Los Príncipes de Orange inician su viaje oficial a Australia y Nueva Zelanda

Visitarán a lo largo de los próximos 13 días Camberra, Sydney y Tasmania, entre otras localidades

Por hola.com

El príncipe Guillermo Alejandro y la princesa Máxima han iniciado en Camberra su visita oficial de 13 días por Australia y Nueva Zelanda. El embarazo de la Princesa y las típicas molestias de su estado de buena esperanza no le han impedido, como podía preverse, acompañar a su esposo en este viaje, en el que visitarán Camberra, Sydney y Tasmania, entre otras localidades.

Los Príncipes de Orange aterrizaron el lunes por la tarde (hora australiana) en el aeropuerto de Camberra demostrando un perfecto dominio del saludo australiano: la mano cerca del rostro para, a continuación, moverla rápidamente a derecha e izquierda con el fin de espantar las moscas. Y es que toda Australia se enfrenta estos días a una plaga de estos molestos insectos, que no entienden de títulos ni tratamientos y también han querido estar presentes en la calurosa bienvenida a sus visitantes reales. Desde el primer momento, la [princesa Máxima] cautivó con su sonrisa y simpatía. A su llegada, tanto ella como el príncipe Guillermo se detuvieron a saludar a los holandeses residentes en Australia, que se habían desplazado hasta allí para saludarles y felicitarles por la buena nueva. Bromearon con ellas a cerca del tema de las moscas y ambos coincidieron en que mejor era tener la boca cerrada cuando los bichitos andan cerca.

Apretada agenda
A continuación, los Príncipes de Orange se entregaron a una jornada maratoniana. Del aeropuerto al Parlamento y de este al Australian War Memorial, donde depositaron junto a la tumba del soldado desconocido una corona de flores. Los Príncipes pasearon frente a la galería de honor, en la que están reflejados los nombres de las 120.000 víctimas australianas; firmaron en el libro de honor y conversaron brevemente con los quince veteranos. Como al príncipe Guillermo le costaba trabajo charlar con ellos tal y como estaban colocados, en fila, les comentó que se juntasen un poco si era posible y les estuvo preguntando dónde habían luchado y cuándo.

Tanto los veteranos de guerra como los príncipes Guillermo y Máxima tuvieron que darse prisa para llegar a tiempo a la residencia del embajador para recibir a los miembros de la sociedad neerlandesa en Camberra. Un acto que resultó especialmente duro para la princesa Máxima dado su estado. De manera que cuando le llegó el turno de reunirse con la prensa, tuvo que tomarse un respiro y sentarse durante unos momentos. Los últimos actos del día tuvieron lugar para la pareja en el idílico marco de Whitsundays, frente a la costa de Queensland, donde la Princesa estuvo charlando con varios invitados para informarse de su vida en Australia. El príncipe Guillermo incluso les alentaba diciendo: "Sean ustedes abiertos y sinceros y cuéntenlo todo, si es necesario, en inglés". Como broche de oro a su primer día de visita, los Príncipes de Orange asistieron a una cena de gala en su honor en la Casa del Gobierno (Government House) con el Gobernador, Michael Jeffery, y su mujer, Marlene. Su belleza y elegancia, una vez más, la convirtieron en la reina de la velada.