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Siete cavas fresquitos y deliciosos para cualquier hora del día
No solo de sangría o tinto de verano se tiene que vivir en estos meses de calor. Hay otras opciones que pasan, por ejemplo, por las burbujas y el dulzor de un cava bien frío. Te contamos cuáles son nuestros favoritos
En España, estamos equivocados. Y mira que acertamos casi siempre en lo que a gastronomía se refiere, pero en el caso del cava o el champagne, no. El porqué es muy sencillo: concebimos una copa de este vino espumoso como una bebida de celebración siempre para después de la comida y casi siempre para Navidad. Sin embargo, esto es un error: al final de una comida, la burbuja del carbónico hace que la llegada de todo el alcohol consumido -desde la cerveza del aperitivo hasta el par de copas de vino entre primer y segundo plato- se acelera, llegando a producirte cierto mareo. Además, el azúcar del postre (pues el cava suele venir después) enmascara todos sus matices.
Por eso, nosotros vamos a proponerte una selección de cavas que puedas disfrutar durante el aperitivo, al inicio de la comida con familiares y amigos que tienes planeada para el fin de semana, otro para un buen atardecer y, por qué no, otro para llevarte a la playa o a tu jardín, si eres de los afortunados que cuenta con uno de ellos. Y sí, nada de esperar a fin de año, los vamos a descorchar en pleno verano.
Algunos de ellos están inspirados en el Mediterráneo y son perfectos para maridar con un buen arroz. Otros son de tipo semiseco o dulce, que vienen mejor para por la tarde. Y otros se pueden disfrutar por sí solos. Aunque, si lo prefieres, puedes crear con ellos (mucha gente es lo que hace en verano) un cóctel bien fresquito. De momento, nosotros vamos a proponerte uno.
Por último, y antes de pasar a contarte nuestra selección, toma el cava como lo que es: un vino diferente, elaborado generalmente con uvas blancas (aunque vamos a descubrirte algún rosado) que se vendimia en agosto para que mantenga su acidez y frescor, que se embotella y se le añaden levaduras junto un poco de azúcar, incrementando la gradación de alcohol y produciendo la aparición gas carbónico. Así se consiguen las famosas burbujas. Si quieres saber más, pincha en esta pequeña guía. Y, si no, atento a nuestras propuestas.