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Mila Ximénez ha pasado cien días encerrada en la casa más famosa de la televisión. Llegó a ser la tercera finalista de la que ha sido la séptima edición de Gran Hermano VIP, y solo una semana después de su salida, aprovechando el tiempo que ha pasado lejos de los suyos, la periodista ha regresado a las redes sociales con una imagen significativa. Mila ha colgado en su Instagram una fotografía junto a sus hermanos -Manolo, Concha y Nani- con una frase de agradecimiento a quienes son su bastón, como ella misma ha explicado en varias ocasiones: "Gracias por estar ahí SIEMPRE. Os adoro", dice Ximénez en la instantánea en la que se la ve abrazada a sus tres hermanos, mientras esboza una gran sonrisa. Después del fallecimiento de sus padres, los cuatro han dado buena muestra de su complicidad y su unión. La discreción, el saber estar y el cariño con el que Manolo y Concha -los únicos que han salido en los medios- han apoyado a su hermana ha sobrepasado la pantalla y son muchos los halagos hacia ellos.
Son ellos quienes siempre han estado junto a Mila en los buenos y en los malos momentos, y cómo no, en sus momentos más televisivos. De hecho Manolo, el único varón, ha sido su mejor defensor en los dos realities en los que Mila ha participado, Supervivientes y GH VIP, donde ha tenido que lidiar no solo con los amagos de abandono de la colaboradora, sino también con sus polémicas relaciones con otros participantes. Y al igual que Manolo, Concha y Nani han estado junto a su hermana. Uno de los peores momentos en la familia Ximénez de Cisneros tuvo lugar cuando Manolo y Concha estuvieron luchando contra un cáncer. Fue hace dos años cuando en pleno Sálvame y después de una dura discusión con Terelu, la sevillana confesaba estar atravesando una de las peores etapas de su vida debido al estado de salud de sus hermanos.
Mila es una mujer muy familiar, como ha dejado patente en más de una ocasión, y es también una auténtica 'leona' a la hora de proteger a los suyos. Ese afán protector también incluye a su hija Alba y sus nietos. La unión entre madre e hija es tal que, aunque la discreción sea una máxima de la joven, su presencia en los momentos más importantes de su madre ha sido vital para que Ximénez tuviera el cariño y el calor que en ese momento reclamaba. De hecho, la hija de Manolo Santana no dudó en acudir a la casa de Gran Hermano VIP 7 en una de las visitas más conmovedoras y esperadas de todo el programa. Allí dio buena muestra de su personalidad y del inmenso cariño que profesa a su madre, y lo hizo horas antes de saber que la andaluza se convertiría en la tercera finalista del concurso. Desde que se echó el cierre a la casa de Guadalix de la Sierra, Alba ha estado junto a su madre y sus tíos, acompañándola en su vuelta a la rutina diaria después de casi tres meses de aislamiento.
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