Hollywood corona a sus nuevas estrellas en los Globos de Oro más diferentes… y familiares de la historia
Nicole Kidman, con su marido y sus hijas, y otras familias al completo en el salón de casa, ganadores en pijama… Cada uno se vistió como quiso, pero no faltó el ‘glamour’ de siempre
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No era, ni mucho menos, una noche al uso. Los organizadores lo sabían y las estrellas también, pero nadie quiso renunciar a los Globos de Oro. La entrega de los premios de la Asociación de Prensa Extranjera son, cada año, la fiesta más divertida de la temporada de premios en Hollywood, y aunque la 78 edición se convirtió en la noche más inusual de la historia, nos dejó momentos inolvidables.
Dos sedes, la Rainbow Room del Rockefeller Center de Nueva York y el hotel Beverly Hilton (donde se celebran siempre); dos anfitrionas, Tina Fey, y Amy Poehler, separadas por miles de kilómetros de costa a costa, pero unidas gracias a la tecnología; los presentadores, sobre el escenario; los nominados, en sus casas, con improvisadas alfombras rojas en el jardín, el salón, la cocina o el despacho, y el público, formado por trabajadores de los servicios esenciales en tiempos de pandemia. Nada es como lo era antes, pero no por ser diferente iba a dejar de cumplirse a rajatabla lo que lleva a gala en Tinseltown: pase lo que pase “el show debe continuar”. Y así la ceremonia pasará a los anales por muchos motivos: hubo sorpresas entre los premiados, pícnics improvisados, casas en las que no cabía un alfiler, como la de Kate Hudson, rodeada de todos: sus hijos; su pareja; su madre, Katie Hudson; la pareja de esta, Kurt Russell; los niños se convirtieron también en protagonistas: Faith y Sunday, las hijas de Nicole Kidman, que acompañaron a su madre en la conexión;hubo premiados en pijama (véase Jodie Foster), otros que encantaron en camisa hawaiana (Bill Murray) y sudaderas, como la de Jason Sudeikis (se alzó con el premio como mejor actor de comedia por Ted Lasso) que se hicieron virales. Porque, en realidad, cada uno vistió como quiso. Sin que faltara glamour, porque hubo también vestidazos y grandes joyas.
Palmarés
CINE:
- Mejor película de drama: Nomadland
- Mejor película de comedia o musical: Borat: The Subsequent Moviefilm
- Mejor director: Chloe Zhao, por Nomadland
- Mejor actor de drama: Chadwick Boseman
- Mejor actor de comedia: Sacha Baron Cohen
- Mejor actriz de drama: Andra Day
- Mejor actriz de comedia: Rosamund Pike
- Mejor actriz de reparto: Jodie Foster
- Mejor actor de reparto: Daniel Kaluuya
TELEVISIÓN:
- Mejor serie dramática: The Crown
- Mejor serie comedia: Schitt’s Creek
- Mejor miniserie: Gambito de dama
- Mejor actriz en serie dramática: Emma Corrin
- Mejor actor de serie dramática: Josh O’Connor
- Mejor actriz de serie comedia: Catherine O’Hara
- Mejor actor de serie comedia: Jason Sudeikis
- Mejor actriz en miniserie: Anya Taylor-Joy
- Mejor actor en miniserie: Mark Ruffalo
- Mejor actriz de reparto: Gillian Anderson
La serie The Crown partía como favorita con seis candidaturas y se llevó cuatro de los premios, coronando a su pareja de oro, mejor actriz para Emma Corrin, que da vida a Diana de Gales, y mejor actor para Josh O’Connor, el príncipe Carlos. Además, fue elegida mejor serie dramática y logró también el premio como mejor actriz secundaria Gillian Anderson, por su papel de Margaret Thatcher. La intérprete, en el mejor momento en esta segunda etapa de su carrera, dedicó el galardón a su ex, Peter Morgan, creador y guionista de la producción. ¿Se habrán dado una segunda oportunidad? Los rumores dicen que sí después de que Morgan haya roto con Jemima Goldmith. ¡Y eso sí que es un guion de serie!
Chadwick Boseman, el inolvidable ‘black panther’, fallecido en agosto, recibió el Globo de Oro póstumo y su viuda, sin dejar de llorar, pronunció el discurso más emotivo
Y la noche coronó a otra reina, protagonista del fenómeno del año. Gambito de dama, con 62 millones de visualizaciones en Netflix, ha catapultado a Anya Taylor-Joy. La británico-argentina de origen español se alzó con el Globo de Oro como mejor actriz de miniserie (y el título logró también el máximo galardón) convertida en una auténtica estrella del Hollywood dorado con su look a lo Verónica Lake. Directa del triunfo de los Emmy llegaba Schitt’s Creek, que también ganó como mejor comedia del año y el Globo de Oro como actriz en esta categoría fue para la veterana Catherine O’Hara, primer Globo de Oro en cuarenta años de carrera, que se impuso, entre otras, Lilly Collins. La protagonista de Emily in Paris se asomaba a la gala rodeada por la polémica de su candidatura y la del título que protagoniza, una decisión criticada por muchos, por considerar que había dejado fuera a otras actrices y comedias más destacadas. Ella, muy guapa y sonriente, ajena a los dimes y diretes, aplaudió a rabiar a su ‘rival vencedora’.
Si en el apartado de televisión pocas fueron las sorpresas, el de cine si dejó a más de uno pegado en sus asientos. Nomadland fue la ganadora, como mejor drama y mejor dirección para Chloe Zhao, la primera mujer premiada en esta categoría en los últimos treinta y siete años —la última fue Barbra Streisand por Yentel en 1984, que se dice pronto—. Todo un logro para una industria que cada vez da más visibilidad al talento femenino y que este año también ha reconocido el trabajo de los actores afroamericanos. John Boyega, mejor actor de reparto en serie por Small Axe, la antología de Steve Moqueen; Daniel Kaluuya ganó como mejor actor de reparto en película por Black Panther y el inolvidable líder de esta película, Chardwick Boseman, fallecido el pasado agosto, se alzó con el Globo de Oro póstumo (antes que él lo ganaron también Spencer Tracey y Heath Ledger por La madre del blues).
Margot Robbie, de Chanel, fue una de las presentadoras que subió al escenario a entregar premios mientras los nominados recibían las noticias en conexión telemática
El discurso de su viuda, entre lágrimas, fue el momento más emotivo e inspirador (junto al de Jane Fonda, espléndida a los ochenta y tres años al recibir el Cecil B. De Mille a toda su carrera) de la velada. “Él se lo agradecería a Dios, a sus padres, a sus ancestros por su guía y sacrificios”, comenzó diciendo Taylor Simone Ledward, que apareció de manera virtual con un espectacular vestido dorado que recordaba al particular estilo de los habitantes de Wakanda, ciudad ficticia de Black Panther. La de Marvel fue la película con la que Chadwick dio el salto definitivo a la fama. “Diría algo bonito, inspirador, algo que amplificara la vocecilla dentro de todos nosotros que dice ‘‘tú puedes’’, ‘‘sigue adelante’’. Esa voz que te avisa cuando deberías estar haciendo algo en un momento de la historia”. Y así ha sido. Hollywood, a pesar de los momentos difíciles, continúa adelante porque siempre the show must go on.
Salma Hayek, Laura Pausini y Rosamund Pike pusieron la nota de color y alegría con sus vestidos rojos en una ceremonia en la que reinó la sobriedad del negro
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