Se estima que las enfermedades alérgicas por pólenes afectan en nuestro país a más de ocho millones de personas que suelen experimentar un incremento de los síntomas de lo que llamamos conjuntivitis alérgica o alergia ocular en primavera. Y es que en un año en el que el uso generalizado de la mascarilla contribuirá a disminuir síntomas de asma o rinitis, debemos, por el contrario, seguir una serie de precauciones para cuidar nuestra vista, puesto que la conjuntivitis alérgica continuará estando presente. “La conjuntivitis alérgica suele afectar a ambos ojos y consiste en una inflamación aguda de la conjuntiva del ojo causada habitualmente por alérgenos aéreos, como el polen, los ácaros, el pelo de los animales, el moho, etc. De hecho, se debe a una reacción hipersensible a un antígeno específico y puede ir acompañada de otros síntomas alérgicos, como rinitis o dermatitis atópica”, nos cuenta el doctor Fernando Llovet, Director Médico de Clínica Baviera Madrid.
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Ojo a estos síntomas
Los síntomas más habituales de la conjuntivitis alérgica, tal y como nos detalla el doctor Fernando Llovet son:
- Ojos enrojecidos.
- Picazón o ardor en los ojos.
- Párpados hinchados (sobre todo por la mañana).
- Lagrimeo y ojos llorosos.
- Secreción viscosa del ojo.
- Sensibilidad a la luz.
“Las causas de este problema visual están relacionadas con que una persona tenga alergia a determinados agentes externos, como el polen, el moho, el pelo de animales o los ácaros del polvo. Entre los diferentes tipos de alergia, la alergia al polen es una de las más frecuentes y suele agudizarse en primavera, cuando los árboles florecen y en ambientes calurosos y secos”, nos explica.
¿Suelen aparecer varios síntomas a la vez? “Sí, en ocasiones los síntomas antes descritos se suelen padecer a la vez y pueden ocasionar muchas molestias a los que los sufren. Por eso es importante acudir a un especialista para que nos ayude a paliarlos. De todas formas, la conjuntivitis alérgica al polen suele ser estacional y aparecer de manera puntual en determinados meses del año, en los que es recomendable intentar exponerse lo menos posible al agente causante (alérgeno)”, nos cuenta.
Diferencia con otras conjuntivitis
Le preguntamos al doctor qué la diferencia de otros tipos de conjuntivitis, no relacionadas con las alergias. “En general, podemos diferenciar cuatro tipos de conjuntivitis en función de su origen (alérgica, irritativa, vírica y bacteriana). Cada una de ellas exigirá diferentes tratamientos por parte del profesional médico especializado en oftalmología”, nos cuenta el especialista.
-Conjuntivitis por irritación. Ciertas sustancias como pinturas, el cloro de las piscinas o el humo, pueden provocar irritaciones en los ojos que favorezcan los problemas de la conjuntiva.
-Conjuntivitis de tipo vírica. Como su nombre indica, el origen de este tipo de conjuntivitis se debe a un virus. Este tipo de infección es muy frecuente en invierno. Además, suele aparecer acompañada de resfriados y catarros. En ocasiones, la conjuntivitis puede ser causada por un herpes en el ojo. En este caso, la situación puede llegar a agravarse.
-Conjuntivitis bacteriana. En este caso, la inflamación de la conjuntiva es causada por una infección por bacterias, como los estreptococos o los estafilococos. En este caso, es frecuente levantarse por las mañanas con los párpados pegados debido a la secreción de una mucosa durante la noche.
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¿Cómo podemos saber si es una conjuntivitis alérgica?
Tal y como nos cuenta el doctor, la conjuntivitis alérgica suelen aparecer “de golpe” cuando nos exponemos al alérgeno, por eso si notamos que en determinadas situaciones comenzamos a sentir los síntomas o que éstos se agravan podemos “sospechar” que la padecemos. En este sentido determinar el alérgeno y saber qué tipo de alergia se tiene es fundamental para afrontarla con precisión y de forma efectiva.
Por eso se recomienda acudir al especialista (alergólogo y/o oftalmólogo) para realizar unas pruebas de alergia y confirmar el origen de la alergia. “Esto nos ayudará a seguir los dos siguientes pasos; intentar evitar entrar en contacto con el alérgeno en la medida de lo posible y no automedicarse sino que, en caso de tener que utilizar fármacos y colirios para mitigar los síntomas, que éstos hayan sido recetados por el especialista”, recomienda.
¿Mascarilla y alergias?
Durante la pasada primavera, los pacientes alérgicos se quejaron de mayores síntomas oculares derivados del uso de las mascarillas. ¿Cuál puede ser la posible relación entre el uso de este sistema de protección y los problemas oculares? “El uso de la mascarilla, por un lado, hace que los síntomas respiratorios de la alergia se mitiguen, ya que actúa como filtro y reduce el grado de exposición al polen, pero, por otro lado puede aumentar los oculares, ya que hace más incómodo el uso de las gafas de sol que son un complemento estupendo para proteger nuestros ojos. Como con la mascarilla las gafas se empañan, muchas personas optan por no utilizarlas. Además, cuando usamos la mascarilla, parte del aire que espiramos sale por su parte superior llegando hasta los ojos, provocando la evaporación de las lágrimas. Esto provoca lo que conocemos como ojo seco que a su vez puede acrecentar los síntomas de la conjuntivitis”, opina el doctor Llovet.
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Consejos para mitigar los síntomas
1. Evitar el contacto con el alérgeno. Como decíamos antes, para poder evitar el contacto primero debemos identificar el tipo de alergia se tiene para afrontarla con precisión y de forma efectiva, estableciendo el tratamiento adecuado.
2. Utilizar gafas de sol. Este accesorio es, sin duda el mecanismo más fácil para evitar que el polen entre en los ojos y de forma paralela disminuya el paso de la luz, en aquellos casos en los que se padece fotofobia. Este año, a causa del uso de mascarillas, su utilización es algo más incómoda por el vaho que se forma; para evitarlo, se recomienda ajustar perfectamente la mascarilla a nariz y barbilla, y mantener una limpieza constante de los cristales.
3. Mantener los ojos hidratados. Para que los ojos no se sequen, es conveniente hidratarlos con la ayuda de lágrimas artificiales y, también, lavarlos por fuera con suero fisiológico. Una correcta higiene ocular ayuda a mantener el ojo limpio de alérgenos, alivia la irritación y la sequedad ocular. Y ten en cuenta que se deben evitar las infusiones de manzanilla para los lavados oculares ya que pueden contener pólenes a los que se es alérgico.
4. Lavados de manos frecuentes y no frotar los ojos. Nos tocamos demasiado los ojos, y debemos tratar de evitarlo. La situación actual ha hecho que nos familiaricemos con el lavado frecuente de manos, una costumbre que debemos mantener también para evitar esos picores y enrojecimiento de los ojos. De forma complementaria, es conveniente tomar una ducha a última hora del día para eliminar eficazmente los restos de polen después de haber estado todo el día expuesto.
5. Evitar las actividades al aire libre. Si tienes alergia, sabes que hay que evitar principalmente las horas de mayor concentración de polen como son a primera hora de la mañana y a última de la tarde. Además es importante tener especial cuidado los días con mayores rachas de viento, puesto que los síntomas se incrementan, disminuyendo aquellos en los días que llueve.
6. Cerrar las ventanas y utilizar aires acondicionados con filtro. También hay que extremar las precauciones en casa. Se puede optar por instalar filtros en los aires acondicionados, tanto del coche como de las propias casas, evitaremos que entre el polen, logrando un espacio seguro y agradable para las personas que sufren este problema.