El último gesto solidario de Raffaela Carrà antes de fallecer

La artista donó un inmueble de 'gran valor' en la localidad toscana de Porto Santo Stefano

Por Adrián López

El fallecimiento de la icónica Raffaella Carrà dejó huérfano al mundo de la música, donde ya se ha convertido en toda una leyenda a nivel internacional. Su funeral, celebrado en la iglesia de Santa María in Aracoeli, ubicada en la Piazza del Campidoglio de Roma, fue muy emotivo y estuvo lleno de guiños a la artista, pero la cantante se ha ganado un último gran aplauso tras el gesto solidario que hizo antes de morir. La intérprete de temas tan conocidos como Rumore o En en el amor todo es empezar donó un valioso inmueble en la localidad toscana de Porto Santo Stefano, que usaba como gimnasio, a una asociación de voluntariado. Es un local de 160 metros cuadrados, cinco de altura y ubicado en la parte alta del pueblo, en la Via Panoramica, que regaló "hace pocas semanas" a la Confraternidad de Misericordia de Porto Santo Stefano, en la península del Argentario, donde reposarán sus cenizas, según ha informado EFE. Y es que la que fuera presentadora de La hora de Raffaella Carrá en TVE quería que este sitio en el que hacía deporte fuera destinado a las obras benéficas de la organización, que se ocupa de la asistencia social y médica y del cuidado de discapacitados.

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Roberto Cerulli, el responsable de la asociación solidaria, ha confirmado en las redes sociales la donación y ha publicado una instantánea de la artista el día de la firma ante notario en Roma. Una fotografía en la que puede verse a la italiana con una gabardina y el rostro completamente cubierto con una mascarilla y unas gafas negras de sol. Además, Cerrulli ha querido recordar también las otras veces en las que la mítica presentadora, que se ganó el cariño de los españoles gracias a sus dificultades con el idioma cuando presentaba o con su personalidad arrolladora, había realizado obras de caridad, como cuando tras el naufragio del crucero Costa Concordia en 2012, ante las costas del Argentario, ayudó al familiar de uno de los desaparecidos en la catástrofe. 

Pero no solo en ese duro momento, Carrà también donó a la Confraternidad material escolar para los niños que se habían quedado sin escuelas durante el terremoto de L'Aquila de 2009 y en la pandemia provocada por la Covid-19 regaló al hospital de Grosseto un respirador tras enterarse que estaban recaudando fondos. Se hizo cargo de la suma que faltaba aportando más de 18.000 euros y con dicha cantidad pudieron comprar dos de los aparatos necesarios para los enfermos de coronavirus. "Se caracterizaba por su hospitalidad, disponibilidad y dulzura. En esa reunión, sin embargo, tuve un extraño presentimiento. A pesar de su dinamismo habitual, se quedó con sus gafas oscuras y la mascarilla bien ajustada. Parecía que quería esconder algo... Y tal vez, a la luz de esta tragedia, creo que quería guardarse su feo secreto para sí misma y no enseñárselo a cualquiera", ha relatado Cerulli en redes sociales para explicar cómo fue la donación. 

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"Nos despedimos, con una foto de recuerdo que casi no quiso hacer. A mi pregunta: 'Señora, ¿puedo hacer una pequeña declaración para hacer pública esta donación?', ella respondió: 'No, Roberto, este no es el momento...'  Y con su actitud evasiva me hizo darme cuenta de que debíamos esperar un poco para decirlo. Creemos que ese momento ha llegado", ha expresado el responsable de la asociación de voluntariado revelando que tras visitar las instalaciones quisieron agradecerle el gesto regalándole su planta favorita.