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La Familia Real británica está atravesando una semana muy complicada por varios problemas de salud de algunos de sus miembros. A la intervención a la que se someterá el rey Carlos para tratar su agrandamiento de próstata, la cirugía abdominal de la princesa de Gales, que la mantendrá en el hospital cerca de dos semanas, se suma ahora el nuevo diagnóstico de cáncer de Sarah Ferguson quien tiene un melanoma maligno, después de que en verano fuera operada de un tumor de mama.
La noticia del cáncer de la duquesa de York es el último golpe para los Windsor y se suma a los problemas de salud del monarca y de Kate Middleton. Además, el príncipe Guillermo ya ha dicho que pospone su agenda para poder hacerse cargo de sus hijos y estar junto a su esposa mientras dure la hospitalización, lo que ha hecho que la monarquía británica se quede sin tres de sus principales activos durante una temporada.
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Desde la semana pasada, los británicos viven pendientes de los problemas de salud de algunos de los miembros más populares y queridos de la Corona. Sarah Ferguson técnicamente no es miembro de la Familia Real británica tras divorciarse del príncipe Andrés, sin embargo, sigue teniendo una excelente relación con los Windsor. Aunque llevan divorciados desde 1996, los duques de York siguen viviendo juntos en su casa de Royal Lodge (Windsor).
Además, Carlos de Inglaterra ha tenido, desde que es Rey, ciertos gestos con la que fuera su cuñada. El último, la pasada Navidad, cuando Sarah Ferguson acudió al servicio religioso de Sandringham, acompañando a su exmarido y al resto de miembros de la familia, por primera vez en treinta años, algo que fue muy elogiado por los curiosos que se agolpaban en los aledaños de la Iglesia y que la obsequiaron con varios ramos de flores.
También, de algún modo, Sarah Ferguson se ha convertido en uno de los altavoces de la lucha contra el cáncer en Reino Unido. Tras conocerse a finales de junio que había sido operada con éxito de una forma inicial de cáncer de mama, que le fue detectado en una revisión rutinaria, ella misma contó de manera sincera cómo estaba viviendo su enfermedad. “Es una llamada de atención porque realmente empiezas a pensar en tu propia muerte. Tu mente empieza a jugar en tu contra”. También reconoció que el diagnóstico fue “aterrador”, que “da miedo a cualquier miembro de la familia” y que sus hijas, las princesas Beatriz y Eugenia, han sido un apoyo fundamental, mientras que sus tres nietos han sido la mayor de sus alegrías. Al conocer la noticia, el soberano mandó a su excuñada una carta para mostrarle todo su apoyo en esta delicada etapa. Siempre positiva y haciendo alarde de un gran optimismo y humor, contó que llamó a su seno reconstruido Derek “y es muy importante porque me salvó la vida” (...) “Ahora tengo un amigo que está conmigo todo el tiempo y que me protege con su escudo”.
Después de conocerse que padece cáncer de piel, Sarah Ferguson ha roto su silencio y además de sentirse agradecida a los equipos médicos que la han atendido, ha contado que ya se encuentra en casa junto a su familia después de haber viajado hasta Austria para tratarse en una clínica, que tiene buen ánimo, aunque conocer que padecía este segundo cáncer en el mismo año fue un shock y que ha decidido tomarse un tiempo para ella misma.
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