Los Duques de Lugo y de Palma disfrutan de la nieve en familia

Por hola.com

Los Duques de Lugo y de Palma han podido por fin disfrutar en la nieve de uno de sus deportes favoritos, el esquí. Debido al mal tiempo de los pasados días en Baqueira, las Infantas no había podido salir a las pistas, una cita tradicional en la estación invernal a la que sólo faltan este año los Príncipes de Asturias, que prefirieron las suaves temperaturas de Lanzarote para disfrutar sus vacaciones navideñas.

Como la tormenta ha remitido, los Duques han aprovechado las últimas horas en la estación catalana -vuelven a Madrid para celebrar el 68 cumpleaños del rey don Juan Carlos y la Pascua Militar- para esquiar con sus hijos, sin duda, los que más se divierten en la nieve. Froilán y Victoria Federica compartieron travesuras con Juan Valentín, Pablo Nicolás y Miguel, mientras Irene, que es aún muy pequeña, no salió con el resto de sus hermanos debido al intenso frío. Doña Elena ha vuelto a subirse a unos esquís tras varias temporadas sin hacerlo, mientras que doña Cristina el año pasado también se mantuvo alejada de las pistas debido a su embarazo.

Una Navidad en familia
El viaje a Baqueira es el final perfecto de una Navidad que los Duques de Lugo han pasado entre Soria y Madrid. Doña Elena y don Jaime visitaron a la familia Marichalar en Soria, donde asistieron a la tradicional misa en memoria del patriarca, el conde de Ripalda. De vuelta en Madrid, pudimos ver a la Infanta enseñando a patinar sobre hielo a Victoria Federica, en la pista de hielo instalada en la plaza de Felipe II. Risas, caídas y resbalones fueron los protagonistas de una tarde de juegos compartidos entre madre e hija, mientras don Jaime no se perdía ni un detalle desde la barrera.

Vitoria ha sido otra vez el destino de los Duques de Palma, tras la cena de Nochebuena en la Zarzuela con los Reyes. Doña Cristina y don Iñaki Urdangarín empezaron el 2006 con las travesuras de los más pequeños de la casa, Pablo Nicolás y Miguel, que no pararon de hacer volteretas ayudados por su padre, durante un paseo por las calles de la ciudad. Sin embargo, fue la pequeña Irene la que centró la atención de todos y no paró de recibir carantoñas de sus hermanos.