Federico y Mary de Dinamarca, acompañados por la princesa Josephine, están de viaje oficial por territorio danés, recorriendo un santuario de naturaleza extraordinario y paisajes vírgenes y dramáticos, a caballo entre Islandia, Escocia y Noruega, pero alejado del turismo de masas: las Islas Feroe, con acantilados escarpados, fiordos profundos, montañas donde campas a sus anchas las ovejas, cascadas que caen directamente al océano y villas coloridas de pasado vikingo. Una visita, inicialmente prevista para junio del año pasado, que tuvo que ser pospuesta debido a una huelga en las islas.
A bordo del yate Dannebrog, residencia oficial durante los viajes reales, la familia real danesa comenzó su periplo de cuatro días, hasta el 13 de junio, en Koltur, la isla más pequeña del archipiélago, donde desembarcaron vestidos para la ocasión con ropa técnica y botas de montaña, como suelen hacer los pocos turistas que llegan a este remoto lugar para explorar uno de los destinos más hermosos y desconocidos de Europa.
Son 18 las islas que conforman el archipiélago que los monarcas daneses están recorriendo. En su programa visitarán, entre otras localidades, Tórshavn, Vágur, Fámjin, Tvøroyri y Eiði, donde van a tener la oportunidad de conocer diversos aspectos de la sociedad feroesa y saludar a sus habitantes. Estas islas tienen un estatus único en el mundo, ya que forman parte del reino de Dinamarca, pero, a diferencia de este, no son miembros de la Unión Europea. Además, cuentan con gran autonomía económica y política, poseen moneda propia e incluso tienen selección nacional de fútbol.
CÓMO LLEGAR A LAS FEROE
Desde España no hay vuelos directos a este archipiélago de naturaleza en mayúsculas al que no llega el turismo de masas; la opción más común es hacer escala en Copenhague. Desde la capital danesa, el trayecto hasta Tórshavn, la capital del archipiélago, dura aproximadamente 2 horas. Ambas ciudades están conectadas también por ferri. Atlantic Airways o SAS son las compañías que operan vuelos al único aeropuerto de las islas, situado en la isla de Vágar. Otras escalas posibles son vía Ámsterdam o Edimburgo, según la temporada.
CÓMO MOVERTE
Aunque las Islas Feroe no pertenecen al espacio Schengen, solo es necesario el DNI o pasaporte español para entrar. Moverse por ellas es más fácil de lo que parece, a pesar de su geografía escarpada y dispersa. La mejor opción es alquilar un coche en el aeropuerto, ya que así tendrás más libertad para explorar los pueblos remotos, paisajes costeros, fiordos, cascadas y miradores que se encuentran repartidos por el archipiélago.
En las islas principales hay ferris interinsulares y una buena red de autobuses que conectan las ciudades y otros puntos de interés (ssl.fo). Las islas más remotas, como Mykines, solo son accesibles en ferri o barco privado.
KOLTUR, LA PRIMERA PARADA REAL
El viaje de los reyes y la princesa comenzó en Koltur, una isla sin residentes permanentes que es una joya natural e histórica. Quienes la visitan, como Federico y Mary, lo hacen para conocer Heimi í Húsi, un museo al aire libre que ofrece una visión única de la vida rural feroesa en el siglo XIX. Pero Koltur no es solo historia; también es un paraíso para la observación de aves, ya que su costa escarpada y acantilados son un importante lugar de anidación para aves marinas como el petrel europeo o el frailecillo atlántico. Para los amantes del senderismo, la isla ofrece rutas que llevan a Fjallio, la montaña más pequeña de las islas, con 101 metros, y a Kolturstangi, el punto más al sur.
LA CAPITAL DE LAS FEROE
Las 18 islas que componen las Feroe no se pueden abarcar en una semana, pero entre las imprescindibles está Streymoy, pues es en esta donde se encuentra la capital del archipiélago: Tórshavn, situada al sur de la misma, y que Mary y Federico de Dinamarca han visitado vestidos con el traje regional. En ella reside la mayor parte de la población, y es una buena base desde la que explorar las islas cercanas. Es una capital mínima, con dos puertos, un par de calles principales, un centro histórico con algunos museos y varias tiendas donde comprar recuerdos del viaje, como un buen jersey de lana.
LA ISLA DE VÁGAR
Puerta de entrada a las Feroe –aquí se encuentra el aeropuerto internacional–, la isla de Vágar es un paraíso natural. El lago Sørvágsvatn (que parece flotar sobre el mar), el acantilado Trælaníp, la famosa e impresionante cascada de Múlafossur, en el pueblo de Gásadalur, y sus coloridas casitas de madera con techos de hierba forman la imagen más reconocida de este archipiélago.
MYKINES
Ideal para una escapada de un día desde Vágar, Mykines es famosa por sus paisajes escarpados y su enorme colonia de frailecillos atlánticos. Senderistas y amantes de la naturaleza disfrutan también de la ruta que lleva al faro de Mykineshólmur, que atraviesa puentes y acantilados, ofreciendo vistas impresionantes del Atlántico y una experiencia única en contacto con la fauna local. Solo se puede visitar en verano, en ferri o helicóptero.
OTRAS ISLAS IMPRESCINDIBLES
La isla de Eysturoy –la segunda más grande del archipiélago, conectada a Streymoy por un puente y túnel submarino– también es una excelente opción. Más al norte, vale la pena recorrer bellezas como las islas de Kalsoy, Bordoy o Svínoy.