La actriz colombiana Lorna Cepeda, de 'Betty la Fea', nos presenta a su espectacular familia

Es la primera vez que posa junto a sus tres hijos en su hogar de Cabo San Lucas (México)

Por hola.com

Conocida por interpretar a Patricia, la 'peliteñida' de la telenovela colombiana Betty la fea, Lorna Cepeda continúa triunfando en la interpretación -es una de las protagonistas de Hasta que la plata nos separe, de Netflix- y en estos años también ha formado una bonita familia con la que posa por primera vez. La actriz tiene tres hijos: Daniela, de 31 años; Nathaniel, 28, y Mariano, 26; e incluso su hija ya también es madre de dos niños. 

La extraordinaria combinación de conocimiento, pasión y, por supuesto, una alegría que contagia son las razones de su éxito no solo en Colombia, sino en los muchos países donde ella ha trabajado. Ha hecho cine, televisión, teatro, ha participado en realities, e incluso ha sido modelo, pero más allá de todo el camino que ha conquistado, su papel como mamá de tres hijos, y ahora abuela, ha sido impecable. Su casa está en Cabo San Lucas, en Baja California (México), al lado de su nuevo amor, el colombiano Juan David Solórzano, con quien lleva más de dos años de relación y se comprometió el año pasado.

De la vida, el amor, de su salud, que se vio afectada cuando le detectaron cáncer de piel, hablamos en un viaje relámpago que hizo a Bogotá para visitar a su famlia y sus hijos con quienes aceptó posar antes de iniciar un recorrido por varios países donde presenta su obra El diván rojo.

¿Qué ha sido de tu vida desde Betty la fea

Estar en esa novela significó un giro de 180 grados en mi vida. Yo apenas estaba empezando mi carrera cuando comenzamos a grabar; llevaba dos años como actriz y solo tengo agradecimiento porque no cabe duda de que fue una bendición porque salté rápidamente a una internacionalización. He tenido la fortuna de hacer muchos otros personajes, pero las personas recuerdan con especial cariño a Patricia y en otros países es toda una locura cuando me ven, incluso ahora, después de que se volvió a transmitir hace un par de años.

Con cerca de 25 años de esta emblemática historia, ¿cómo visualizas a Patricia Fernández hoy en día, teniendo en cuenta el cambio que ha tenido el mundo en cuanto a roles de género, acoso laboral, independencia de las mujeres, estereotipos, etc.?

La verdad, yo la visualizo igualita; no creo que ella haya cambiado mucho. Este tipo de personas no es que cambien mucho. Me hubiera gustado una historia donde ella hubiera tocado fondo y haber tenido que cambiar de forma de vida y mentalidad, pero no fue así, entonces yo creo que ella conoció a alguien que cumplió sus sueños o sigue pegada a Marcela Valencia. Ella no va a pasar trabajos de la manera como quisiéramos, es decir, tratando de salir por sí misma o como mujer empoderada.

Pasemos a un plano personal, el tuyo, el de Lorna. ¿Cómo te sientes como madre ahora que tus hijos están tan grandes?

Quiero decirles a las personas que van a tener hijos o que acaban de ser papás que esa preocupación que sienten porque estén siempre bien nunca se les va a ir. Mientras estés viva y seas mamá no hay forma de que te desvincules de ellos en el sentido de querer brindarles bienestar, darles la mano cuando lo necesiten. Yo siempre estoy al lado de ellos, cuando quieren y cuando no (risas).

¿Y ahora cómo ejerces tu papel de abuela y qué es lo que más disfrutas de tus nietos? ¿Qué consejos de crianza das a tus hijos?

Amo a mis nietos de 2 años y seis meses de edad. Yo no les doy un consejo de crianza, porque la verdad los quiero malcriar todo el tiempo. Eso que dicen de las abuelas que no quieren que hagan nada es verdad. Yo con mis hijos fui y soy mamá gallina, entonces podrán imaginarse cómo soy con mis nietos. Lastimosamente no puedo estar con ellos el tiempo que quisiera porque viajo mucho y no estoy en Bogotá, pero cuando vengo, no me los despego.

¿A qué se dedican tus hijos? ¿Cómo son ellos?

Mis tres hijos son maravillosos, son seres humanos buenos, trabajadores, respetuosos. No puedo estar más orgullosa de ellos. Daniela, la mayor, es comunicadora; Mariano es diseñador gráfico, y Nathaniel, publicista.

Háblanos de tu nueva ilusión, de tu novio Juan David. ¿Cómo se conocieron? ¿Qué es lo que más disfrutan hacer juntos? ¿Qué te enamora de él?

Él es un hombre increíble. Yo no pensé encontrar a alguien tan afín a mí después siete años de estar sola. Yo no estaba buscando pareja, estaba muy tranquila y era muy independiente porque desde que me separé nunca había convivido con alguien; sí tenía novios, pero no en este plan. Tenemos una relación muy bonita, estamos de luna de miel, pero la verdad es que trabajamos cada día en fortalecer el amor. Eso de que hay que regar la matica todos los días es cierto.

¿Cuándo se casarán? ¿En dónde?

Desde que nos comprometimos hemos tenidos, los dos, mucho trabajo y no ha sido posible dedicarle el tiempo que queremos a organizar la boda que soñamos. No tenemos afán, solo ganas de hacerlo bien, por eso, yo creo que esto será ya para el otro año.

¿Dónde vivirán?

Nosotros estamos viviendo en Cabo San Lucas, en Baja California, pero estamos también en otros países como México y, por supuesto, Colombia, a donde viajamos para estar con la familia una vez cada dos meses, más o menos.

¿Te consideras una mujer realizada?

No, aún tengo muchas cosas por hacer, por vivir. Estoy viviendo en este momento muchas cosas que soñaba tener, entonces estoy gozando todo lo que me pasa en el trabajo, la familia y el amor.

¿Cuál es la clave de la felicidad?

Tener una buena actitud frente a la vida; eso es todo. Siempre aconsejo lograr una vida espiritual muy rica junto con la fe. Reírte todo lo que puedas, aun en los momentos difíciles, sin dejar de llorar cuando se necesite. Dejé de padecer tanto, de quejarme todo el tiempo y estoy buscando ser feliz todo el tiempo.

¿Cómo te encuentras de salud? ¿De- bes realizarte chequeos continuos luego de haber padecido de cáncer en la piel? 

Gracias a Dios estoy bien. Me realizo exámenes cada seis meses y voy al oncólogo, aunque ya deberían ser anuales, pero prefiero no descuidarme. Ahora mismo me estoy revisando algunas cosas de la tiroides por unas bolitas que aparecieron, pero todo está bien.

¿Haber padecido esto cambió en algo tus hábitos?

Trato de comer sano, pero no me restrinjo en nada. Vivo con plenitud y gozo esta segunda oportunidad que me dio la vida. Antes comía muy mal, ahora trato de mezclar todo; no soy fit, ni vegetariana, pero busco tener una alimentación balanceada.

¿Qué sueños te quedan por cumplir?

Muchos. Yo creo que cumplir todo lo que uno anhela es complicado, pero lo que sí le pido a la vida es poder disfrutar de mis hijos, de mis nietos. Mi mamá murió muy joven y no tuve tiempo de disfrutarla, entonces quiero llegar a viejita rodeada de todos ellos.

“TENEMOS LA MEJOR MAMÁ DEL MUNDO”

Daniela, Mariano y Nathaniel adoran a su mamá. Los tres la abrazan y le dan besos. Además, hay algo que hacen todo el tiempo y que heredaron de ella, reírse. “Es muy chistosa, siempre tiene una sonrisa para alegrarnos la vida”, dicen. Pero además de esta felicidad que ella les transmite, los tres concuerdan en que es una mujer valiente y luchadora. “Lo que más admiro de mi mamá es su valentía; ella no es una persona que se rinda fácilmente, y aspiro a ser igual”, dice Nathaniel. “Es la mejor mamá que existe, siempre está cuando la necesitamos y su amor por nosotros es infinito”, asegura Mariano. Y si hablamos de anécdotas, cada uno tiene una en especial, pero Daniela dice que durmió con ella hasta cuando se fue de la casa. “No concebía una noche sin estar a su lado”.