Monet, de visita en París
Si tienes previsto viajar estos días a la capital francesa no dejes de pasar por el Grand Palais, que acoge una espectacular exposición del más grande de los pintores impresionistas.
Desde sus primeros paisajes de Normandía y la región de París hasta sus últimas y delicadas obras que intentaban apresar toda la belleza de su jardín en Giverny y sus estanques, Monet ostentó durante casi sesenta años el cetro indiscutido de los pintores impresionistas.
El pintor, durante varios periodos de su vida, sufrió muchas penurias ya que no vendía sus obras y contó en algunas cartas a amigos sus días "sin pan, vino, fuego para la cocina, sin luz". Ahora sus pinturas se subastan por decenas de millones de dólares, y esta retrospectiva es también una gran operación comercial. Además de catálogos, libros y revistas consagrados el padre del impresionismo, se venderán pañuelos y bolsas impresos con sus colores e imágenes. Sus amapolas, nenúfares y catedrales, sus vistas del Mediterráneo, sus paisajes de la costa normanda, sus retratos de mujeres paseándose frente al mar bajo parasoles, decoran pisapapeles, prendedores, corbatas, calendarios y toda clase de adornos.
La expectación creada por la mayor exposición jamás consagrada al "pintor de la felicidad", es inmensa: a pocos días de su inauguración, casi 90.000 personas habían reservado su entrada por internet.
Aunque no sólo podrás gozar con una renovada pasión del arte de Claude Monet; el Grand Palais ofrece un entorno que por sí mismo también merece una visita. Construido para la Exposición Universal de 1900 el Grand Palais ocupa unos 775.000 metros cuadrados en forma de H y su techo de cristal, el más grande de Europa, se vislumbra a lo lejos, convertido desde hace un siglo en uno de los símbolos de París.
Más información
Galeries nationales du Grand Palais des Champs Elysées
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