Al igual que cada año, Anne Igartiburu ha cumplido con una cita muy especial para ella y su familia. Desde que adoptara a su hija mayor Noa en un orfanato de Ankur, en Bombay en 2004, cuando la niña contaba con tres años de edad, el viaje de carácter benéfico y espiritual que realiza junto a ella a la India se ha convertido en un acontecimiento anual ineludible para que la pequeña mantenga el contacto con sus raíces.
De sobra es conocida la faceta más solidaria de la presentadora vasca. Desde hace tiempo colabora con numerosas organizaciones benéficas relacionadas con la infancia y los más pobres, como Manos Unidas. Pero es en el país asiático donde Anne parece conectar con su lado más espiritual y sentirse ‘bendecida’. Los vínculos que la unen al lugar tienen un enorme significado, pues, además de ser la tierra natal de la niña, allí se encuentra una de las personas más importantes para ella, su amiga Sor Primi, religiosa perteneciente a la congregación de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, con la que suele colaborar la presentadora.
Anne no ha querido perder la oportunidad de compartir esta experiencia tan especial para ella con sus seguidores en las redes sociales. Así, su cuenta de Instagram ha hecho las veces de cuaderno de bitácora donde la bilbaína ha publicado varias instantáneas muy especiales. Su viaje le sirve como una oportunidad de aprendizaje interno, y así lo indica en sus fotografías con el hashtag #seguimoscreciendo.
Durante su estancia en la India, ha convivido con su gente intentando sacar provecho de sus vida diaria y sus costumbres. Haciendo gala de su carácter afable y entregado, se ha mostrado muy atenta y cariñosa con niños y mujeres, a las que, llena de gratitud, ha dedicado un emotivo mensaje: “Hay mujeres en el mundo a las que admiro nada más mirar, nada más sentir.. mujeres que cambian el mundo, mujeres que luchan por sus hijos, mujeres capaces y generosas, mujeres... hay mujeres de las que quiero aprender, absorber su esencia y crecer con y por ellas. Esas que inspiran y te mueven por dentro con su palabra, sus actos y sus miradas […]”
Pero las experiencias vitales de Anne no han concluido a la vuelta de su particular aventura. Casada con el director de orquesta Pablo Heras-Casado desde hace año y medio y madre de tres hijos, dos niñas adoptadas (Noa y Carmen) y uno biológico, Nicolás, que acaba de cumplir un año, la periodista ha formado una familia numerosa junto a la que le encanta pasar el tiempo. Más aún, si se trata en otros parajes que también ocupan un lugar importante de su corazón, como el País Vasco. Allí han pasado un entrañable fin de semana en contacto con la naturaleza en medio de idílicos paisajes, en los que el color verde ha sido el gran protagonista.
