Maisie Williams (Juego de Tronos) recuerda, entre lágrimas, los episodios más desgarradores de su infancia

La actriz, de 25 años, ha contado lo traumática que fue la relación con su padre cuando era pequeña

Por M. J. S

Protagonizó una de las series de mayor éxito de la televisión, una saga que enganchó a millones de seguidores en todo el mundo como ya lo habían hecho los libros en los que estaba basada. Maisie Williams dio vida a Arya Stark en Juego de Tronos, uno de los personajes de ficción más aclamados de los últimos años y que la ha convertido en uno de los nuevos talentos de la interpretación. Lo que sus fans todavía no conocían de su vida es la durísima infancia que vivió y de la que ahora ha hablado ella misma sin poder contener las lágrimas. La actriz, de 25 años, se sentó con Steven Barlett en el podcast The Diary of a CEO y fue entonces cuando, echando la vista atrás, no pudo contenerse e hizo la que, hasta la fecha, es quizá su confesión más desgarradora. “Cuando era pequeña, antes de cumplir ocho años, tenía una relación bastante traumática con mi padre. No quiero profundizar mucho porque afecta a mis hermanos y a toda mi familia” aclaraba.

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Reconocía que esta situación le había provocado algunos dificultades. “Desde que tengo memoria, he tenido problemas para dormir, y creo que no era consciente de que muchas de las cosas traumáticas que me pasaban estaban mal” explicó. Se dio cuenta de que los otros niños no entendían su situación y ella pensaba “¿por qué no parecen entender este miedo, este dolor?”. “¿Cuándo llegará para mí esta alegría?” dijo que se preguntaba. El punto de inflexión llegó cuando cumplió ocho años y una de sus maestras empezó a notar que algo no iba bien, así que le hacía preguntas sobre la situación con su padre. “¿Has desayunado?” le preguntaba, a lo que ella respondía que no y cuando la profesora requería el porqué, Maisie le dijo: “No desayunamos nada”. La actriz se echó a llorar mientras relataba este episodio repitiendo que esa maestra “hizo las preguntas adecuadas”. “Había mucha gente a mi alrededor que me quería y se preocupaba mucho por mí, pero nunca me preguntaron las cuestiones adecuadas para que yo dijera lo que no estaba bien”.

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Incluso entonces, cuando ya se había descubierto lo que no iba bien en casa, ella pensó que trataban de alejarla de su padre y que eso no era correcto. “Aún quería luchar y decir: ‘¡No, estas cosas no son malas, estás intentando alejarme de mi padre y eso está mal!’, porque estaba adoctrinada” reconoció. La madurez y la perspectiva que le ha dado el tiempo la han llevado a ser consciente de que entonces no tenía la culpa de lo que sucedía. “No tenía nada que ver conmigo ni con que yo hiciera algo mal”. La interpretación fue la balsa a la que agarrarse porque la hacía sentir libre y fue esta afición la que cambió radicalmente su situación pues con 12 años se convirtió en Arya Stark, pasando de las estrecheces a las que les obligaba el sueldo de su madre (que sacaba adelante a cuatro hijos) a no tener privaciones.

“Nunca sabré lo que es luchar por conseguir un trabajo o por no pagar un alquiler, pero también sé que, aunque el dinero puede ayudarte a hacer desaparecer muchos problemas, no es suficiente para quitarte el sufrimiento” comentó. El boom de la serie la convirtió en uno de los rostros más reconocidos de la pantalla durante muchos años, pero cuando finalizó en 2019 después de ocho temporadas no sintió el vértigo de convertirse en una desconocida ya que, como aseguró, valora una cierta normalidad en su vida. La actuación sigue siendo sin embargo el lugar en el que se siente más cómoda y así sigue encadenando papeles como el de Jordan, en la miniserie Pistol (dirigida por Danny Boyle) sobre los orígenes de la banda Sex Pistols; y el de Catherine Dior, hermana del diseñador Christian Dior, en la serie The New Look.