La pasión secreta de la Gran Duquesa Josefina Carlota

Por hola.com

La Gran Duquesa sentía pasión por el arte contemporáneo. Visitaba tanto las galerías como los grandes museos estadounidenses. Su colección privada, amplia y de gustos osados, tuvo un carácter confidencial hasta 2003, cuando 108 obras fueron expuestas en la muestra "De Manessier a Wim Delvoye" en el Museo Nacional de Arte e Historia de Luxemburgo. "La Gran Duquesa siempre fue atrevida en sus gustos", afirma Marie-Claude Baud, directora del futuro Museo de Arte Contemporáneo Grand-Duc Jean, proyectado por Pei y que se inaugurará en mayo de 2006. "Podía interesarse por artistas tan complejos como Wim Delvoye y elegir La rose des vents La rosa de los vientos, lo que resultaba un tanto provocador, sobre todo en estos medios tradicionalmente conservadores. Estaba bien aconsejada, tenía una curiosidad insaciable y le gustaba reunirse con los artistas".

Una gran coleccionista
El escultor Wim Delvoye declaró al periódico La Libre Belgique el modo con que la Gran Duquesa adquirió La rose des vents, una obra audaz en la que aparecen cuatro muchachos desnudos, agachados y orientados hacia cada uno de los puntos cardinales y atravesados del ano a la boca por un telescopio. Se tapan los ojos y las orejas, pero la vista desviada sale de la boca, buscando las estrellas. "La Gran Duquesa vino una tarde con unos amigos aristócratas y no compro nada pero, unas semanas más tarde, regresó como una verdadera coleccionista... Rechazó lo que le presenté, miró por todas partes y dio con un gran plástico que cubría mi escultura. Retiró el plástico y su ropa se llenó de polvo, mientras sus acompañantes se esforzaron en limpiarla. Descubrió Les 4 vents (Los cuatro vientos) y lo compró, al igual que otras obras [Bibliothèque]. Algunas de las piezas las instaló en su castillo de Berg.