Del norte al sur de España, nuestra geografía está salpicada de ermitas en escenarios naturales espectaculares: entre montañas, colgadas en una peña, con vistas al mar, encajadas en cañones que sobrevuelan los buitres... Maravillosos enclaves para tomar como punto de partida o meta de excursiones por su entorno.
© JorgeArmando - stock.adobe.comERMITA DE SAN FRUTOS, SEGOVIA
Románica, del siglo XIII y a 5 kilómetros del pueblo segoviano de Villaseca. Para llegar a ella, los cuatro primeros se hacen en coche por una pista de tierra hasta el aparcamiento de La Casa del Parque y el último a pie (unos 15 minutos). Está al borde del acantilado, dominando un paisaje tremendo, el de las hoces del Duratón, y su acceso se efectúa por un pequeño puente de piedra que salva el famoso paso de la Cuchillada, una grieta natural en la roca.
© LucVi - stock.adobe.comLa ruta
Son 27 kilómetros los que dibujan las hoces del Duratón, donde el río se retuerce a su paso por la localidad de Sepúlveda. En otra ermita, la también románica de Santiago de Sepúlveda, que acoge el centro de información del parque natural, arranca la senda de los Dos Ríos, un paseo circular sencillo de 5,5 kilómetros que se asoma a las hoces y discurre por el fondo de un estrecho cañón. En el camino se ven las antiguas murallas de la localidad, el puente romano de Talcano y buitres sobrevolando las aguas.
© @sorianitelaimaginasERMITA DE SAN BAUDELIO DE BERLANGA, SORIA
Lo que hace extraordinaria a esta ermita junto a la aldea de Casillas de Berlanga es ser uno de los mejores ejemplos de arte mozárabe en España. No parece viendo su planta octogonal que el interior esconda un oasis andalusí en el páramo soriano, pero así es. Una robusta columna central en forma de palmera la sostiene. A su sombra hay pequeñas capillas, columnas, arcos de herradura y muestras de los frescos que arrancaron hace un siglo y representan escenas bíblicas y de la vida cotidiana, algunas inauditas. En Berlanga de Duero, a 9 kilómetros, está el centro interpretación de la Capilla Sixtina del Mozárabe.
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A 4 kilómetros de la ermita está Caltojar, un pueblo con una fabulosa colección de Picassos en sus calles. Durante un paseo por ellas se ven Las señoritas de Avignon, el Guernica y otros 60 murales urbanos que fueron pintados en las paredes por los niños del pueblo en 1981 para celebrar el centenario del nacimiento del genio. Más adelante, pero ya en coche, a 12 kilómetros, está el pueblo de Rello, sobre un peñasco calizo en una hoz del río Escalote.
© Tolo - stock.adobe.comERMITA DE SANTA MARIA DE EUNATE, NAVARRA
Los peregrinos que caminan por el tramo navarro del Camino de Santiago hacen parada en esta solitaria construcción del municipio de Muruzábal, a unos minutos en coche de Puente la Reina. Todo es misterio alrededor de este edificio románico, desde su origen hasta sus formas. Conocida como “la iglesia de las 100 puertas”, se sabe que sus muros datan del siglo XII, pero la leyenda asegura que posee accesos mágicos con el más allá. Llama la atención su galería exterior, formada por arcos construidos en dos épocas y diferentes estilos y su enigmática geometría.
La ruta
Tomando como punto de partida el templo de Eunate, puedes seguir la ruta senderista circular que asciende a Montarraga, donde hay un mirador que permite contemplar el templo desde las alturas y ver amplias vistas del valle de Valdizarbe. El camino acerca después al pueblo de Obanos, con buenas muestras de arquitectura tradicional y peregrinos recorriendo sus calles empedradas. Son unos 6,8 kilómetros y unas dos horas de camino.
© Cavan - stock.adobe.comERMITA DE SAN ANDRÉS DE TEIXIDO, A CORUÑA
Un exótico aire canario tiene este famoso lugar de peregrinación, situado a pocos kilómetros de la localidad de Cariño, en el municipio de Cedeira. Sus muros de piedra oscura con juntas blancas, junto al verdor de helechos y palmeras que lo rodean, le confieren un encanto singular. La ermita está erigida sobre un promontorio rocoso, a escasa distancia de los acantilados de Vixía de Herbeira, los más altos de la Europa continental, con 613 metros de altura, y uno de los parajes naturales más bellos de Galicia. Según una leyenda gallega, “a San Andrés de Teixido va de muerto quien no va de vivo”: quienes no realizan la peregrinación en vida lo harán después de muertos, reencarnando en lagartos, salamandras u otros seres. Sin duda, un sitio ideal para los apasionados de la mitología.
© Neissl - stock.adobe.comLa ruta
Incluso para quienes no tienen mucha experiencia en senderismo, la ruta circular que recorre los acantilados de San Andrés de Teixido resulta fácil. Son unos 7,5 kilómetros entre rocas y helechos alrededor de la ermita, con un desnivel de 215 metros, y sus miradores naturales al paisaje salvaje de la Costa da Morte permite sentir de cerca la fuerza del mar y del viento.
© underwaterstas - stock.adobe.comERMITA DE SAN JUAN DE GAZTELUGATXE, VIZCAYA
En la lista de las ermitas más bonitas de España no podía faltar una de las más fotogénicas, si no la que más, estando como está en un islote unido a la costa mediante un sinuoso puente de piedra. Desde que apareció como Rocadragón en la séptima temporada de Juego de tronos nadie se la quiere perder. Para llegar a ella hay que hacer una larga caminata y salvar los 231 escalones que llevan hasta su cima. El esfuerzo lo compensa. Una vez arriba, muchos cumplen con la tradición de tocar tres veces la campana de la ermita y pedir un deseo.
© Noradoa - stock.adobe.comERMITA DE SAN BERNABÉ, BURGOS
En las Merindades de Burgos, el monumento natural de Ojo Guareña es uno de los complejos kársticos más extensos de la península ¡y del mundo! Se empieza a descubrir por el enclave natural que da nombre al lugar: un sumidero por el que las aguas del río Guareña se introducen en el interior de este laberinto de cuevas. Justo encima se encuentra la ermita rupestre de San Bernabé, con su interior cubierto por unas curiosas pinturas murales que narran la vida de San Tirso, el otro santo titular del templo. Justo al gran portalón natural que da acceso a la sala en la que hasta hace unos pocos decenios se celebraba el concejo de la Merindad de Sotoscueva está la entrada a la Cueva de la Ermita, que se puede visitar haciendo un recorrido de medio kilómetro.

La ruta
Si se quiere hacer un recorrido senderista más largo, las espectaculares galerías de Cueva Palomera adentran por las profundidades de la tierra. Para llegar hasta allí es preciso subir hasta lo alto del Circo de San Bernabé, desde donde se disfrutan las mejores panorámicas de la zona y hacer una reserva previa.
© Getty ImagesERMITA DE SAN BARTOLOMÉ, SORIA
El Centro de interpretación del Parque Natural del Cañón del río Lobos, en el pueblo de Ucero, no solo sirve para tomar conciencia del alto valor que encierra, es también el punto de partida de la ruta senderista que recorre el cañón y acerca a la ermita. La forma más directa de plantarse en el cogollo de las hoces es conducir hasta el aparcamiento de Valdecea, el último habilitado en la pista de acceso señalizada. Desde el aparcamiento se puede caminar hasta la ermita, a un kilómetro de distancia, por sus dos orillas, entre bosques de ribera. La de la izquierda es una cómoda y llana pista de tierra; la derecha (en el sentido de la corriente), mucho más agreste y bonita exige buen calzado y caminar por una trocha.
© Szymon Bartosz - stock.adobe.comERMITA DE NUESTRA SEÑORA DEL ROCÍO, HUELVA
Cada año, más de un millón de personas –y decenas de miles de caballos– se dan cita en la aldea de El Rocío, en el municipio de Almonte, para participar en una de las romerías más multitudinarias y coloridas de Andalucía, que tiene como centro la ermita del Rocío y la talla de la Virgen que custodia, la Blanca Paloma. Tras su fachada blanca y luminosa, un interior donde la venerada imagen está rodeada de altares y exvotos. Más allá de su valor arquitectónico y religioso, maravilla el entorno natural en el que se encuentra, el Parque Nacional de Doñana.
© Szymon Bartosz - stock.adobe.comLa ruta
El sendero de la Rocina es una de las rutas más agradables para hacer en el entorno de la ermita, que se adentra en el Parque Natural de Doñana a lo largo del arroyo del mismo nombre. Este recorrido, de aproximadamente 15 kilómetros, permite atravesar diversos ecosistemas, desde bosques de pino y matorrales hasta zonas de marisma. La ruta llega hasta el Palacio del Acebrón, un punto pintoresco y lleno de historia, para luego regresar hacia El Rocío. Su dificultad es baja, ideal para un paseo relajado observando aves, ya que Doñana es uno de los espacios más importantes de Europa para la avifauna.




