Tarragona: días de playa por la Vía Augusta

De Roda de Bará a Hospitalet de l’Infant, hacemos un periplo por las calas y los arenales más bellos de la costa tarraconense, a la vez que descubrimos el patrimonio romano de estos parajes. Una propuesta con la carretera N-340 como hilo conductor, la Vía Augusta que hace dos mil años transitaran cuadrigas y ejércitos romanos, y el Mare Nostrum como telón de fondo

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David Revelles

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Como un libro de historia, Tarragona ofrece un viaje en el tiempo único por la que fue la Hispania Citerior en época romana. Discurre por el tramo costero que se extiende de Roda de Bará a la playa de la Almadraba, en Hospitalet de l’Infant, entre calas, bosques de pinos e interminables arenales dorados. No tiene pérdida, solo hay que seguir la carretera N-340 para descubrir su rico patrimonio histórico y natural. Iniciamos este itinerario en el Arco de Bará, un portal espectacular construido en honor del emperador Augusto a finales del siglo i a. C. y situado en la mismísima Vía Augusta. Después de detenernos frente a él, nada mejor que acercarse a las cercanas playas de Comarruga, Torredembarra o El Vendrell y disfrutar luego de una comida frente al mar en alguno de los restaurantes del pueblo marinero de Roc de Sant Gaietà.

Tarragona HOLA VIAJES©RAFAEL LÓPEZ-MONNÉ
Acueducto de Les Ferreres, del siglo I d. C., que llevaba agua desde el río Francolí a Tarraco.
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Lo cierto es que, desde que se instalaran en la península, los romanos dieron muestras de ser unos bon vivants. Para comprobarlo solo hay que seguir unos kilómetros más hasta la villa medieval de Altafulla, donde se encuentra la villa de Els Munts. Pocas expresiones más evidentes del lujo de las villae rústicas romanas que esta. Con el Mediterráneo a unos metros de sus termas y mosaicos, es fácil imaginar a los que, a mediados del siglo ii, fueron sus propietarios, Caius Valerius Avitus –un alto cargo de la administración de Tarraco– y su esposa Faustina, paseando por los jardines antes de disfrutar de una sesión de spa. Para emularlos hoy en día nada mejor que un baño en la deliciosa playa de Altafulla, con el castillo de Tamarit recortándose en el horizonte.

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Cala de Les Sirenes, en Miami Playa, integrada en un conjunto de ocho calas catalogadas como espacios naturales protegidos.

Pero el verdadero pasado romano de este litoral se muestra en Tarragona, la imperial Tarraco. Declarada Patrimonio de la Humanidad, en este museo arqueológico al aire libre sobran las propuestas: recorrer sus murallas, sentarse en las gradas del anfiteatro al atardecer, descubrir los restos del circo, visitar la catedral, ubicada donde se alzaba el recinto de culto en época imperial... Sin olvidar sus nueve playas y calas (playa Llarga, del Miracle, dels Capellans...) y descubrir los sabores mediterráneos en el barrio de pescadores de El Serrallo.

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Caminar por el paseo arqueológico de Tarraco, que discurre junto a la muralla, es lo más parecido a hacerlo por un museo al aire libre. Arriba, ‘snorkel’ frente al islote del Torn, en Hospitalet de l’Infant

La ciudad es también el mejor punto de partida para explorar otros atractivos romanos cercanos próximos a playas y calas inolvidables. Ahí está la Torre de los Escipiones, monumento funerario a seis kilómetros de la ciudad y a un paso de la Cala Fonda, la villa altoimperial de Centcelles, o el acueducto de Les Ferreres.

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Al enfilar hacia el sur, el último tramo del viaje, surgen las playas de Cambrils y el perfil costero de Mont-roig del Camp, es decir, Miami Playa. O los ecos de la villa romana de Calípolis, en Vila-seca, con su privilegiada ubicación a un paso de la playa de La Pineda, un arenal de tres kilómetros de aguas tranquilas y transparentes. Este periplo romano acaba en Hospitalet de l’Infant, que la Vía Augusta atraviesa como hiciera hace dos milenios. Es el mejor colofón, no solo para conocer sus orígenes, también para disfrutar de dos de sus joyas naturales: la playa del Torn, un clásico del naturismo, o la deliciosa de la Almadraba.

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No dejes de... Descubrir el Bosque de la Marquesa

A 15 minutos de Tarragona se encuentra uno de los rincones mediterráneos más bellos y prístinos de la provincia gracias a su conservación. El camino de ronda que arranca en la Torre de la Mora se adentra en la espesura de este bosque de pinos blancos y carrascos, sabinas, encinas, madroños y lentiscos, que, de vez en cuando, abre un mirador natural sobre el Mediterráneo. Entre sus joyas: la playa de Calafonda –conocida popularmente como Waikiki– y la Cala de la Roca Plana (o Calabecs), dos de los arenales más bellos de este litoral.

Guía Práctica

Guía Práctica

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Cómo llegar

El Arco de Bará, inicio de este itinerario por la Costa Daurada, se encuentra a 25 kilómetros de Tarragona. La N-340 es el principal hilo conductor de la ruta, que sigue el antiguo trazado de la Vía Augusta.

Qué ver

-ARCO DE BARÁ. Se encuentra a un paso de la población de Roda de Bará. ALTAFULLA. Su pasado medieval se muestra en la Vila Closa (el núcleo amurallado), con el castillo de 1059. Su playa, en la que desemboca el río Gayà, forma un hábitat protegido por su riqueza faunística. VILLA DE ELS MUNTS. En Altafulla, es ejemplo de residencia rural construida a mediados del siglo I d. C., con sus mosaicos y sus termas (mnat.cat). TARRAGONA. Entre las huellas del glorioso pasado de Tarraco destacan, además de las murallas, los restos del circo y el anfiteatro, este frente a la playa del Miracle. Del primero, se vislumbran restos en innumerables restaurantes y tiendas en torno a la plaza de la Font y la calle Trinquet Vell. En el Museo de Arqueología se encuentra una de las joyas de la villa romana de Calípolis, de Vila-seca, el mosaico de los Peces. De interés también, la visita a la catedral (catedraldetarragona.com). TORRE DE LOS ESCIPIONES. Monumento funerario en la antigua Vía Augusta, a seis kilómetros de Tarragona. VILLA DE CENTCELLES. La parte más espectacular del conjunto monumental es la sala de la cúpula (mnat.cat). PLAYA de EL TORN. En el espacio natural de Les Rojales, en Hospitalet de l’Infant (hospitalet.com), es una de las playas naturistas más famosas de la Costa Daurada.

Dónde dormir

LE MÉRIDIEN RA BEACH HOTEL & SPA (El Vendrell, lemeridienra.cat). Icono del lujo hotelero, con centro wellness y beach club frente a la playa de Sant Salvador. GRAN CLAUSTRE (Altafulla, granclaustre.com). Cuatro estrellas considerado uno de los hoteles más singulares y exclusivos del litoral tarraconense. ALANNIA ELS PRATS CAMPING & RESORT (Mont-roig del Camp, alanniaresorts.com). Referente del camping familiar de calidad en la Costa Daurada.

Dónde comer

CAL SISQUET (Roda de Bará, restaurantcalsisquet.com). Situado en el emblemático Roc de Sant Gaietà, es un referente gastronómico de primer orden. BRUIXES DE BURRIAC (Altafulla, bruixesdeburriac.com). Creaciones originales y deliciosas bajo la batuta del chef Jaume Drudis. CASINET (El Vendrell, casinet.net). Su emplazamiento, a un paso de la playa de Sant Salvador, define su saber culinario ligado al mar. EL LLAGUT (Tarragona, elllagut.com). Un clásico para degustar la auténtica cocina marinera en la ciudad.

Más información

TURISMO de COSTA DAURADA, costadaurada.info




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