Don Felipe y doña Letizia entregan este lunes los Premios Nacionales de Investigación 2019, a los científicos españoles de relevancia internacional que destacan por su contribución al mejor conocimiento del ser humano y su convivencia, a la transferencia de tecnología y al progreso de la Humanidad. Después de que el pasado viernes los Reyes visitaran Almonte (Huelva) y Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), donde vieron a la Virgen del Rocío y dieron un paseo por Doñana, este acto en el Palacio del Pardo supone el pistoletazo a los actos de su agenda oficial.
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Muy puntuales, los Reyes han llegado a mediodía al Pardo. Doña Letizia ha elegido un total look en negro con un vestido de punto de corte recto que ha adornado con un cinturón negro y unas botas al tono. Allí les esperaban el resto de invitados, entre los que se encontraban Jaime de Marichalar, Alicia Koplowitz, que a su llegada a ha saludado al exalcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón. Tras una breve introducción, el Rey ha tomado la palabra donde ha resaltado algunos de los logros de los premiados.
Entre los galardonados de estos premios, creados en 1982 por el Ministerio de Educación y Ciencia, de este año hay rostros tan conocidos como el cardiólogo barcelonés Valentín Fuster afincando en Estados Unidos. El reconocido médico recibirá el Premio Nacional Gregorio Marañón de Medicina. El jurado ha considerado que el marqués de Fuster, título otorgado por el rey Juan Carlos en 2014, merece el reconocimiento por sus aportaciones a la investigación, a la prevención y al diagnóstico de la patología cardiovascular.
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El Premio Nacional Santiago Ramón y Cajal de Biología ha ido a parar a la doctora en bioquímica y biología molecular a Ángela Nieto Toledano, por ser pionera en el estudio de la transición epitelio-mesénquima, un proceso biológico trascendente en la comprensión del origen del cáncer y las enfermedades degenerativas del envejecimiento y por su trayectoria científica muy relevante y de gran reconocimiento internacional.
La física Susana Marcos Celestino recibe el Premio Nacional Leonardo Torres Quevedo de Ingenierías por sus contribuciones pioneras a la ingeniería óptica y fotónica y al desarrollo de instrumentos de diagnóstico y corrección en oftalmología, que han beneficiado a miles de pacientes.
El Premio Nacional Pascual Madoz de Derecho y Ciencias Económicas y Sociales a Manuel Francisco Carreiras Valiña, por ser una referencia internacional en el campo del procesamiento del lenguaje, en el ámbito de la psicología experimental. El jurado considera que su trabajo tiene un interés e impacto social extraordinario, dedicado a aumentar la igualdad de oportunidades en problemas atípicos (personas con sordera, con dislexia, analfabeta o neuro-típicas), asimismo su trabajo sobre bilingüismo y lenguaje de signos “es excelente”. Destaca también su capacidad de transferencia de conocimiento.
La historiadora Mercedes García- Arenal Rodríguez ha sido galardonada con el Premio Nacional Ramón Menéndez Pidal de Humanidades. Es una experta en las minorías religiosas en la Edad Moderna de la Península Ibérica y el Mediterráneo. Su trabajo histórico es de gran relevancia por entender la Europa contemporánea, concretamente las grandes religiones, el contacto y la diferencia cultural, el miedo al extraño y los peligros del mesianismo. Su investigación contribuye a analizar las posibilidades de la convivencia entre culturas diversas incluyendo sus conflictos y su superación. Tiene una trayectoria científica de indudable calidad y de gran impacto internacional. Ha trabajado para formar nuevos investigadores, conformar equipos de excelencia y ampliar las capacidad las capacidades institucionales de la ciencia española. Su trabajo ha sido reconocido por revistas, comisiones y organizaciones internacionales.
En su discurso, don Felipe destacó que "sabéis bien -y tantas veces nos lo recordáis- que la buena ciencia, la investigación de altura y de gran impacto, requiere no solo de recursos, siempre escasos; necesita -casi con igual demanda- de estabilidad, previsión, paciencia en los tiempos y rigor y ética en los procesos". También subrayó que "no me cansaré -no nos cansaremos- de insistir en la importancia de la ciencia para nuestro presente y futuro, y la necesidad de que España se sitúe, al menos, en el nivel de inversión en ciencia e innovación de los países de nuestro entorno y de la media de la UE. Todos -Universidad, empresas, Administraciones y el conjunto de la sociedad- debemos hacer lo posible para incrementar las capacidades, la calidad y la excelencia de la ciencia española. Insisto: es inversión, genera riqueza y empleos, mejora la vida, favorece el desarrollo y, sí, por todo ello, además, da un gran prestigio como país".