La decisión de Florence Pugh cuando tenía 19 años que cambió su carrera para siempre

Cuando la actriz empezaba en Hollywood una serie de 'expertos' le pidieron que modificara su imagen

Por Marina Ortiz Cortés

Dar comienzo a tu carrera es siempre complicado, pero cuando es en Hollywood el listón está aún más alto. Dietas, tratamientos de belleza y estilismos son, en muchas ocasiones, tan importantes o más que el talento, por lo que los jóvenes aspirantes a actores que entran en el mundillo se tienen que enfrentar a momentos tan complicados como el que vivió Florence Pugh. Según ha contado en una entrevista con The Telegraph, cuando tenía 17 años consiguió un papel en la película The Falling, que se convirtió en su debut en la gran pantalla y le dio la oportunidad de viajar a Los Ángeles para participar en la conocida como "temporada de pilotos", cuando los grandes estudios están haciendo castings para sus nuevas series. 

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Florence tenía 19 años cuando consiguió un papel interpretando a una estrella del pop en ciernes, y se sentía muy afortunada. "No podía creer que hubiera conseguido este trabajo tan bueno", ha explicado, pero entonces empezaron a hacerle peticiones: "Querían cambiar mi peso, mi aspecto, la forma de mi cara, mis cejas... no quería hacerlo, no era la clase de industria en la que quería trabajar", ha compartido. Sitió que había cometido un grave error y cuando la serie no siguió adelante, la intérprete decidió volverse a casa, a Inglaterra. 

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En Londres volvió a probar suerte una última vez y consiguió el papel de Lady Macbeth, que le devolvió el amor que sentía por la industria y encaminó su carrera. "El tipo de cine en el que hay espacio para que tengas tu opinión y la puedas decir, me he quedado ahí", ha explicado Florence Pugh, que a los 26 años y con una nominación al Oscar a sus espaldas se ha convertido en la representante de una generación de actrices que, como ella misma comenta, ya no están dispuestas a seguir las normas impuestas. Hollywood también ha hecho sitio para esta nueva ola de talento, con la evolución de actrices normalmente denostadas como es el caso de Reese Witherspoon, que se ha pasado a la producción para poder controlar su camino. Lejos quedan los años del casting couch o de los cambios de look para "fabricar" una estrella, ahora se celebra (o se pretende celebrar) la diversidad. 

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Florence Pugh ha sido protagonista de uno de los escándalos más jugosos de la industria del cine en esta temporada, puesto que su participación en No te preocupes, querida (que llega el 7 de noviembre a HBO Max) ha estado llena de habladurías. Se ha rumoreado un enfrentamiento con Olivia Wilde, guerras de poder y todo tipo de conflictos, pero la reputación de la actriz sigue intacta. Tanto es así que acaba de anunciarse que protagonizará el debut de Alexander Skarsgård como director, una colaboración que no pasa desapercibida porque la artista británica ya trabajó con el intérprete sueco en La chica del tambor (serie que puedes ver en Movistar+).