Ocurrió en Londres durante el primer concierto de su gira en Europa

De cuando Madonna vio cómo su hija Estere le robaba su regreso a los escenarios bailando ‘Voguing’

Pero ¿Qué es el ‘Voguing’? Descubrimos el origen del baile antes incluso de que lo descubriera la Reina del Pop

Madonna en su gira por Europa, concierto en LONDRES

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En junio, estuvo a punto de morir. Durante un mes, Madonna vivió monitorizada en el hospital en Nueva York por una infección bacteriana tan grave que le provocó un shock séptico que la llevó a la UCI más de una semana. Pero, menos de cuatro meses después, la gran diva de la música, cual ave fénix, volvía a subirse a un escenario. Abría en Londres su gira más esperada: The Celebration Tour, en el O2 Arena, un show donde repasaba, a través de sus grandes éxitos, cuarenta años de carrera. Cuatro décadas en los que la italoamericana ha escrito algunas páginas más memorables de la Historia del Pop y también del cuché, con una vida repleta de excesos, polémicas, exitos, sexo, amor, ventas millonarias, Oscars, adopciones, compromiso social y defensa de los derechos civiles. Sin embargo, bastaron unos escasos cuatro minutos para que la “ambición rubia” pasara a un -placentero y maternal- segundo plano. Estere, una de sus gemelas, con tan solo once años, tomaba el escenario y se convertía, por derecho propio, en el objeto de todos los titulares cuando, hasta su aparición, parecía que del concierto ya estaba todo dicho, que Madonna, sencillamente, había vuelto.

Madonna en la gira por Europa©GTRES
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Pero no. Éso no ha sido lo que ha trascendido. Al igual que le ocurrió el pasado 27 de mayo a Beyoncé con su hija Blue Ivy Carter en París bailando al ritmo de My power, la artista de La isla bonita no era consciente de lo que estaba haciendo. O tal vez sí (luego abordamos eso). Nacía otra nepostar y lo hacía con, quizás, uno de sus temas más conocidos, bailados, icónicos y trascendentes del pop: Vogue. Porque de eso va este post. Mejor dicho, del trasfondo de esa canción.

Porque cuando Estere, con un jumpsuit de Versace, sin mangas, en negro y filigrana dorada, botas vertiginosamente altas de tacón y charol, y trenzas kilométricas, comenzó a bailar, la hija de Madonna dejaba boquiabiertos a los 18.000 asistentes al concierto. Con un ritmo frenético y con limpísimos movimientos que se acercaban tanto a lo circense como a las poses de un editorial de moda, Estere estaba descubriendo un universo desconocido, no solo para las niñas de su edad, sino también para las de 20, incluso, para las de 30 años… Aquellos movimientos hieráticos marcados con el diapasón de un estribillo repetido (Strike a pose) era Voguing y lo que se veía sobre el escenario era en una escenificación que recreaba un Ballroom. Y es que, mientras Estere bailaba, The Queen Mother -como ya se le llama a Madonna-, su hija Lourdes María, hija biológica de la reina del pop con el bailarín Carlos León, y el artista Bob The Drag Queen puntuaban su actuación con el clásico 10, 10, 10 across the board. Efectivamente, para un neófito, la imagen era algo así como la de una valoración de un ejercicio de patinaje artístico de los 80.

Stella, la gemela de Estere, también hizo una coreografía en el opening show de Madonna. Ocurría en la canción Don’t Tell Me. También tocó la batería David Banda, fruto de la relación de Madonna con el director de cine británico Guy Ritchie, y Mercy James acompañó a su madre al piano mientras entonaba Bad girl... De ahí que Madonna, como decimos, sí supiera lo que hacía. Se estaba rodeando de los artistas y ángeles de su casa, como definió a sus hijos en el comunicado en el que anunciaba que aún seguía viva tras su convalecencia...Pero lo de Estere… Esa fantasía protagonizada de Estere fue mucho, pero... ¿Qué era? Ésa era la pregunta que se multiplicaba hasta la extenuación al mismo tiempo que las visualizaciones de su intervención en el espectáculo crecían hasta convertirlo en un fenómeno viral.

Madonna en la gira por Europa©GTRES

Porque fue Madonna en 1990 quien también convirtió en mainstream lo que hasta entonces había estado oculto, soterrado, escondido, en la sombra, casi perseguido. Ella hizo de un baile nacido de la opresión, el rechazo y en los arcenes de lo moralmente aceptable, una de las imágenes más vistas del siglo XX, culmen de la sofisticación, sinónimo de la modernidad, del poder y el lujo pero, sobre, de la libertad. Ella puso el foco sobre una subcultura y ésa fue, para muchos, la primera toma de contacto con un mundo desconocido ¿Que lo suyo fue también apropiación cultural? Luego lo vemos, ahora, abordemos el fenómeno que ha rescatado su hija para el mainstream también, pero del siglo XXI, y utilicemos la letra de la canción de su madre como guía. ¿Qué les parece?

What are you looking at?

Así, con ese encarado “métete en tus asuntos”, comienza el tema de Madonna. Porque el Voguing fue un movimiento que nació de la lucha, de la libertad de expresión y del orgullo identitario que se suele datar de manera imprecisa entre las décadas de los 60s y los 80s. En Nueva York, en los barrios de Harlem y Brooklyn, cuando en los concursos de baile tan en boga en los circulos sociales altos de los 50s llegan a la clase media baja y, en ellos, no había lugar para ciertas comunidades. Primero, discriminadas por raza y color de la piel, ya fuera la negra y la latina, para después, serlo también por cuestiones de orientación e identidad sexual. Así, llegamos al fenómeno disco de los 70s -¿se acuerdan de Fiebre de sábado noche?- y, esos festivales del baile pasan a ser competiciones drags que combinaban las formulas de los concursos de belleza con las batallas de lucha libre o, mejor dicho, del patinaje sobre hielo y su parafernalia de mangas japonesa, lentejuelas y maillots de lycra.

Look around, everywhere you turn is heartache

It’s everywhere that you go (look around)

You try everything you can to escape

The pain of life that you know (life that you know)

When all else fails and you long to be

Something better than you are today

I know a place where you can get away

It’s called a dance floor

And here’s what it’s for, so

Madonna en su gira por Europa, concierto en LONDRES©GettyImages

Y aquellas salas de baile, las llamadas ballrooms, se convertían en el refugio de muchos desarraigados sociales que, como no podían mostrarse tal cual eran y formaban parte de los “indeseables de la tierra” (hasta 1990 la homosexualidad estaba catalogada, según la OMS, como una enfermedad mental), se inventaron un universo paralelo donde ser ellos mismos. Un ámbito delimitado por una bola luminiscente donde ser y ejercer de diva, ésa que llevaban oculta durante los días de entre semana. Efectivamente, se trataba de un movimiento cultural liberador que tenía una expresión artística hiperbólica, luminosa, extravagante y excéntrica en una época, por contra, de oscurantismo, represión, inseguridad y persecución.

All you need is your own imagination

So use it, that’s what it’s for (that’s what it’s for)

Go inside for your finest inspiration

Your dreams will open the door (open up the door)

It makes no difference if you’re black or white

If you’re a boy or a girl

If the music’s pumping it will give you new life

You’re a superstar

Yes, that’s what you are, you know it

Pero que no terminaba ahí, en la pista. De hecho, ésta era la punta del iceberg. La más altiva y brillante. Y tras ese culmen de exhibicionismo -que no dejaba de ser, por otra parte, el cemento y el ladrillo -, se construían espacios de resistencia y de apoyo mutuo (en el sentido figurado, pero también en el físico, con las salas de baile). Porque los concursantes, en estas batallas de baile, estaban integrados en equipos. Mejor dicho, en Casas. Casas con cimientos de hormigón de hecho, donde vivían jóvenes afroamericanos y latinos, muchos de ellos rechazados por sus familias por su condición sexual, que encontraban en estos apartamenos y, a su vez “equipos”, un refugio, una nueva familia, una motivación para vivir y una nueva madre. Todo esto les sonará si han visto la celebradísima serie Pose, de Ryan Murphy, la primera producción de Hollywood con cinco protagonistas transexuales. Las madres estaban encargadas de presidir el grupo de baile, pero también de aconsejar, guiar y educar a sus hijos y sus hijas.

Strike a pose.

Exacto, a posar se ha dicho. Tocaba posar. Y “Posa” “Posa” “Posa”, que también es el grito de guerra de Ru Paul. Porque el Voguing podría ser una extravagante suerte de baile performance donde se llevan al extremo los míticos movimientos estáticos y angulosos de las maniquíes que ocupaban las portadas de las revistas de moda, especialmente, de la americanísima Vogue (de ahí el nombre) que paradójicamente, hasta 1974 no dio una portada a una modelo negra, Beverly Johnson.

Madonna en la gira por Europa©GTRES

Greta Garbo and Monroe

Dietrich and DiMaggio

Marlon Brando, Jimmy Dean

On the cover of a magazine

Grace Kelly, Harlow, Jean

Picture of a beauty queen

Gene Kelly, Fred Astaire

Ginger Rogers, dance on air

They had style, they had grace

Rita Hayworth gave good face

Lauren, Katherine, Lana too

Bette Davis, we love you

Ladies with an attitude

Fellas that were in the mood

Don’t just stand there, let’s get to it

Strike a pose, there’s nothing to it

Porque el Voguing era una danza que también tenía influencias del musical del technicolor y de la fotografía en B/N, del cine de gangster y de la gimnasia rítmica e, incluso, de las danzas femeninas orientales. Los bailarines emulaban sus poses, las exageraban y, también, jugaban a la parodia. Eran personas LGTBIQ+ que adoptaban una ficticia feminidad blanca clásica y, al mismo tiempo que la glorificaban, subvertían sus ideales de belleza, de sexualidad y, sobre todo, de clase. Quizás porque, para muchos, bailar de esa manera era la única oportunidad que tenía para acercarse a la fama, la fortuna, el estrellato, los focos, la aceptación y los aplausos que sí, en cambio, tenían los blancos heterosexuales standard. Voguing significaba “sé quién quieras ser, al menos, aquí puedes”.

Beauty’s where you find it

Not just where you bump and grind it

Soul is in the musical

That’s where I feel so beautiful

Magical, life’s a ball

So get up on the dance floor

Madonna en su gira por Europa, concierto en LONDRES©GettyImages

El Voguing también era una herramienta que los asistentes a estos bailes tenían para contar sus historias. Incluso, una manera de responder a la crisis del SIDA. Era algo satírico, cómico, en donde los participantes evocaban un glamour impostado con ropa y peinados que se hacían ellos mismos llevando al extremo lo que habían visto hacer a los grandes diseñadores sobre la pasarela. Así, en muchas ocasiones, los nombres de las casas respondían a apellidos de los grandes de la Haute Couture. De Valentino a Balenciaga; de Lanvin a Mugler… Maisons que, a través de la mirada de Madonna primero y del documental Paris is burning después, replicaron a su vez sobre la pasarela lo que habían descubierto en los ballrooms, como si fuera algo totalmente nuevo (y ajeno). Y, en cierto modo, así era. O ¿no se acuerdan de los pechos cónicos de la gira Ambition Blonde que hizo Gaultier para Madonna?

Ahora, no todo era fiesta. La competición era dura. Exigía los pasos de baile más arriesgados, espectaculares estilismos y, sobre todo, un derroche de imaginación. Porque los jueces de cada noche eran duros y las temáticas, cada vez más enrevesadas, basadas, muchas veces, en nuestros titulares de revista: “Realeza de andar por casa”, “Aristocracia de campo”, “Duelo de estilo”... Que implicaban horas de ensayos y no menos, de costura.

Vogue (vogue)

Let your body move to the music (move to the music)

Hey, hey, hey

Come on, vogue (vogue, vogue)

Let your body go with the flow (go with the flow)

You know you can do it

Vogue (vogue)

Beauty’s where you find it (move to the music)

Vogue (vogue)

Beauty’s where you find it (go with the flow)

Madonna en su gira por Europa, concierto en LONDRES©GettyImages

Madonna vio estos movimientos por primera vez en 1990, en un club llamado Sound Factory, en la zona alta de Manhattan. Les puso música y el videoclip, con estética expresionista, en donde los repetía rodeada de bailarines hipermusculados, forma parte de la historia del pop. Sin él, sería dificil entender la estética de la década. E, incluso, de todo lo que vino después de ella. Sin embargo, desde el mismo momento en que puso el foco sobre aquel baile, pese al éxito, pese a la atención de la prensa y de la industria, para los integrantes/militantes del movimiento, significó un robo. Entre ellos, Willi Ninja, Mother de la House of Ninja y considerado el padrino del voguing, cuyos movimientos son los que Madonna replica una y otra vez en sus coreografías. Porque, sí, hay distintos estilos de Voguing, que pueden ser bailados en version “dramatic” o soft&cunt, y hay cinco pasos clave -catwalk, hands performance, duckwalk, floor performance y spin and dips- de uso libre, pero no entremos en eso, porque es pa’nota....

Lo cierto es que, aunque es innegable que Madonna ayudó a dar visibilidad a su cultura, la escena ballroom considera que se convirtió en un éxito comercial a sus expensas porque ellos no se vieron beneficiados ni social ni económicamente por ella. Y algo de razón tienen si, treinta años después, tenemos que explicar qué es el Voguing... Especialmente porque Madonna fue la primera de otras muchas que, aún compartiendo causa y color de la piel, han utilizado su estética pero no han enarbolado su bandera. Es el caso de Beyoncé, en Renaissance, donde la cantante de ébano hace un claro homenaje a la cultura ball y la música queer afroamericana. De hecho, en su tour mundial también ha incorporado un interludio de Voguing Ballroom, con una estética disco y futurista donde triunfa el brilli-brilli y los tejidos metálicos. Sin mencionar el remix llamado Break My Soul (The Queens Remix) en el que la canción se remezcla con el mítico Vogue, de Madonna. O Rihanna con Rude Boy. O Azealia Banks en Miss Amor...

Y porque en muchos países, los ballroom siguen siendo el único reducto de libertad a día de hoy: 2023. En Shanghái, se cerró en junio de este año y por “causas de fuerza mayor” el último que quedaba en esta ciudad de 20 millones de habitantes, como ejemplo del recorte de derechos y y libertades en China donde se ha endurecido la presión sobre los colectivos LGTB. Una ola de represión que no solo bate en el Extremo Oriente, sino que también sopla en la misma ciudad donde nació este baile.

Madonna en la gira por Europa©GTRES

Comenzaba agosto con el apuñalamiento de un bailarín, O’Shae Sibley, de 28 años, y natural de Brooklyn, que moría en una gasolinera de Coney Island cuando ensayaba premonitoriamente un paso, el death drop. Según el New York Post, Sibley hacía voguing junto a unos amigos cuando, según el vídeo del establecimiento, un grupo de hombres se les acerca gritándoles cosas. Sibley para de bailar y la pandilla se aproxima. Se les ve conversar acaloradamente hasta que todo se interrumpe cuando uno de los asaltantes saca una navaja y apuñala al bailarín en el vientre. Éste se desploma en la acera mientras sus agresores se dispersan. Fue trasladado al Centro Médico Maimonides, en Ohio, pero fue declarado muerto pocas horas después. Porque bailaba. Bailaba como una modelo de una revista de moda. Hacía Voguing.


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