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Quien piense que Eurovisión es sólo música se equivocaba. El espectáculo en torno al festival es mucho más: es la pasión de los eurofans, es el compañerismo entre las delegaciones, es la convivencia entre distintas culturas... y es, por encima de todo, amor. Y no sólo al arte. Eso quedó bien claro durante la segunda semifinal del certamen que de nuevo hizo bailar a los once mil espectadores que abarrotaron el International Exhibition Centre en Kiev, bueno y a todos los que lo vieron por la tele.
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La presentación de la candidata de Macedonia, Jana Burceska, escondía una sorpresa inesperada: se la veía comprando ropa de bebé y haciéndose una ecografía. ¡Está embarazada! Este era el aperitivo de una actuación que sin embargo no convenció y es que su bebé no vino en este caso con un pase a la final. Pero no estaba triste, en absoluto. No solo hizo gala de una gran deportividad cuando perdió sino que además le esperaba el mejor de los regalos. ¡Su pareja le pidió matrimonio en directo! Millones de espectadores fueron testigos de este gran momento en el que Jana solo pudo contestar con un potente ¡sí!
Las mejores emociones se vivieron en escena por supuesto. El jovencísimo Kristian Kostov se une con Bulgaria a la pelea de favoritos con su Beautiful Mess. Tal y como señaló José María Íñigo en sus comentarios, es el primer artista que nació en el año 2000 y pasa a la gran final -lo hace avalado por el apoyo de los fans, que le auguran un buen puesto en las votaciones-. En este show las escenografías conquistaron: Austria y su enorme luna, que arrulló las notas de Running on air de Nathan Trent; Bielorrusia y su barca, en la que Naviband se subió para interpretar Story of my life; o el canto tirolés, alegre y desenfadado, de los rumanos Ilinca ft. Alex Florea con su Yodel It!.
Levantaron pasiones Israel, IMRI, no solo con su tema I feel alive sino también presumiendo de cuerpazo y bíceps; las hermanas holandesas OG3NE que pasaron con Lights and shadows; la danesa Anja y Where I am; el noruego JOWST con la electrónica Grab the moment; la originalidad de Croacia y su candidato Jacques Houdek, que mezcló el estilo pop y su voz de tenor en My friend; y el húngaro Joci Pápai que interpretó una de las propuestas que no es en inglés, Origo.
La lista de artistas queda así completa para la gran final del sábado. Los artistas medirán sus habilidades en el escenario para hacerse con el preciado título eurovisivo que este año tiene como claros favoritos Italia, Portugal y Bulgaria, aunque puede que en el último minuto la suma de votaciones o una increíble actuación de alguno de sus rivales de la victoria a otro. Habrá que esperar aún unas horas para saberlo. ¿Cuál es tu apuesta?
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