En su momento más duro

Las cariñosas palabras de Beatriz Rico a Ana Obregón: 'Tiene ángel'

La actriz ha detallado las cualidades de quien fue su compañera en las series 'A las 11 en casa' y 'Ellas y el sexo débil'

Por hola.com

Ha pasado una semana desde que Ana Obregón tuvo que dar el adiós más difícil a su hijo Álex, el momento más duro de su vida. En estos instantes de dolor, la actriz ha contado con el gran apoyo y amor de su familia, que no se ha separado ella, y ha recibido además muchos mensajes cargados de afecto de amigos y compañeros. No dejan de recordarla en la distancia a través de palabras con las que rescatan instantes de un pasado compartido y le envían mucha fuerza. La actriz Beatriz Rico ha querido compartir algunas de las cosas que recuerda del carácter de la intérprete, pintando un retrato de ella que rebosa cariño y manifiesta lo mucho que la aprecia. “Ha pasado una semana, y ahora me siento con ganas y fuerzas para contaros quién es Ana Obregón” comienza Beatriz, que explica que va a dar solo unas pinceladas de lo que vivieron juntas, pues se podrían decir muchas más cosas de ella.

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“La conocí en A las 11 en casa (1998) y pronto me di cuenta de que Ana estaba siempre de buen humor. La vi rodar con lesiones, dolores fuertes, incluso un día vino con fiebre muy alta y jamás se quejó ni puso mala cara. Ana era un cascabel, por donde pasaba el cachondeo estaba asegurado”. Destaca Beatriz su compañerismo, su generosidad en el rodaje, en pequeños detalles como dejar su lugar para que maquillaran antes a quien rodaba primero, una muestra de compañerismo que no siempre ocurre, como asegura. “Ana nunca necesitó alimentar el ego con chorradas de ese tipo. Pasó el tiempo y, como somos casi vecinas, compartimos gimnasio, así que nos manteníamos al día una de la otra”. Explica que en esa esfera privada conservaba su alegría y su buen humor, ese que nos hace recordar a su hijo Álex, siempre con una sonrisa pintada en el rostro sin importar las circunstancias.

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Ana tiene 'ángel'

En el proyecto Ellas y el sexo débil (2006), creado por Ana con esfuerzo y pasión, compartieron de nuevo escenas con María Barranco, Isabel Gaudí y Teté Delgado. “Ana seguía siendo la misma que conocí años atrás: una niña de ojos llenos de chispitas y enormes ganas de divertirse en el cuerpo de una mujer” recuerda Beatriz. Entonces de nuevo, como asegura, se preocupaba por el equipo, por sus necesidades, lo que provocaba el gran cariño de todos los que la rodeaban. “Por eso la gente la quería tanto. Y porque nos hacía reír, mucho. A día de hoy, me sigo preguntando cómo es posible no haberla visto nunca quejarse ni poner una mala cara después de tantos años”. Cuando cancelaron la serie, Beatriz asegura que era Ana quien daba ánimos a todos. “Cuando me vio (yo estaba casi llorando), me dijo: “¿Tú estás bien? ¿Tu familia está bien? Entonces, todo está bien”. 

Beatriz alaba su fortaleza, su capacidad para seguir adelante. “Ahí recuerdo que me di cuenta de que esa mujer, tan delgadita ella, era un tanque. Pero un tanque de los irreductibles. En ese cuerpo pequeño cabían una fuerza, una inteligencia, un tesón y una bondad que parecían imposibles de concebir en una sola persona. Ella se portó muy bien conmigo. Yo no puedo decir lo mismo, y me avergüenzo por ello”. Explica que le pidió perdón en su momento por algún desencuentro que no detalla y de nuevo destaca su calidad humana. “Volvió a ser la amiga de siempre. Sin reproches, sin rencores. Ésa es Ana”. Asegura que su “esencia” se refleja en la sonrisa llena de dolor que dedicó a los fotógrafos para darles las gracias tras perder a su hijo.  

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“¡Los que la conocemos sólo tenemos motivos para darle las gracias! En esta semana he pensado tanto en ella y he rezado tanto por ella que necesitaba contaros todo lo que mi cabeza ha ‘macerado’. He visto cómo la gente siempre quiere estar con ella, porque todos nos sentimos mejor cuando Ana está cerca. Mejora nuestras vidas. Creo que a eso se le llama ‘tener ángel’. Y ella lo tiene. Y ahora, más que nunca”. Beatriz Rico ha compuesto un precioso retrato pintado de recuerdos que toca el corazón.