Doña Sofía prosigue su aventura humanitaria en Vietnam

Por hola.com

Los viajes de la felicidad
Disciplinada, prudente y feliz no acusa jamás el cansancio y goza, particularmente, de cada uno de los viajes de ayuda en los que participa y para los que se prepara con semanas de antelación: despliega, en la Zarzuela, mapas, libros y fotografías. Elige, minuciosamente, los lugares que visitará, se hace asesorar, aprende frases, costumbres y saludos para disfrutar de cada una de las etapas programadas... Para que no le falte la fuerza ni la voluntad de llevar palabras de ánimo a los enfermos, consuelo a los que sufren y amor a los necesitados.

Le gusta ver la realidad y palparla
Doña Sofía viaja con un séquito escaso de personas y rechaza las manifestaciones protocolarias excesivas... Lo importante es acudir a donde se la necesita, no regatear su presencia, ser testigo de la realidad y palparla.

La curiosidad, instalada en sus ojos
Después de casi cuarenta años de lucha como princesa y Reina de España, tiene auténtico derecho a una vida de alegría y, sin embargo, la curiosidad permanece instalada en sus claros y brillantes ojos azules, y el saludo y la amistad no abandonan ni sus manos ni su corazón. Su preocupación por los desheredados ha estado siempre ahí. Latente, aunque fue el año 1977 el que marcó el nacimiento de una nueva Reina. Su despegue definitivo como Soberana humanitaria.
Esta es también la fecha, en el que la Soberana crea su arma contra la pobreza, la Fundación Reina Sofía, con una pequeña aportación económica suya y se apunta a la causa de los desfavorecidos; ... También, el semestre en el que deja de ser la sombra del Rey y comienza a preparar los viajes que la llevarían hasta la desgracia de millones de personas. Y, sobre todo, el año, en que toma contacto firme y definitivo con el sistema del microcrédito en la Primera Cumbre celebrada en Washington.

En el mundo de los excluidos
La Reina quiere llevar su mensaje a todos los rincones. Y sabe que su gran poder, el de todas las Reinas, está en llevar su imagen al mundo de los excluidos. En tocar la miseria con sus manos... No hay nada de mentira en todas estas citas. La Reina disfruta con el corazón cuando los niños tocan tambores, le presentan títeres, la invitan a sus ranchitos, casas de cartón, adobe y barro, donde viven y la aclaman diciéndole: "Bienvenida, Reina Solidaria". Ella, a cambio, les regala palabras como:"Hemos de convencernos de que la pobreza es la negación de todos los derechos humanos y su erradicación, la vía más rápida para derribar la muralla invisible que aisla a los más necesitados del resto de la Comunidad.



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