El Garraf, la costa de Barcelona que no suena tanto

Esta ruta por el escarpado litoral del Parque Natural del Garraf esconde un puñado de localidades por descubrir con múltiples encantos, desde la bohemia atemporal de Sitges al encanto marítimo de Vilanova i la Geltrú.

Por OLGA MOYA 

Sitges da el pistoletazo de salida a una ruta que lleva a perderse por los contornos del Parque Natural del Garraf. Antes de arrancarla, lo primero es admirar su inconfundible silueta, con la iglesia de Sant Bartomeu y Santa Tecla coronando cualquier panorámica, para luego explorar el resto de los encantos de esta marítima localidad de dimensiones asequibles donde se respira el tan cotizado estilo mediterráneo.

Entre sus principales monumentos: la ermita de Sant Sebastià, el modernista Palau Maricel –en el que destaca el majestuoso Saló d’Or, las terrazas y el claustro– y el Museu del Cau Ferrat, la casa-taller de Santiago Rusiñol, con colecciones de arte antiguo y moderno reunidas por el artista (vidrio, arqueología, pintura…). Entre ellas se cuentan obras de Picasso, Zuloaga o el célebre retratista Ramón Casas (museusdesitges.cat).

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Luego, uno debe entretenerse en Sitges con las impresionantes vistas desde el mirador de Miguel Utrillo, contemplando el bonito racó de la Calma o caminando por el puerto de Aiguadolç y el paseo marítimo.

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OLIVELLA

Dejando atrás Sitges por el GR5 y adentrándose en el parque natural, se accede al diminuto pueblo de Olivella. Pero, antes de llegar, conviene detenerse en La Fassina, un enclave rural desde el que se organizan caminatas o rutas en bicicleta a través de este espacio protegido centradas en geología, fauna, flora o ecología (fassinadejafre.com), como la que gira alrededor del Castell Vell, que permite visitar antiguas cuevas, pozos y antiguas iglesias en ruinas.

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Una de las rutas más populares es la que rodea las ruinas del antiguo pueblo de Jafra, al que se le atribuyen enigmas y misterios más propios de una ficción de Stephen King. Pero la que aglutina mayor patrimonio natural y arquitectónico probablemente sea la que rodea el Castell Vell, una antigua fortificación milenaria que se alzaba en la cima del Puig del Molí, a 304 metros de altitud.

SANT PERE DE RIBES

Tras un breve paseo por el encantador puñadito de casas que conforman el núcleo urbano de Olivella, lo más aconsejable es tomar la carretera BV-111 en dirección a Sant Pere de Ribes, una de las poblaciones con mayor historia de la región. En los siglos XIX y XX parte de la población local viajó a las Américas trayendo a su regreso una enorme fortuna con la que fueron levantando casas de indiano. Esta singular arquitectura se puede admirar hoy, principalmente, en la calle del Pi, la plaza Marcer o el barrio de Palou. Mientras que la fuente modernista de la plaza de la Font, obra de Josep Font i Gumà, conmemora la llegada del agua canalizada con capital americano.

No hay que abandonar Sant Pere sin acercarse hasta alguna de las bodegas cuyas vides tapizan las planicies circundantes, donde catar algunas de sus botellas más emblemáticas y adentrarse en la historia de la elaboración de los caldos propios de la zona. Torre del Veguer (torresdelveguer.com) y Vega de Ribes (vegaderibes.wixsite.com) abren sus puertas a las visitas, que incluyen recorridos por los viñedos y degustación.

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VILANOVA I LA GELTRÚ

Tomando la carretera BV-2112 y tras dejar a mano derecha la Finca Mas Solers, el antiguo Casino de Barcelona, de estilo modernista, reconvertido en un impresionante espacio consagrado a eventos, se llega a Vilanova y la Geltrú para empaparse de su auténtico ambiente marítimo. Su puerto pesquero, el mayor de Cataluña en capturas, permanece activo desde el siglo XIV y una visita a la lonja, a las 8:00 o a las 15:00, cuando regresan los barcos de faenar, es casi obligado. Otra visita recomendable es el Museo del Ferrocarril de Cataluña, con la colección de locomotoras de vapor más importante de Europa (museudelferrocarril.org).

EN LAS CUEVAS DEL GARRAF

Pasado Castelldefels, en dirección a Sitges, a la altura de la urbanización Rat Penat, un sendero se adentra en el macizo del Garraf sorteando hondas simas muy codiciadas por los espeleólogos. El GR 92 de Plà De Querol a Morella, además de disponer de la mayor concentración de cuevas, ofrece unas vistas panorámicas sobre la montaña y el mar inigualables.

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DÓNDE DORMIR EN LA RUTA

De espíritu mediterráneo, MIM Sitges (Sitges, hotelmimsitges.com), el hotel de Leo Messi es un icono de arquitectura sostenible, con un amplio spa y privilegiadas vistas al mar desde su terraza panorámica de 360º. En primera línea de mar de Vilanova i la Geltrú está el emblemático Ceferino (hotelceferino.com), con restaurante gastronómico, piscina y desayunos gourmet. Y buena elección en Sant Pere de Ribes, el Palou Boutique Hotel (palouhotel.com), una magnífica casa de indianos cuidadosamente reformada como un bonito hotel con encanto.

DÓNDE COMER

Cocina catalana actualizada elaborada con productos ecológicos y locales en La Salseta (lasalseta.com) de Sitges. Dos aciertos en Sant Pere de Ribes: Caburé Gastrobar (caburé.es), un espacio íntimo y acogedor en el que disfrutar sin prisas de productos de calidad de la zona del Penedés, y Club House Sant Pere (clubhouse27.com), restaurante de estilo mediterráneo con una carta de fusión en la que tienen un lugar destacado la comida orgánica y kilómetro 0. En Vilanova i la Geltrú, La Daurada (ladaurada.es) dispone de una extensa carta de arroces, así como de una completa variedad de platos con clara esencia mediterránea. Su terraza es un mirador privilegiado sobre el mar a la puesta de sol.