¿Quién era Griselda Blanco? La verdadera historia detrás de la serie de Netflix

La historia de la delincuente colombiana que protagoniza Sofía Vergara en la nueva serie de Netflix

Por Ana Toro

Griselda, una de las series más esperadas del momento, que ya está disponible en Netflix  desde el 25 de enero es el primer trabajo de la actriz Sofía Vergara tras divorciarse de Joe Manganiello, después de siete años de matrimonio, en el que que encara su primer papel dramático interpretando a la temida narcotraficante colombiana, Griselda Blanco. Nacida en 1943 en Cartagena de Indias, la delincuente era conocida como ‘La Madrina’ o ‘La Viuda Negra’. La miseria, la violencia física, los abusos sexuales y el maltrato que sufrió desde niña por parte de su familia la marcaron de por vida. A los once años, Blanco formó su primera banda criminal: un grupo de carteristas que robaba en los barrios más peligrosos de Medellín. 

¿Quién fue Griselda en la vida real?

La criminal se casó en tres ocasiones. Carlos Trujillo, un falsificador de visas, fue su primera pareja y padre de sus tres hijos. Su segundo marido fue Alberto Bravo, un pequeño traficante que la introdujo en el mundo del tráfico de drogas. En los años 70, Griselda y Bravo habían extendido su negocio y sobre todo, su nombre. Ella era 'La Patrona' y él, había pasado a un segundo plano. Tanto que Bravo acabó muerto tras un enfrentamiento a disparos entre ambos. Por aquel entonces, Griselda ya era objetivo de la DEA, la Administración americana para el control de la droga.  

¿Cuántos hijos tuvo la 'Viuda negra'?

El tercer y último esposo de Griselda Blanco fue Darío Sepúlveda, padre de su cuarto hijo, Michael Corleone, bautizado así por la película favorita de la narcotraficante, El Padrino. Ya tenía otros tres hijos, fruto de su primera relación. En esta época 'La Viuda Negra' era una reconocida figura del narcotráfico y se había mudado a Miami para afianzar su imperio en los años más violentos del sureste de Florida, en Estados Unidos.

¿Qué fue de Griselda Blanco?

Del 'negocio' se encargaban sus tres hijos mayores, quienes dieron pistas de manera involuntaria a la DEA para llegar a la organización y capturar a Griselda Blanco en la mañana de 1985 en su casa de Florida. Blanco tan solo fue condenada por el homicidio de unos narcotraficantes cubanos gracias a una serie de irregularidades en su proceso judicial. Durante la pena de 20 años que cumplió en prisión, continuó con sus actividades ilegales. En el año 2004 vuelve a Colombia tras cumplir su condena, donde ocho años después, muere asesinada a tiros en una carnicería de Medellón por el mismo método que ella impulsó hace algunas décadas: unos sicarios en moto. Tenia 69 años.