener muchos hijos?
—Formar una familia es una prioridad para nosotros y estoy realmente emocionado de convertirme en padre tan pronto como la vida lo permita. Si todo va bien, tres hijos nos parece el número ideal; tanto Zein como yo crecimos en familias de tres hermanos, así que es algo que nos resulta natural.
—Zein, ¿cómo fue para ti unirte a la familia Saab?
—Desde el primer momento me sentí como en casa. Cada uno de ellos irradia una calidez auténtica y me hicieron sentir parte de su mundo con tanto cariño y naturalidad. He encontrado muchas similitudes con mi propia familia: el valor que le dan a estar presentes los unos para los otros y cómo siempre priorizan el tiempo juntos. Es algo que valoro profundamente y me siento increíblemente afortunada de formar ahora parte de la familia Saab.
—Zein, ¿qué significa para ti que tu suegro, un diseñador de moda tan reconocido, haya creado tu vestido de novia?
—Fue algo muy emotivo, en el mejor sentido. Llevar algo diseñado por alguien cuyo trabajo he admirado durante tanto tiempo y que, además, es parte de mi familia, fue increíblemente especial. No se trataba solo del vestido, se trataba del pensamiento, el cariño y el amor que se pusieron en cada puntada. Ese sentimiento lo guardaré para siempre.