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Miguel, el hijo de Fernando Verdasco y Ana Boyer, está demostrando que el tenis corre por sus venas y no se separa de la pequeña raqueta con la que le hemos visto hasta echar la siesta y pasear. Pese a su devoción por este deporte, el niño está dispuesto a experimentar otras disciplinas, pero, ¿dejar la raqueta? No parece que esa sea su intención en la divertida imagen que ha compartido su padre con el nombre: "Sunday morning adventures" (Aventuras del domingo por la mañana). El tenista está encantado con las inquietudes deportivas de su hijo, aunque aún no tenga muy claras las normas.
¡De paseo con papá! Las mejores siestas de Miguel, el hijo de Ana Boyer y Fernando Verdasco
La fotografía, a la que ha aplicado un filtro para que parezca una pintura, muestra al pequeño muy decidido ante un balón de baloncesto mientras sostiene su inseparable raqueta en la mano. No sabemos cuál sería el siguiente paso, pero la piscina que se extiende frente a él da una idea de donde podría haber terminado la pelota. En cualquier caso, los seguidores de Fernando se han derretido con la imagen y no han dejado de alabar al pequeño, que ha cumplido un año el pasado mes de abril, y destacar lo mucho que ha crecido.
No es casualidad que a su corta edad Miguel sea un apasionado del tenis. Desde que nació ha acompañado a su padre por las pistas del mundo, convirtiéndose junto a Ana Boyer en el mejor talismán del deportista. Además, el confinamiento no ha sido una excusa para mantenerse alejado de este deporte ya que padre e hijo han disfrutado de antiguas competiciones por televisión. "¡Reviviendo con Miguel momentos inolvidables!" escribía Verdasco junto a una foto con el niño en la que veían la final del Conde de Godó de 2010, un emocionante encuentro en el que se proclamó vencedor.
Miguel, la alegría de la familia durante el confinamiento
Miguel ha sido el mejor compañero de cuarentena que sus padres podrián tener, pero también el resto de la familia. Fernando y Ana han pasado estos meses en la casa familiar de Isabel Preysler en Puerta de Hierro (Madrid), donde también vive Mario Vargas Llosa y Tamara Falcó, que disfrutó al máximo de su sobrino y ahijado, en el que se refugió tras perder a su padre, el marqués de Griñón. Ahora encaran un verano que se avecina intenso. El tenista ha retomado los entrenamientos y, además, la familia está a punto de crecer y pronto Miguel tendra no una, sino dos compañeras de juegos y travesuras, ya que Sara, la hermana del tenista, está esperando gemelas, con su marido Juan Carmona.
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