El Hierro, las Reservas de la Biosfera de León, un Hotel Paisaje, Formentera y su pradera de posidonia... y así hasta diez lugares que apuestan por la sostenibilidad.

RESERVA DE URDAIBAI
Decenas de especies de aves la utilizan como lugar de paso y zona de descanso de anidación y de cría, pero Urdaibai no solo para ellas es un espacio natural único. Esta privilegiada porción del Cantábrico está declarada por la Unesco Reserva de la Biosfera, además de Patrimonio de la Humanidad y alberga un valioso tesoro biológico con una extraordinaria diversidad paisajística y ecológica. Una joya natural que además contribuye a que Euskadi haya sido elegida destino turístico responsable y sostenible (en Fitur 2017 ha recibido el galardón de Biosphere Responsible Tourism Destination, otorgado por el Instituto de Turismo Responsable y la OMT). A ello se suma que San Sebastián será este año sede de la Conferencia de Destinos Sostenibles.

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LA PALMA
La Palma es una isla privilegiada. Y lo es porque más de un tercio de su superficie está protegida, cuyo máximo exponente es el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, pero es que además su atmósfera es tan limpia que se ha ganado ser la primera Reserva Starlight del mundo, un proyecto avalado por la Unesco y la Organización Mundial de Turismo que certifica aquellos lugares con mejores condiciones para observar los cielos, y que tiene en el Observatorio del Roque de los Muchachos el mejor enclave para admirar el firmamento.

LANZAROTE
Fue el primer destino del mundo en conseguir la certificación Biosphere Responsible Tourism, lo que avalaba la trayectoria de la isla en materia de sostenibilidad. Y eso que tenía rivales difíciles, nada más y nada menos que al delta del Okavango, en Botswana; Teton Country, en Estados Unidos; el archipiélago de St. Kitts and Nevis, los fiordos noruegos y Huanghan, en China. Su paraíso natural lo confirman paisajes modelados por la lava como el Parque Nacional de Timanfaya, las playas de Papagayo, Los Hervideros –donde el mar se bate con fuerza contra los acantilados–, el Charco Verde, los Jameos del Agua, las creaciones de César Manrique en la naturaleza…

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LA GARROTXA (GIRONA)
España cuenta con más de 30 espacios naturales protegidos acreditados con la Carta Europea de Turismo Sostenible (CETS), son áreas naturales donde trabajan empresas que desarrollan actividades turísticas comprometidas con la protección del medio ambiente y el Parque Natural de la Garrotxa, en Girona, ha sido modelo de implantación del CETS. El que pasa por ser el mejor exponente del paisaje volcánico de toda la península ibérica está lleno de maravillas geológicas, pueblos encantadores y rincones naturales que se disfrutan a pie, en globo, a lomos de un burro o en bicicleta, todo muy ecofriendly.

LEÓN
De las 47 Reservas de la Biosfera que hay en España, León es, con siete, la que cuenta con mayor número de estos renocimientos otorgados por la Unesco, que avalan la excelente conservación y protección de su biodiversidad, así como la armonía con la acción del hombre sobre ellas, fomentando un desarrollo sostenible. Alto Bernesga, los Ancares Leoneses, Babia, Los Argüellos, Picos de Europa, Valle de Laciana y los Valles de Omaña y Luna son esos privilegiados lugares que testimonio de la riqueza natural que posee la región y ejemplo de su preservación.

EL HIERRO
La más pequeña de las islas canarias se ha convertido en símbolo de sostenibilidad, que abarca el uso de energías renovables, programas de reciclaje y reducción de residuos, turismo respetuoso con el medio o planes de movilidad sostenible. Pero es que además es un tesoro flotante en medio del Atlántico desde cuyos miradores no solo se descubre su belleza herreña, también su biodiversidad.

FORMENTERA
Las aguas de Formentera son únicas por su transparencia y su color turquesa y eso se debe a la presencia de la pradera de posidonia oceánica más grande del Mediterráneo –que no es un alga sino una planta endémica de este mar–, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Este tesoro natural capaz de crear arrecifes paralelos a la costa, proteger a esta de la erosión al reducir el oleaje y depurar las aguas no se ve pero es muy valioso, aunque esté bajo el agua, por eso se preservar con ahínco. La regulación del fondeo de embarcaciones y hasta un apadrinamiento de metros cuadrados de posidonia cuya recaudación vaya destinado a proyectos de conservación y recuperación de las praderas son algunas de las iniciativas puestas en marcha en materia de sostenibilidad.

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DELTA DEL EBRO
El equilibrio entre la riqueza natural de un lugar y la explotación por parte del hombre de los espacios naturales nunca fue fácil. Y el Delta del Ebro, en Tarragona, no fue una excepción, hasta que se creó el Parque Natural del Delta del Ebro, uno de los hábitats acuáticos más importantes del Mediterráneo occidental y que forma parte de la Reserva de la Biosfera de Tierras del Ebro, lo que garantiza su preservación. Un buen lugar para empezar a descubrirlo es el centro de interpretación de las lagunas, que se encuentra en la Balsa de la Encanyissada, la más grande del Delta, que se puede rodear para descubrir su fauna.

SIERRA DE LA CULEBRA (ZAMORA)
Al noroeste de la provincia de Zamora, junto a la frontera portuguesa y en el aislado confín de las comarcas de Sanabria, Carballeda, Aliste y Tábara se alza la alargada y sinuosa silueta de esta sierra que, además de un singular patrimonio etnográfico de sus pequeños pueblos, su extenso y quebrado territorio esconde un indiscutible tesoro natural: la mayor población de lobos de toda Europa occidental. Un animal que, por esas cosas que tiene el desarrollo sostenible y la concienciación ecológica, ahora es un fiel aliado y al que se puede conocer mejor en el Centro del Lobo Ibérico, situado en la localidad de Robledo, o avistar en la sierra, a través de empresas como Lobisome Naturaleza (lobisomenaturaleza.es).

VIVOOD (ALICANTE)
En el valle de Guadalest y perteneciente al municipio de Benimantell se ubica el primero de los Hoteles Paisaje de Vivood, una pionera red de alojamientos ecofriendly que concibe el alojamiento como un espacio sostenible e inmerso en la naturaleza pero con todas las comodidades de un establecimiento de lujo y el más exclusivo diseño. Su decálogo lo dice todo: only adults (para garantizar el silencio y la calma en alojamientos separados e independientes), vistas privilegiadas, adaptación a la topogafía, compromiso en la conservación y restauración del paisajismo del lugar, ventanales orientados a zonas inaccesibles al tránsito, parcela de naturaleza para disfrutar de la naturaleza con privacidad, integración de la vegetación en el interior de la habitación, limitación al tráfico rodado, hotel de base ecológica y sostenible e iluminación controlada a través de luces indirectas en armonía con el entorno. La gastronomía, como no podía ser de otro modo, se suma a la tendencia Slow Food, cuya cocina se nutre de alimentos cultivados en el huerto ecológico o de proveedores locales.