Andrea Casiraghi: El ángel rebelde de Mónaco

Por hola.com
La copia de su padre
"Andrea Casiraghi es el vivo retrato de su padre y nuestro orgullo", dice Fernanda Casiraghi, su abuela paterna. "Desde su nacimiento, continúa, Andrea fue la copia exacta de mi hijo Stefano".
El primogénito de la princesa Carolina, contrariamente a lo que parece, -un joven rebelde, pitillo a lo James Dean, líder de su pandilla, y ángel terrorífico entre las chicas- es sensible, introvertido, poco hablador y muy cariñoso. Al parecer, el más cariñoso, afectuoso y atento de todos los hermanos. No en vano, vive pendiente de su familia y no esconde la ternura que éstos le provocan. Especialmente, la pequeña Alejandra, para la que los mimos nunca son suficientes.

Un psicólogo para superar la muerte de su padre
Pero Andrea es, además, un joven de aspecto frágil y angelical cuyo momento más difícil se corresponde con la fecha, octubre de 1990, en la que su padre desaparece dramáticamente de su vida. Tenía el pequeño, entonces, sólo seis años y quedó sumido en la tristeza. Su madre, la princesa Carolina, preocupada por su estado de ánimo, le puso a tratamiento con un psicólogo. Con el paso del tiempo, podría decirse que el duelo sigue, aunque el dolor haya ido menguando.
"Siempre estaba colgado de las piernas de su padre. Y para Stefano él era ya un pequeño hombre con el que ir a todas partes. Tenían conversaciones y a los dos les encantaba el mar...", añade la señora Casiraghi.

Una foto en su mesilla de noche
Han pasado 14 años desde aquella fatídica mañana y Andrea sigue atraído por la memoria de su padre... Por ello, se dejó crecer el pelo y las patillas como él; y, por ello también, no hace mucho, recorrió junto a su madre todas las tiendas de París hasta que encontró una chaqueta de pelo de camello muy parecida a la que fuera la preferida de su padre. Todo esto empezó un día cuando, visitando la casa de sus abuelos, en Montecarlo, descubrió una fotografía de Stefano adolescente.
"Entonces, explica la abuela italiana, la moda era llevar el pelo largo y mi hijo, que hacía a veces de modelo, se lo dejó crecer... Aquel día, Andrea me preguntó: '¿Me la puedo llevar'?" La princesa Carolina le contó, meses después a Fernanda, su suegra, que su hijo había colocado la foto de Stefano en su mesilla de noche y... "que la miraba siempre cuando iba a peinarse para copiar el estilo de su peinado". El recuerdo, añade su abuela, "es, por lo tanto, intenso. Tanto como su parecido, aunque Andrea, es más trabajador y estudioso que mi hijo, que era un portento de inteligencia ya que aprendió a leer a los dos años y medio".