Alberto y Charlene de Mónaco celebran su primera semana de casados en una cena con sabor africano

Por hola.com

Su boda duró tres días, en los que Mónaco se vistió de fiesta para acompañarles en tan importante acontecimiento. Ya convertidos en marido y mujer, los príncipes Alberto y Charlene de Mónaco han comenzado su luna de miel viajando a Sudáfrica, donde están reunidos los miembros del COI, institución de la que el soberano monegasco es miembro. Aunque tienen que atender algunos asuntos de trabajo, la coincidencia es agradable ya que así la recién casada ha podido regresar a su país natal convertida en princesa de Mónaco para festejar con sus paisanos su reciente enlace.

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La pareja ofreció una cena para unas 500 personas, entre las que se encontraban por supuesto los miembros del Comité Olímpico, empresarios y personalidades relevantes del mundo del deporte, en el lujoso hotel en el que están alojados, el Oyster Box, a 15 kilómetros de Durban. El presidente sudafricano Jacob Zuma tenía previsto asistir, pero otros compromisos se lo impidieron, así que estuvo representado por dos de sus cuatro esposas. Antes de reunirse con sus anfitriones, la pareja hizo una breve aparición en la entrada del hotel donde se dieron un beso ante las cámaras que les esperaban. Alberto se puso para esta cuarta celebración un traje negro con corbata roja, mientras que la princesa llevaba un vestido negro sin mangas, con un estampado con rombos, cuyo diseño parecía inspirado en la tradición africana.

Las referencias al país en el que se encontraban estuvieron también en el grupo de tambores y bailarines zulú, vestidos con pieles de animales, que recibieron a los invitados a la entrada. El gerente de relaciones públicas del establecimiento, Joanne Hayes, dio algunas pistas sobre el menú. “Hemos creado un plato especial que se llama las ostras de Charlene. Se trata de ostras calientes con crema de espinacas, lentejas, curry y espárragos”.

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Entre los compromisos que tienen en su agenda, está el encuentro que mantendrá el viernes la princesa Charlene con el arzobispo Desmond Tutu, en la sede de su fundación contra el Sida, en Cape Town. Charlene comenzará a colaborar con un colectivo de 10 organizaciones benéficas llamado The Giving Organisation Trust y participará en visitas a fundaciones humanitarias que centran su labor en los niños, en la lucha contra el Sida y en proyectos para preservar los recursos naturales de algunas regiones del país.