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La rutina de Carlota Casiraghi se desarrolla lejos del foco mediático, pero apoya siempre que puede las citas más destacadas de Mónaco, sobre todo cuando están vinculadas con su familia y con la solidaridad. Así lo ha demostrado una vez más este fin de semana, cuando ha asistido a la cena de gala que se ha llevado a cabo en la Ópera Garnier de Monte-Carlo para celebrar el 60 aniversario de la Asociación Mundial de Amigos de los Niños (AMADE), creada en 1963 por su abuela, la princesa Grace, y presidida desde hace tres décadas por su madre, la princesa Carolina, que ejerció de anfitriona de la velada.
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A este acto de carácter benéfico, Carlota llegó acompañada de su esposo, el productor cinematográfico Dimitri Rassam, y de su suegra, Carole Bouquet. Se da la circunstancia de que la actriz francesa era muy amiga de la Princesa de Mónaco mucho antes de convertirse en consuegras y orgullosas abuelas del pequeño Balthazar, que cumple 5 años la próxima semana. Sus vidas están llenas de similitudes como por ejemplo que nacieron en 1957, enviudaron jóvenes, eran íntimas de Karl Lagerfeld y se vuelcan en distintos proyectos solidarios.
Tanto Carlota Casiraghi como su madre y su suegra están consideradas iconos de moda y en esta cita dieron una nueva lección de elegancia con tres looks de Chanel. La princesa Carolina apostó vestido de cuello redondo, manga largas y largo a la altura de los tobillos que está realizado en encaje floral metalizado de color azul marino. Su hija se decantó por un vestido de cuello monje de mangas corta en seda estampada que fusiona los motivos de flores propios de Chanel con el atrevido animal print de cebra. Por su parte, Bouquet eligió un conjunto de chaqueta de tweed a cuadros en distintos tonos de morado y una falda de corte bajo con cuerpo del mismo tejido estampado y varias capas de volantes en tafetán negro.
En la gala, donde posaron cómplices y sonrientes también con Andrea Casiraghi, estuvieron acompañados de personalidades como la cantante Angélique Kidjo, ganadora de cuatro Premios Grammy, el diseñador belga Charles Kaisin y el chef Marcel Ravin. Estos dos últimos unieron sus talentos para elaborar el menú que se degustó. "Una cena extra sensorial por esta hermosa causa. No solo me siento honrado, también muy conmovido", ha explicado junto a algunas imágenes de las propuestas que degustaron en mesas redondas instaladas sobre el escenario de la ópera. Los platos, especialmente los postres, hacían guiños a la infancia ya que había un oso con un globo o un caballito con dulces y gominolas.
Al margen de este acto central con el que Carolina, princesa de Hannover, celebró en familia el aniversario de AMADE, la organización también ha puesto en marcha una exposición. En el Casino de Monte-Carlo se pueden ver hasta el 17 de octubre sesenta obras donadas por la Fundación Donnadieu. Elaboradas en madera, hueso, oro, marfil y bronce, representan a animales y humanos y suponen un viaje en el tiempo, del 6000 a.C. hasta principios del siglo XX.
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