Manolo Santana fallecía el 11 de diciembre a los 83 años

Alba Santana se despide de su padre en Madrid: 'No he venido a darle el pésame a la viuda'

La hija del tenista ha viajado desde Holanda, donde reside, para darle su último adiós

Por hola.com

Alba Santana ha recibido otro de los golpes más duros de su vida. Seis meses después del fallecimiento de su madre Mila Ximénez, su padre, la leyenda del tenis Manolo Santana fallecía en Marbella a los 83 años. La joven, que vive en Amsterdam junto a su marido, Aviv Miron, y sus hijos, Alexander, y Victoria, no pudo estar presente en la capilla ardiente celebrada en Marbella, pero sí ha querido acudir al último adiós a su padre en la Caja Mágica, de Madrid.  Alba ha afirmado con rotundidad que "aunque no tengo relación con la viuda, ni he venido a darle el pésame a ella, sí que me quería despedir de él personalmente y ha sido así", ha declarado en una entrevista con Sálvame. También ha querido destacar que Manolo Santana era un padre muy divertido y "conmigo era tan cariñoso", viajaban mucho juntos y admite haber tenido mucha suerte porque, tanto él como su madre, Mila Ximénez, le han críado en "un amor increíble, cuando pienso en él sonrío y eso me alegra"

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- Bárbara y Borja, los hijos más desconocidos de Manolo Santana, acuden a la capilla ardiente de su padre

-Otti Glanzielus, la que fue tercera esposa de Manolo Santana, acude a dar el último adiós al tenista

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Alba explicaba que le parecía mentira volver a estar en la capital bajo estas circunstancias, pero "así ha sido la vida y aquí estoy". La hija mejor del famoso tenista ha declarado encontrarse sin fuerzas pero que tenía la necesidad de venir a darle su último adiós ya que, aunque mientras estaba en vida "tuvimos dificultades para vernos", ha expresado lo mucho que significaba su padre para ella: "le he tenido muchísima estima, le he querido muchísimo, le quiero muchísimo y ahora sé que él descansa en paz".

A su llegada a la capital, esta mañana nada más aterrizar, con los ojos cubiertos por unas gafas oscuras, se detenía muy amable con la prensa para asegurar que era un momento muy complicado. Quizá con el recuerdo de su madre en la memoria, Alba con la voz entrecortada explicaba que es un instante difícil y que se iba a despedir de él. A su llegada a la capilla ardiente, se ha abrazado a su hermana Beatriz, en la que siempre se ha apoyado mucho, cuando falleció Mila Xímenez, Beatriz y su madre, María Fernanda González-Dopeso, estuvieron arropando a Alba en un momento tal difícil. Después, ha recorrido la pista central en la que el féretro se ha rodeado de coronas de flores y fotos del tenista. 

Claudia Rodríguez, la viuda de Manolo Santana con la que compartía su vida desde 2013, no se ha separado de los restos de su marido y ha recibido el pésame y el cariño de numerosos amigos que se han acercado hasta el recinto deportivo, en cuya pista central que lleva el nombre del deportista se le rinde homenaje. Entre lágrimas y arropada por dos de los hijos del tenista, Borja Santana, nacido de su relación con su primera esposa, María Fernanda González-Dopeso, y Bárbara Catherina Santana, la hija del ídolo que nació fruto de su fugaz romance con la azafata de vuelo Bárbara Oltra, quienes la acompañaron ayer en la capilla ardiente en Marbella y han hecho hoy lo propio en la de la capital, Claudia comentaba que si había algo que destacar de Manolo Santana era su humildad. Alba es la quinta hija y la menor de todos los hijos de aclamado tenista. Todos han querido acompañar a su padre en su último adiós, con excepción del mayor, Manolo, que se encuentra en Galicia y no ha podido trasladarse por problemas de salud.

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Alba Santana atraviesa uno de los momentos más complicados de su vida después de perder a sus padres en el mismo año. Se despidió en el mes de junio de su madre, a la que cuidó hasta el final durante la grave enfermedad que acabó con su vida -un cáncer de pulmón-, y ahora tiene que hacer lo mismo con su padre. El divorcio de sus padres fue traumático, tal y como relataba Alba en las páginas de ¡HOLA! y explicaba que tuvo que dejar de vivir con su madre siendo una niña. A los seis años Alba Santana se fue a vivir a con su padre y la tercera mujer de este, Otti Glanzielus, a Marbella. Al cumplir diez se instaló con su madre pero dos años después los problemas económicos de la periodista le obligaron a renunciar a convivir con su hija. Pasados los años, Mila Ximénez pudo recuperar el tiempo perdido con su hija, que siempre la defendió a capa y espada de aquellos que la criticaban. "A los que hablan de mi madre y dicen que me abandonó, yo les digo que ella me ofreció la mayor prueba de amor que puede ofrecer una madre: renunció a mí para que yo tuviera un futuro. Y lo hizo con todo su amor y rota de dolor".

Para ella no había sido fácil crecer siendo la hija de Mila Ximénez y Manolo Santana, pero hablaba con enorme orgullo de sus progenitores. "Son dos mundos opuestos y se separaron cuando yo era muy pequeñita. Pero soy consciente de que los dos me han querido muchísimo. De todas formas, aunque maduré muy jovencita, he sido una niña muy feliz”, contaba. Prueba de ello, es que pese a sus problemas y dicrepancias, siempre tuvieron claro que su única prioridad era la felicidad de su hija y ambos se dieron cita en la boda de su hija el 16 de junio de 2006 en Marbella.