Victoria y Sofia de Suecia viven la dulce espera sin espera. A ritmo trepidante, sin saltarse un solo compromiso pese a su estado. Ambas afrontan la recta final de su embarazo, de siete y seis meses respectivamente, con una apretada agenda oficial y un prominente perfil que a nadie pilla de nuevas debido a sus frecuentes apariciones públicas. Estamos siendo testigos de cómo asoma la vida casi centímetro a centímetro, y semana a semana, porque estos meses están siendo muy ajetreados, en contra de los reales consejos de la reina Silvia de pisar el freno y tomárselo "con tranquilidad".
Pero lo llevan bien. Así que las princesas Victoria y Sofia no ceden a los ruegos de la soberana y aún ahora siguen cumpliendo puntualmente con sus responsabilidades oficiales. Una y otra desempeñan la mejor asistencia a los Reyes suecos abordandouna semana tras otra varios actos. En plural. La Heredera, que ha sido nombrada personalidad eminente de la ONU -los bebés, ya se sabe, vienen siempre con cosas buenas bajo el brazo-, abrió la semana asistiendo a la conferencia Agenda 2030 sobre los esfuerzos de Suecia para alcanzar los objetivos globales de desarrollo sostenible; continuó promocionando la cultura en un concierto del Festival de Música Joven en palacio, y hoy, acompañando a los reyes Carlos Gustavo y Silvia, acudirá a la exposición En el curso del tiempo. 400 años de relojes reales.
Sofia de Suecia tampoco ha tomado reposo estos días. La Princesa, que estrena un nuevo retrato oficial con su tiara de boda, acompañó a sus suegros a otro de los conciertos de jóvenes músicos en el Palacio Real; presidió ayer la graduación de las enfermeras de la escuela Sophiahemmet, y para la próxima semana ya figuran otros tres compromisos en su agenda -la Gala de Deportes, la Conmemoración del Holocausto y, junto al príncipe Carlos Felipe, un encuentro con la fundación de la pareja-, además de una cena de gala a principios de febrero a la que asistirá toda la Familia Real sueca con la única excepción de la princesa Magdalena, que actualmente reside en Londres.
El buen aspecto ratifica también el buen estado de las Princesas. Ambas han demostrado una vez más que la elegancia no tiene por qué estar reñida con un embarazo y han lucido a lo largo de toda la última semana estilismos femeninos -vestidos entallados y chaquetas cortas, en los siempre elegantes blanco y negro-, que han aderezado con miradas de exultante de felicidad.
