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Son pocos los que podrían situar en un mapa este desconocido archipiélago de Dinamarca en medio del Atlántico. Un puñado de pequeñas islas volcánicas intactas, que, sin embargo, son grandes en montañas, escarpados acantilados, pueblos de pescadores y paisajes debelleza dramática para amantes de la naturaleza. En verano desde España hay vuelo directo.

CÓMO LLEGAR

A este archipiélago situado en el Atlántico norte, entre IslandiaEscocia y Noruega, se llega en avión con la compañía nacional de las Feroe, Atlantic Airways, o con SAS. En verano hay conexiones directas desde algunos aeropuertos españoles con el de Vága Floghavn –en la isla de Vágar, a 45 minutos de Torshavn, la capital–, el resto del año será necesario hacer una escala en Copenhague o en otra ciudad europea, como Reykjavik o Edimburgo. Una experiencia única es, desde Islandia o la capital danesa, hacer el último trayecto a las islas en ferri, disfrutando del paisaje salvaje.

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CÓMO MOVERNOS POR EL ARCHIPIÉLAGO

Son 18 islas rocosas volcánicas las que conforman este archipiélago de naturaleza espléndida, todas ellas como pequeñas esmeraldas sin pulir rodeadas de frías aguas (8 ºC) y conectadas mediante una red de carreteras con túneles y puentes, y también con ferris. Por ello y por sus dimensiones, recorrerlas en bicicleta resulta ideal. Otra opción es moverse entre ellas en helicóptero, un servicio que también ofrece la compañía aérea local.

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TERRITORIO AUTÓNOMO

Aunque las Feroe pertenecen a Dinamarca, son un territorio autónomo, no están dentro de la UE ni del tratado Schengen, por lo que tiene su propia moneda (la corona feroesa) y es necesario viajar con pasaporte desde España. Al aplicarse las tarifas de roaming, lo mejor para la conexión a Internet es adquirir en el aeropuerto una tarjeta sim de una de las dos operadoras locales.

 

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EL PAISAJE DE LAS FEROE

Pocos lugares del planeta poseen una belleza tan salvaje e intacta como la de estas islas, un auténtico festín de paisajes en el hemisferio norte, con costas escarpadas y oscuros acantilados, interminables prados de un verde intenso, cascadas de postal, lagos y aguas de un azul intenso alrededor –la costa nunca queda a más de 5 kilómetros– que parece creado para amantes de la naturaleza. El viento sopla fuerte en este territorio, por eso no hay árboles. Y la lluvia abundante. Con cambios bruscos de temperatura, la mejor época para viajar son los meses de verano, aunque en invierno, podemos ver auroras boreales.

 

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LOS TEJADOS, DE HIERBA

Si hay un rasgo que define la arquitectura rural de las Feroe son los tejados a dos aguas de hierba de sus casas. Prácticos y ecológicos, resguardan las viviendas del clima, el viento y la humedad y varían su tonalidad según el momento del año, desde el marrón en otoño, blanco en invierno, verde intenso en primavera y verano. Los podemos ver por todas las islas, como en el bonito pueblo de Gjógv, en la isla de Eysturoy, o en el de Kirkjubour.

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TÓRSHAVN, LA CAPITAL

En el archipiélago viven unas 49.000 personas de 80 nacionalidades diferentes, y aunque 17 de las 18 islas están habitadas, la gran mayoría residen en la capital, Tórshavn. Es la más pequeña del mundo, con dos calles principales, pero tiene una animada vida gracias a su escena musical y a una rica oferta cultural y también a su puerto, con restaurantes para ir a comer pescados. También en ella se concentra la oferta hotelera. La mejor manera de recorrerla es a pie o en los autobuses municipales, que son gratuitos. Solo 3 semáforos regulan el tráfico, los únicos del archipiélago.

 

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LAS ISLAS

Observar frailecillos y pájaros bobos en el paraíso natural de la isla de Mykines; hacer una excursión al faro de Akraberg, en la isla de Suðuroy, o al de Kallur, en la de Kalsoy; alquilar un barco y cruzar el hermoso lago de Leitisvatn/Sørvágsvatn; llegar a la menor de las islas de las Feroe, la deshabitada Lítla Dímun; contemplar los fiordos desde el monte Villingadalsfjall o la iglesia de Viðareiði, el asentamiento más norteño, en la isla Viðoy; o descubrir el pequeño y pintoresco pueblo de Funningurg, con la montaña más alta de las Feroe (Slættaratindur, 882 m) y su iglesia con el típico tejado de piedra son algunas de las experiencias que ofrece el archipiélago.

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MONJES, VIKINGOS Y OVEJAS

La historia de las Feroe se inicia en el siglo VII, cuando un grupo de monjes llegó hasta estas tierras con sus ovejas y empezaron a poblarlas, luego serían piratas y vikingos noruegos los que fueron tomando posesión de ellas. Las ovejas siguen ahí, es más Feroe en danés es Føroyar, que se traduce como «islas de los corderos». En la actualidad sigue habiendo más ovejas que personas en las islas.

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LAS CASCADAS DE VÁGAR

Desde la capital, conectada con un túnel bajo el mar con la isla de Vágar, donde se encuentra el único aeropuerto del archipiélago, una excursión muy recomendable es la que descubre en su paisaje montañoso Sørvágsvatn, el mayor lago de las Feroe, y dos de las cascadas más impresionantes, la de Bøsdalafossur, con 30 metros de largo y que fluye desde el lago al Atlántico, y la que cae a pocos metros del pueblo de Gasádalur, una de las postales más famosas de estas islas.

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EN PLAN GASTRO

Pescados –sobre todo, salmón y caballa y mariscos, pero también corderos y aves marinas son la base de la gastronomía de las Feroe, que se distingue por la forma de preparar los alimentos, basada en la salmuera, el secado al viento y una maduración especial de la carne conocida como ræst. Para degustarlos hay buenos restaurantes, incluso uno, Koks (koks.fo), en Kirkjubøur, un pequeño pueblo vikingo de la isla Streymoy, reconocido con una estrella Michelin. 

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En Tórshavn, otro de los más selectos es Áarstova (aarstova.fo), y Etika (etika.fo), para probar sushi. En Klaksik, muy recomendado es comer en plan informal en Frida Kaffihús (frida.fo).

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DÓNDE DORMIR

La gran mayoría de los hoteles se encuentran en la capital del archipiélago, aunque repartidos por las islas se pueden encontrar acogedoras guesthouses , como Gásadalsgarður (gasadal.com), junto al pueblo de Gásadalur. Dos buenos cuatro estrellas en Tórshavn son el Føroyar (hotelforoyar.fo), camuflado bajo la hierba con inmejorables vistas, y Brandan (hotelbrandan.com) y también agradable el nuevo hotel-boutique Havgrím (hotelhavgrim.fo).

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