Eugenia Silva nos desvela, emocionada, su nuevo reto: debuta como actriz

“Mi equipo me ha animado mucho y también Alfonso y mi familia. Todos me dijeron que adelante”

©Jesús Isnard

—Eugenia, ¿cómo te llegó esta propuesta? ¿Te quedaste sorprendida?

—Me sorprendió mucho, la verdad, porque yo solo había hecho un pequeño cameo en el que hacía de mí misma en Días mejores, con Marta Hazas y Blanca Portillo. El director de casting lo vio, estaban buscando a una Lucía Bosé y me llamaron para que fuera a hacer las pruebas. Es decir, yo he hecho un casting, como el resto de actrices, y me quedé muy sorprendida, pero me gustó mucho desde el primer momento.

—¿Te lo pensaste mucho o te lanzaste, como quien dice, a la piscina?

—Me lo pensé mucho. No es la primera vez que me ofrecían algo en el mundo del cine, me han propuesto películas a lo largo de toda mi carrera y siempre he dicho que no, pero no sé, me dio confianza el equipo y me gustó mucho el director de casting. Mi equipo me ha animado mucho y también Alfonso y mi familia me decían que por qué no probaba algo nuevo.

“Nunca me han asustado los retos, no se me pone nada por delante, me dan vida y sobre todo me gusta aprender y hacer cosas nuevas”

—Hiciste un cameo en Días mejores, donde hacías de ti misma, como comentabas, así que este es tu debut como actriz. 

—En Días mejores fue solo un día de rodaje, hacía una escena con Marta Hazas, que es muy buena amiga mía, y me dio una gran confianza, me dijo que no tenía que preocuparme por nada y encima hacía de mí misma, con lo cual era algo más fácil. Ahora tengo que hablar con un ligero acento italiano, voy vestida de los años setenta, tengo varios días de rodaje en distintas localizaciones de España e impone más.

“Esto es algo que nunca pensé que me iba a llegar ahora, a los cuarenta y siete años”

©Jesús Isnard

—¿Nunca te han asustado los retos?

—La verdad es que nunca me han asustado los retos, no se me pone nada por delante, me dan vida y sobre todo a mí me gusta aprender y hacer cosas nuevas. Y esto es algo que nunca pensé que me iba a llegar ahora, a los cuarenta y siete.

—¿Crees que te impondrá entrar en el set de rodaje a grabar la primera escena que hagas?

—Me impone entrar en el set de rodaje porque siento mucho respeto por la profesión de actor y actriz, hay gente que está muy preparada para ello y no quiero que me vean como a una intrusa. Simplemente necesitaban a una mujer de mi edad, al final, tenemos muchas cosas en común, no se nos pone nada por delante, somos mujeres bastante independientes y trabajadoras y tenemos un sentido estético desarrollado. Yo, estudiándola un poco, viendo entrevistas suyas de cuando era joven, me veo bastante reflejada, salvando las distancias. Ella era una actriz de éxito internacional y una gran belleza.

“Conocía a Lucía y a su familia y quiero que sepan que esto lo hago desde el mayor de los respetos. Y lo hago porque un equipo que es top en lo suyo ha pensado que podía y eso me da fuerzas y valor para enfrentarme a ello”

—¿Coincidiste con Lucía Bosé en alguna ocasión?

—La conocí a ella y a su familia y quiero que sepan que esto lo hago desde el mayor de los cariños y el mayor de los respetos. Y lo hago porque un equipo, tanto un director de casting como un director como una productora como es Buendía, que son top en lo suyo, han pensado que podía hacerlo y eso me da fuerzas y valor para enfrentarme a ello —ríe—.

—¿Sabías que había sido uno de los grandes amores de Camilo Sesto?

—No tenía ni idea de que había sido uno de los grandes amores de Camilo Sesto, no conocía esta historia. He estado investigando y Camilo la admiraba y la quería muchísimo a pesar de que había quince años de diferencia de edad entre ellos y ahí te demuestra lo avanzada y lo transgresora que era Lucía Bosé. Porque no se le ponía nada por delante y tuvo una relación con un chico muy joven en esa época. Luego continuaron con una gran amistad a lo largo de su vida y creo que es algo maravilloso que consiguieran esa relación y supieran desarrollarla de esa manera. A mí me ha parecido interesantísimo porque a partir de ahí vas tirando del hilo, conoces la vida de Camilo, cómo se comportaba, todos los éxitos que ha logrado, una figura tan importante dentro del panorama musical español e internacional también y me ha culturizado.

©Pipi Hormaechea

—¿También has tenido que trabajar el acento?

—He tenido que trabajar el acento. No les preocupa, pero bueno, como al final hablo italiano, estoy rodeada de mucha gente italiana por mi trabajo, pues algo se me pega. Tendremos que ver si lo usamos o no. Un poquito… hacerlo mío, pero quieren que sobre todo esté natural.

—¿Tienes ganas de comenzar ya el rodaje?

—Tengo ganas, ya empiezo la primera etapa aquí en Madrid y ya os contaré, a ver qué tal. La gente, que no piense que voy a hacer un gran papel, es pequeñito, que con eso tengo más que suficiente para saber cómo me siento.

—¿Ya has tenido ocasión de conocer a tus compañeros en la serie?

—Sí, he conocido a Alejandro Jato, claro, que da vida a Camilo. Hemos estado leyendo el guion juntos y haciendo pruebas de maquillaje y peluquería, y también, con Adrián Lastra. Estoy emocionada. A Elena Rivera, que hace de Paloma San Basilio, y conozco bien, no he tenido ocasión de verla todavía dentro del rodaje y la preparación, pero imagino que coincidiremos.

—¿Qué más novedades te traerá dos mil veintitrés?

—El dos mil veintitrés se plantea muy interesante. Quién me iba a decir que iba a empezar rodando una serie con una productora tan grande y un equipo tan fuerte nada más empezar el año. Es un gran regalo y así se lo he hecho saber a todos. Que me han hecho un regalo maravilloso.

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