Falleció el pasado 8 de enero en Colombia

La viuda y los hijos de Jaime Ostos reciben el calor de amigos y familiares en el funeral del torero

Despiden al diestro en la iglesia de Santa Bárbara en Madrid

Por hola.com

Es el primero de varios homenajes previstos para Jaime Ostos, que falleció el pasado 8 de enero a los 90 años en Bogotá (Colombia), donde se encontraba de viaje con su mujer. Los protocolos de repatriación han retrasado hasta este jueves el funeral que ha reunido a sus seres queridos en la iglesia de Santa Bárbara de Madrid. Allí llegaba emocionados dos de sus hijos Jacobo, Gabriela y Gisela Ostos, donde ya les esperaban buenos amigos de su padre como José Ortega Cano, que iba acompañado de su mujer Ana María Aldón y su hija Gloria Camila. Otros que también sentían gran cariño por el torero, como Norma Dúval, el cantante Juan Peña o el padre Ángel, que ha calificado al fallecido como "una buena persona, un gran hombre", han comenzado a llegar en torno a las 8 de la tarde para apoyar a la familia en estos momentos tan dolorosos. También Marili Coll o María Rosa, que es la madrina de Jaime Jr y era gran amiga de los Ostos. A la salida del templo se ha visto a María Ángeles Grajal apoyándose en su hijo y rodeada de los suyos.

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Han sido muchos los rostros conocidos que han querido transmitir su cariño a la familia y dar el último adiós al diestro. No solamente del mundo taurino, como Ortega Cano, Miguel Abellán, o el empresario Pedro Trapote con su mujer Begoña García Vaquero, sino también de muchas otras esferas. El cómico Bigote Arrocet, el vidente Rappel, Paloma Segrelles, Fiona Ferrer e incluso del mundo de la política como la expresidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre y los diputados de Vox Iván Espinosa de los Monteros y Rocío Monasterio también se han acercado a la iglesia de Santa Bárbara aún conmovidos por la pérdida.

El viernes trasladarán los restos de Ostos a Sevilla para dar una última vuelta al ruedo de la Real Maestranza con la presencia de familia, amigos y de los familiares de su cuadrilla histórica, a la que seguirá una misa en la iglesia del Baratillo. El sábado será su ciudad natal, Écija, la que albergará el último funeral en su honor ya que allí reposarán sus cenizas en la Parroquia de Santiago. 

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A pesar de su avanzada edad, el torero falleció de manera repentina a causa de un infarto, dejando a su familia completamente destrozada. El primero en confirmar públicamente la triste noticia fue su hijo Jacobo que, entre lágrimas, lamentaba encontrarse tan lejos en esos dolorosos momentos, aunque contaba: “Mi padre estaba genial y ha muerto como quería, bailando con su gente y con su gran amor". Poco después era su hermana Gabriela, hija del diestro y su primera esposa, Consuelo Alcalá, la que recordaba a su padre conmocionada aún por la noticia: "Mi padre básicamente era un hombre bueno, era un hombre extraordinario. Era un hombre de un valor tremendo, pero no valor para los toros, sino para la vida. Era una buena persona y ayudaba a todo el mundo. 

Cuatro días después de su muerte, María Ángeles Grajal llegaba a España con sus cenizas y se confesaba "hundida". A su regreso la esperaban los cuatro hijos del torero que se han mostrado muy unidos en estos duros momentos para toda la familia. Todos ellos abrazaron emocionados a la viuda, que aún trataba de asimilar lo ocurrido. “Jaime era muy franco, muy sincero, pero la gente que de verdad le ha conocido le adoran, todos. Era un ser entregado, amigo de sus amigos", aseguraba. A pesar de la lógica tristeza, tanto su esposa como sus hijos recuerdan que disfrutó hasta el último minuto de su vida, que se apagó en Colombia tras unos días bailando entre amigos e incluso toreando. 

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Aunque su vida personal fue muy intensa y la relación con algunos de sus hijos pasó por altibajos, hacía tiempo que todos mantenían una gran relación con su padre. Los mayores, Gabriela y Jaime Jr., nacieron durante los nueve años de matrimonio con Consuelo Alcalá. A pesar de que con su hija mayor tuvo serios desencuentros e incluso estuvieron más de una década sin hablarse, finalmente lograron reconciliarse. Uno de los motivos de su distanciamiento fue la demanda de paternidad que interpuso Aurora Díaz Cano en 2003 para que reconociera a su hija Gisela como tal, nacida de una relación extramatrimonial y hoy unida a sus hermanos en el dolor por la pérdida de su padre. Tras la negativa de Ostos a someterse a las pruebas de ADN para determinar si era o no el padre de la joven, Gabriela se ofreció para hacer dicho test en lugar de su progenitor. El juez lo admitió y las pruebas demostraron que Gisela era hija de Ostos y tendría los derechos legítimos en su herencia. Con el tiempo recuperó la relación con sus dos hijas y era habitual que hablaran con el diestro y se vieran de forma asidua. El benjamin, Jacobo nació de su relación con María Ángeles Grajal, su último gran amor con la que se casó en 1987.