Marie Cavallier, la novia del Príncipe Joaquín, llegó el viernes al mediodía a Copenhague, aprovechando que era festivo en Dinamarca, para pasar todo el fin de semana con su novio. Como si se tratara de una pareja cualquiera de enamorados, Joaquín esperó a Marie en el aeropuerto de Kastrup, a donde ésta llegó feliz con "Apple", su perrito "bichon frisé" en su bolso de mano. De camino al aparcamiento y, después de que la señorita Cavallier recibiera un beso, Joaquín dijo que no tenían pensado ir a ningún lugar en especial -a diferencia de otras ocasiones, la pareja no se desplazó al palacio que el Príncipe tiene en Schackenborg, al sur de Jutlandia-, y se negó a comentar si se había programado algún otro encuentro con la Reina.
El consentimiento de la Reina Al contrario que al inicio de la relación, hace más de un año, Marie también se mostró mucho más a la defensiva con la prensa haciendo en todo momento de la discreción un lema. De hecho, no sólo rehusó hablar del posible anuncio de su compromiso sino que se limitó a resumir sus primeras vacaciones con la Reina y la Familia Real, diciendo que "fue muy agradable". Una cita en la que Margarita de Dinamarca podría haber dado su consentimiento. Sobre su relación con el Príncipe, se limitó a decir que era "privada", aunque reconoció que estaba "muy contenta" por poder verlo de nuevo. Tampoco quiso hablar de los supuestos planes de boda, si bien se mostró agradecida al conocer que la mayoría de los daneses, según una encuesta, estaban de acuerdo con el hipotético enlace. Durante su estancia en la capital danesa, la pareja asistió a una fiesta en un restaurante en el Tivoli, el popular parque de atracciones de Copenahgue, a la que también acudieron la condesa Alejandra, ex esposa del Príncipe, y el marido de ésta, Martín Jørgensen.
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