La princesa Mary cenó, bailó y conversó con los miembros del Parlamento y del Gobierno invitados al palacio de Christiansborg como la que más durante la cena de gala que se celebró anoche en el Salón de los Caballeros. Ninguno de los presentes podía imaginar que en menos de 24 horas anunciaría su segundo embarazo. Ocultando a todos la feliz noticia, disimulando y cuidando su comparecencia al detalle para no levantar sospechas, la futura soberana de Dinamarca acabó convirtiéndose en la verdadera reina de la fiesta.
Al margen de las indisposiciones que sufrió durante su viaje a San Petersburgo con motivo del reentierro de la emperatriz María Fedorovna junto a su esposo, el zar Alejandro III, y de la inauguración de una exposición del artista danés Laurits Tuxen en dicha ciudad -se ausentó 15 minutos del primer acto debido a las típicas naúseas del embarazo (que la Casa Real justificó por un principio de deshidratación) y mostró en el segundo evidencias de cansancio y malestar-, la [princesa Mary] se encuentra magníficamente bien y por eso continuará con su agenda oficial hasta el último momento.
Ayer lo demostró. Por activa -acompañó a la [Familia Real danesa] hasta el final de la velada- y por pasiva -su estupendo aspecto no daba lugar a dudas del inmejorable momento que atraviesa la Heredera-. Que se trataba de una ocasión muy especial para la Princesa, se notó en el esmero que puso en su puesta en escena. No en vano, la Heredera se decantó por el mismo vestido que lució en la víspera de otro de los grandes momentos de su vida: su boda con el [príncipe Federico]. La de entonces fue una cena de gala en su honor, en el palacio de Christiansborg, con ocasión de la celebración de uno de sus últimos actos prenupciales. En la cena de ayer, sin ser ella la protagonista, se convirtió una vez más en la estrella. La reina absoluta de una noche con banquete, que consistió en venado asado y vino de los viñedos del príncipe Enrique, y baile -el tradicional y solemne lancier puso a la Heredera en la pista-. A la fiesta, que es uno de los acontecimientos del período electoral, asistieron, además de la Princesa, la reina Margarita y su esposo, el príncipe Enrique; el príncipe Federico, el príncipe Joaquín, la princesa Alejandra y la princesa Benedicta, pero nadie habló de embarazos.
Australia vuelve a recibir a la Princesa en estado Cuando toca hablar de los embarazos de la princesa Mary, su país natal, Australia, siempre sale a relucir. Primero porque, aunque aún no se había hecho oficial la noticia, su visita a Australia coincidió con su embarazo del príncipe Christian, quien a mediados de noviembre conocerá la tierra de su madre. Después, poco antes de confirmarse su segunda maternidad, debido a las conjeturas de los periódicos daneses y australianos que, convencidos de que la pareja estaba esperando su segundo hijo, apuntaban que anunciaría la buena nueva en su país. Y volverá a ocurrir, en dos semanas, cuando la princesa Mary visite su país nuevamente embarazada.
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