Felipe de Borbón celebra la llegada de los 39 años en familia

Por primera vez, la infanta Leonor le ayudará a apagar las velas en La Zarzuela

Por hola.com

Acostumbrado a afrontar, desde muy pequeño, situaciones muy especiales, el Príncipe -antes de nacer, y sin saber si sería un niño, los Reyes ya habían pensado en llamarle Felipe, por Felipe V, el primer Borbón, para dar continuidad al nombre y a la dinastía- entiende, también, que no se le va a juzgar por lo que ha hecho, sino por lo que hace día a día y por los errores que pudiera llegar a cometer. Por eso, no es fácil descubrir en la cara oficial del Príncipe de Asturias puntos débiles o flaquezas. La disciplina, el oficio, su gran sentido del deber, el afán de ser útil, de servir a España y su existencia exenta de excesivos lujos le han convertido en un ser humano con muy pocas fisuras. En ese hombre que, convencido de que nada le será regalado ha empezado a viajar, en una segunda etapa de su existencia, cogido de la mano de doña Letizia, su esposa, para promocionar, como embajadores permanentes de su nación, la gloria y el poder de España.

Don Felipe, doña Letizia y la Corona
Por encima de toda tradición, don Felipe defendió la ley del corazón y apostó, por ‘el amor’ a la hora de elegir esposa. Conseguido el reto -y habiendo dado ya continuidad a la dinastía como padres-, los Príncipes de Asturias se enfrentan ahora a la difícil tarea de demostrar la importancia de sus funciones, así cómo el ser útiles a su reino... No hace falta que les digan que el futuro de las institución que representan dependerá única y exclusivamente de su conducta y de la dignidad con la que asuman sus obligaciones como miembros de la Familia Real y como futuros titulares de la Corona. De una corona que sólo permanece donde resulta útil.
Don Felipe y doña Letizia, Príncipes de Asturias, de Gerona, y de Viana; duques de Montblanc; condes de Cervera, señores de Balaguer, herederos de la corona de España, y de los antiguos reyes de Castilla, de Aragón y de Navarra, representarán una monarquía evolucionada y formarán parte de una nueva generación de Reyes. De una generación que, aunque lo tiene todo por hacer, ha comenzado a escribir ya su propia historia.