Cueva y ermita de ojo Guareña, el mejor descubrimiento en Burgos

Algo tendrá Ojo Guareña para que, desde hace por lo menos 45.000 años, nuestros primos los neandertales eligieran sus cuevas como refugio. En el corazón de la burgalesa comarca de Las Merindades y rodeado de un paisaje inolvidable, todo su entorno ha conservado la magia y el encanto de un enclave especial en el que el misterioso mundo subterráneo es el protagonista absoluto.

Por Enrique del Rivero

El monumento natural de Ojo Guareña, perfilado por una sucesión de altivas crestas calizas, atesora en su interior un intrincado laberinto de cuevas. Con cerca de 110 kilómetros de longitud, es uno de los complejos kársticos más extensos de la península Ibérica y está situado entre los 15 mayores del mundo. Por si todo esto fuera poco, además de ese interés espeleológico, Ojo Guareña es uno de los pocos lugares del planeta en el que es posible rastrear la presencia humana sin que falte ninguna etapa clave, desde el Paleolítico Inferior hasta nuestros días.

CUEVA Y ERMITA DE SAN BERNABÉ

Quizá lo mejor es comenzar la visita por el enclave natural que da nombre al lugar: el Ojo del Guareña. Un sumidero por el que las aguas del río Guareña se introducen en el interior de las cuevas. Su entorno inmediato tiene un magnetismo natural indescriptible, que se incrementa en épocas de crecidas y deshielos, cuando el agua se precipita con gran ímpetu y estruendo en el profundo abismo abierto entre las rocas y la uliginosa y densa vegetación.

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Por encima del se localiza la ermita rupestre de San Bernabé. Es un original santuario cristiano ubicado en una cueva y con el interior cubierto por unas curiosas pinturas murales que narran la vida de San Tirso, el otro santo titular del templo. Justo al lado se abre un gran portalón natural que da acceso a la sala en la que hasta hace unos pocos decenios se celebraba el concejo de la Merindad de Sotoscueva (merindaddesotoscueva.es), ayuntamiento burgalés al que pertenece Ojo Guareña. En ese lugar también está la taquilla y la entrada a la Cueva de la Ermita, que tiene un recorrido de medio kilómetro totalmente adaptado.

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GALERÍAS DE CUEVA PALOMERA

Para los que quieran aventurarse en las profundidades de la tierra tienen la oportunidad de recorrer durante varias horas las espectaculares galerías de Cueva Palomera. Para llegar hasta allí es preciso subir hasta lo alto del Circo de San Bernabé, desde donde, por cierto, se disfrutan las mejores panorámicas de la zona, y buscar el punto de encuentro para los visitantes (imprescindible reserva previa).

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Pertrechados con ropa de abrigo (la temperatura en el interior no sobrepasa los 8° C), calzado con suela antideslizante y el casco con la iluminación individual facilitado por los guías, el recorrido conduce a la gran dolina, en cuyo fondo se descubre, oculta por un encantado bosque cubierto de líquenes, la principal entrada a los más de 100 kilómetros de sorprendentes maravillas subterráneas. Siempre acompañados por los expertos guías, hay que caminar unos cuantos kilómetros por la Galería Principal. Hay dos recorridos, uno corto de 1,5 kilómetros y 2 horas y media; y otro largo que se interna 2,5 kilómetros y se tarda en recorrer unas 4 horas.

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Empequeñecidos por sus dimensiones y disfrutando de un silencio en el que solo se escucha el goteo de las llamativas estalactitas, se alcanza uno de los lugares más impresionantes de Ojo Guareña: Sima Dolencias. Una apabullante cavidad con más de 60 metros de profundidad, abierta al exterior y por la que se precipita una cascada que en invierno suele helarse por completo.

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LA CASA DEL PARQUE DE OJO GUAREÑA

En el cercano pueblo de Quintanilla del Rebollar se puede conocer de primera mano toda la información relativa al monumento natural (patrimonionatural.org).

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