Máxima impone su estilo y se convierte en la Princesa modelo de Europa

Por hola.com

Su alteza Real la Princesa Máxima de Holanda, princesa de Orange Nassau y señora de Amsberg, se ha erigido en el Reino de los Países Bajos como la soberana de la elegancia y la distinción y es ya, para las miles de mujeres de mujeres que han empezado a seguir a rajatabla las tendencias que ella marca, un icono de la moda.
Nunca en la historia de Holanda había existido una princesa con tanto poder de seducción. De hecho, las Reinas de Holanda no sólo no han ejercido jamás influencia alguna sobre este ámbito social sino que, a lo largo de la historia, destacaron todas ellas por ser las que menos se gastaban en ropa entre todas las cortes europeas.
Su estilo afrancesado le ha acercado a sus conciudadanas, pero nadie habría imaginado que, en un año y medio de matrimonio, llegara a ejercer tanta influencia. Las revistas de moda europeas así lo han entendido y sin excepción han comenzado a hablar del estilo Máxima: de su Charme y de su chic; de sus sombreros y de sus tailleurs; de su natural frescura y de ese toque "tan Máxima" como dirían sus conciudadanas.

... Tan sólo en un año
Dotada de encanto irresistible, ha comenzado a escribir, seguramente sin saberlo, su propia leyenda: fascinante, rabiosamente independiente y con una personalidad arrolladora que deja entrever en su forma de dar la mano, en su mirada franca (acompañada siempre de una sonrisa abierta, que invita a hacer confidencias), en su alegría contagiosa. Poderosas armas que ha usado durante el primer año como Princesa para demostrar que sabe qué se espera de ella y que luchará por un espacio en la corte en el que, podrá ejercer un papel en libertad, sin dejar de tener siempre presente el espíritu que impregna, desde hace siglos, la monarquía de los Orange... Porque Máxima (sus conciudadanos lo dan por hecho) no se conformará con un papel secundario. La Princesa tiene carisma y talento natural para las relaciones públicas, capacidad para manejarse en el mundo de las relaciones internacionales como en el salón de su propia casa, maestría en el trato, humildad, interés en los demás y una voluntad de hierro que le ha permitido mantenerse fiel a sus principios. Un pequeño ejemplo: un año después de su boda, y a diferencia de sus antecesores (el príncipe Bernardo y el príncipe Claus asumieron la necesidad de hacer pequeños cambios en sus ilustres apellidos), la princesa ha conseguido mantener el acento sobre la "a" de Máxima.